LA RISA, REMEDIO INFALIBLE
Publicado en
mayo 11, 2014
MI JEFE me estaba hablando cuando pasó la nueva empleada, una jovencita de extraordinaria belleza. Después de haberse quedado mirándola hasta que la chica se perdió de vista, mi jefe exclamó:
—¡Caramba! ¡Vaya un manjar!
—Cinco hijos —respondí yo.
—¡Imposible! —protestó él—. ¡Imposible que esa muchacha tenga cinco hijos!
—Ella no, pero usted sí —le recordé.
—N.H.
CUENTAN de una nación recién establecida que instaló una emisora de televisión que empleaba el Canal Uno. Fue tal la protesta contra el monopolio gubernamental de la televisión, que las autoridades consintieron en permitir que otra emisora difundiera por el Canal Dos.
Una noche el Presidente se presentó en la televisión para pronunciar una de sus largas arengas y se recomendó al público que lo escuchara. Un intrépido ciudadano, después de resistir una hora, no pudo aguantar más y resolvió cambiar al Canal Dos. En la pantalla apareció un agente de policía que, asestándole una pistola, le ordenó con voz severa:
—¡Cambie al Canal Uno!
—N.M.
UNOS universitarios de primer año salieron de parranda una primavera y cayeron presos por alterar la paz pública. En la estación de policía, un joven estudiante de derecho insistió en ejercer su prerrogativa legal de hacer una llamada telefónica. Después de concedérselo, encerraron a los muchachos.
Al poco tiempo se presentó un recadero que se acercó al escritorio del comisario y preguntó:
—¿Quién pidió la pizza?
—P.L.
MUCHOS avisos que se ven en los carteles parecen invitar a la réplica. Uno, en que se hace propaganda de la reeducación industrial, muestra una complicada unidad eléctrica, con la leyenda de "Cuando este circuito aprenda a hacer el trabajo de usted, ¿usted qué hará ?" Entre las varias respuestas garrapateadas abajo se encuentran las siguientes : VIVIR DE LA CARIDAD OFICIAL; DESENCHUFARLO; VOLVERME INTERRUPTOR ELÉCTRICO.
UN CARTEL donde se pregunta "¿Enmugreció usted a Nueva York hoy ?" provocó esta contestación : NUEVA YORK ME ENMUGRECE A MÍ TODOS LOS DÍAS.
EN UN autobús apareció un amistoso cartel que decía: "¿Cómo llama usted al presidente de su banco?" que provocó una serie de epítetos hostiles, de los cuales uno de los más bondadosos era: SHYLOCK.
EL AVISO de una laca para el cabello preguntaba: "¿Quién dice que las mujeres son veleidosas?" Alguien contestó: VERDI.
—J.B.
UN GRUPO de boy-scouts novatos, que visitaban una de las oficinas de la FBI (Oficina Federal de Investigaciones, de los Estados Unidos), se detuvo a mirar las fotografías de los diez criminales que aquella agencia busca con especial interés. Uno de los muchachos, señalando a uno de los retratos, preguntó si era en realidad una fotografía del delincuente buscado. El agente de la FBI que los acompañaba le aseguró que, en efecto, lo era. Y luego preguntó el chico:
—¿Y por qué no lo detuvieron cuando lo retrataron?
—FBI Notes
CIERTA mañana mi marido iba en el autobús al lado de una joven muy guapa que usaba un perfume que a él le pareció único.
—Perdone usted —le dijo—, ¿tendría la bondad de decirme el nombre del perfume que usa? Me gustaría comprarle un frasco a mi esposa.
Después de mirarlo de hito en hito con altivez, la joven se lo dijo. Luego, cuando se levantaba, disponiéndose a apearse, añadió:
—Pero le aconsejo que no se lo compre. Si lo hace, toda clase de tipos tratarán de entablar conversación con su esposa.
—W.W.
UN GOLFISTA iba adelante en un importante campeonato cuando a su caddy le sobrevino un ataque de hipo. El jugador, que calculaba sus tiros con gran precisión, se estremecía a cada acceso de hipo del muchacho. En el último hoyo, teniendo que completar. un putt que podría conquistarle el campeonato, el golfista se estuvo inclinado sobre la pelota durante un buen rato. Al fin la golpeó con el palo. La pelota se detuvo a la orilla del hoyo. El golfista se volvió al caddy:
—¿Ves lo que me has hecho hacer, con ese hipo?
—Señor —protestó el otro—, si yo contuve el hipo.
—Precisamente —bufó el jugador—. ¡Y yo ya lo había tomado en cuenta!
—G.D.
UNO DE los empleados recortó del diario una noticia acerca de un señor que pedía el divorcio por motivo de que su mujer le registraba los bolsillos.
—¿Qué vas a hacer con ese recorte? —le preguntaron.
—Metérmelo en el bolsillo —contestó.
—E.B.