Publicado en
julio 28, 2013
Peculiar interpretación de la condición humana por el famoso comediante norteamericano.
Por Woody Allen.
MÁS QUE en ninguna otra época de la historia, la humanidad se enfrenta a una encrucijada. Una senda lleva al desaliento y la absoluta desesperanza. La otra, a la extinción total. Roguemos para tener la sabiduría de elegir correctamente. Dicho sea de paso no hablo con ninguna frivolidad sino con un aterrorizante convencimiento de que la existencia tiene una absoluta falta de significado. Esto podría ser fácil y equivocadamente confundido con pesimismo. No lo es. Se trata de una simple y sana preocupación por el hombre moderno.
Planteado en su forma más simple, el problema es: ¿Cómo hallar significado en un mundo limitado, dada mi cintura y la talla de mi camisa? Este es un enigma muy difícil cuando advertimos que la ciencia nos ha fallado. Es verdad que venció a muchas enfermedades, descifró el código genético y hasta colocó seres humanos en la Luna, pero cuando se deja a un hombre de 80 años en una habitación con dos camareras de 18, nada sucede.
Es cierto, la ciencia nos ha enseñado a pasteurizar el queso. Y no es menos verdad que eso puede resultar divertido en una reunión de hombres y mujeres, pero ¿qué me dicen de la bomba de hidrógeno? ¿ Han visto alguna vez lo que ocurre cuando una de ellas cae accidentalmente de un escritorio?
¿Y dónde está la ciencia cuando uno estudia los acertijos eternos? Al fin y al cabo, ¿puede el alma humana ser atisbada a través de un microscopio ? ¿Cómo tuvo origen el cosmos? ¿Qué queremos decir exactamente cuando afirmamos que el hombre es mortal? Evidentemente no es una lisonja.
También la religión, desafortunadamente, nos defraudó. A menudo pienso cuán cómoda debió haber sido la vida para el hombre primitivo porque creía en un Creador poderoso y benévolo que cuidaba de todas las cosas. Imagínense su decepción al ver a su esposa aumentar de peso.
Al sentirnos huérfanos de divinidad lo que hicimos fue endiosar a la tecnología. Sin embargo, ¿puede la tecnología ser la verdadera respuesta cuando mi tostadora jamás funcionó debidamente en cuatro años? Coloco dos rebanadas de pan en las ranuras y segundos después saltan al aire. Una vez le rompieron la nariz a una mujer a la que yo amaba entrañablemente. ¿Es que confiamos en tuercas, pernos y electricidad para solucionar nuestros problemas?
El problema es que contamos con políticos incompetentes o corruptos. A veces ambas cosas el mismo día. El gobierno es indiferente a las necesidades del hombre bajito. Si se mide menos de 1,70 metros es imposible comunicarse telefónicamente con el representante de uno en el Congreso. No niego que la democracia es todavía la mejor forma de gobierno. Por lo menos en una democracia ningún ciudadano puede ser encarcelado caprichosamente o forzado a aguantar ciertos espectáculos teatrales.
En ningún otro período de la historia ha sentido el hombre tanto temor de que su chuleta de ternera estalle al cortarla. La violencia engendra violencia y se vaticina que para 1990 el secuestro será la principal forma de interacción social.
El exceso de población agravará los problemas hasta hacerlos insolubles. Las estadísticas nos dicen que ya hay en la Tierra más gente de la que necesitamos para mover el más pesado de los pianos. Si no ponemos fin a la reproducción, en el año 2000 será imposible servir la cena a menos que estemos dispuestos a poner la mesa sobre las cabezas de personas extrañas, quienes deberán permanecer inmóviles durante una hora mientras comemos. Por supuesto, habrá escasez de energía y cada automovilista recibirá sólo la gasolina suficiente para retroceder unos pocos centímetros.
En lugar de enfrentar esos retos nos entregamos a distracciones como drogas y sexo. No tenemos un centro espiritual. Estamos solos a la deriva en el cosmos y desahogamos nuestra frustración y dolor infligiéndonos una monstruosa violencia unos a los otros. Afortunadamente no hemos perdido nuestro sentido de la proporción.
En resumen, es evidente que el futuro atesora grandes oportunidades. También entraña peligros. La clave será eludir los peligros, aprovechar las oportunidades y estar de regreso en casa para las 6 de la tarde.
CONDENSADO DE "THE NEW YORK TIMES" (10-VIII-1979) © 1979 POR THE NEW YORK TIMES CO.. NUEVA YORK (NUEVA YORK).