LA AVENTURA DE LAS RANAS MARSUPIALES
Publicado en
junio 02, 2013
Gastrotheca riobambae, rana marsupial llevando huevos en la bolsa de su espalda. Antes muy común en los alrededores de Quito.
... quizá sean el inicio de una nueva forma de vida sobre la Tierra .
Textos: Diego Lombeida / Fotos: Luis Coloma.
Uno de los capítulos fundamentales en la historia de la vida ha sido la larga y azarosa conquista de la Tierra por los antiguos habitantes acuáticos. Los insectos y otros animales sin huesos, como los escorpiones y las arañas, fueron los primeros colonizadores, y los más exitosos. Existen peces que pueden arrastrarse sobre la tierra algunos metros y otros capaces de respirar aire fuera del agua; sin embargo, jamás podrán abandonar este medio por completo.
Más arriba en la evolución, los anfibios como ranas, sapos, salamandras y los raros ilulos sin patas pueden vivir y alimentarse fuera del agua, pero casi siempre tendrán que volver a ella para reproducirse y para el crecimiento de sus larvas nadadoras, los renacuajos. Entre los animales superiores, reptiles, aves y mamíferos han sido los triunfadores en la tierra seca.
Gastrotheca guentheri, rana marsupial arbórea. Es el único anfibio en el mundo que tiene dientes en ambas maxilas.
Sin embargo, en los bosques tropicales y en las montañas de nuestro país existen ranas que iniciaron su propia y singular conquista de la tierra firme. Algunos representantes de este grupo eran, hasta hace algunos años, bastante comunes en los alrededores de Quito. Son las ranas marsupiales, llamadas así porque, a diferencia de la mayoría de los anfibios, no ponen sus huevos en el agua sino que los llevan en una bolsa formada por pliegues de la piel de su espalda. Después de un tiempo, que puede llegar a ser de varios meses, y dependiendo de la especie, de esta bolsita emergerán renacuajos o ranitas ya formadas.
Aunque este grupo de ranas, que incluye unas 60 especies, se halla distribuido en Centro y Sudamérica, Ecuador tiene gran variedad de ellas. Se han registrado 21 especies, algunas endémicas. Mucho de lo que hemos aprendido sobre ellas es obra de la doctora Eugenia del Pino. Ella es uno de los científicos más destacados de nuestro país, y ha dedicado buena parte de sus esfuerzos a estudiar los misterios que encierra este sorprendente grupo de anfibios. Pero queda mucho por aprender de estas ranitas, algunas de las cuales, por no necesitar agua, pasan toda su vida sobre las copas de los árboles o en los guaycundos, lejos, aunque no a salvo, de la mano del hombre.
Gastrotheca plumbea, especie de rana marsupial cuya población están declinando alarmantemente. Vía Tandapi.
EL COMIENZO DE LA EVOLUCION
Su odisea por la tierra comenzó hace casi 80 millones de años, pero para poder dar su sorprendente salto en la evolución necesitaron de una serie de cambios y adaptaciones en su cuerpo y su comportamiento. Por ejemplo, durante la cópula, el macho se sujeta a la espalda de la hembra y abre la entrada de la bolsa con sus patas traseras; la hembra libera los huevos por su cloaca, para que el macho los fertilice e introduzca con sus patas en el interior de la bolsa. El número de huevos varía mucho; por ejemplo, en las especies que paren renacuajos, pueden llegar a 150, y en las que paren ranitas formadas, sólo 30 huevos, pero más grandes. Una vez que la bolsa está llena, la hembra presiona su espalda contra una roca para que los huevos se acomoden en capas regulares y continúen su crecimiento.
A continuación se inicia un proceso de desarrollo único entre los anfibios. Dentro de la bolsa, los embriones se hallan a salvo de los múltiples peligros que normalmente enfrentarían en la naturaleza, por lo que su crecimiento puede ser mucho más lento. Esto, sin embargo, crea otros problemas, como el intercambio de gases y desechos desde y hasta el embrión. Las ranas marsupiales los han resuelto cambiando la piel que rodea a los huevos. Durante la incubación, la piel normal se cubre de una membrana llena de vasos sanguíneos que se adhieren a los huevos formando una pequeña cámara para cada uno; esta membrana permite que la madre y los embriones intercambien gases, fluidos y desechos, aunque la mayoría de los nutrientes que usa el embrión en su desarrollo están dentro de los mismos huevos, razón por la cual éstos son mucho más grandes que en el resto de las ranas.
Detalle de la abertura de la bolsa de Gastrotheca guentheri.
Existe otro grupo de animales que llevan a sus crías en el interior del cuerpo y en los cuales el desarrollo supone una situación parecida; son los mamíferos, entre los que nos encontramos los seres humanos. En ambos casos, el contacto entre la madre y el hijo se da por la unión de membranas, que en nuestro caso forman la placenta. Sorprende, pues, que un grupo tan alejado haya podido desarrollar en forma completamente independiente una solución evolutiva tan similar.
Pero las adaptaciones de las ranas marsupiales no terminan allí. Durante el desarrollo, el huevo ha de segmentarse para dar origen a todas las células del cuerpo. Todas las ranas y sapos tienen casi el mismo patrón de desarrollo, pero las ranas marsupiales, con sus huevos grandes y de desarrollo lento, han optado por un modelo más parecido al de las aves que al de su propio grupo. Como podemos ver, para enfrentar el reto de la vida en la tierra, estos animales han desarrollado mecanismos embrionarios parecidos a los de las aves, los mamíferos y también algunos trucos únicos dentro del reino animal.
Gastrotheca guentheri comiéndose una lagartija. Esta rana se alimenta principalmente de pequeños reptiles y de otras ranas.
Los grupos terrestres de animales superiores están definidos en buena parte por su modelo de reproducción: los reptiles y las aves ponen huevos, los mamíferos paren a sus hijos, pero tal vez este grupo de ranas sea el principio de alguna nueva forma de vida sobre la Tierra, algo que tal vez necesite de otros 80 millones de años para madurar. Una idea fascinante y que excita la imaginación.
Sin embargo, como escribiera la doctora del Pino, "para la mayoría de ellas, la aventura está por terminar. Su hogar, el bosque tropical, está desapareciendo, y con él muchas de las extrañas criaturas que lo habitan. Las especies más raras de ranas marsupiales habrán desaparecido antes de que podamos aprender todos sus secretos".