POR QUÉ DEBES PERMITIR QUE TUS HIJOS ESTÉN A SOLAS
Publicado en
diciembre 23, 2012
Aun los bebés pueden aprovechar unos minutos de "soledad". De hecho, estar a solas consigo mismos ayuda a los niños de todas las edades a desarrollar habilidades y a explorar sus pensamientos y sus sentimientos.
Por Evelia Trillo Gutiérrez
Como padres que somos, nos preocuparnos cuando vemos que nuestros hijos están un poco aislados, creemos que algo malo está pasando. Es difícil asimilar los aspectos positivos de la "soledad". Estar solo de vez en cuando es esencial para el desarrollo intelectual y emocional de una persona. Por esta razón, el aislamiento momentáneo le da a tu hijo oportunidad de pensar, reflexionar, descubrir y renovar sus energías; también le da el tiempo y el espacio que precisa para el trabajo creativo. Desde el jardín de niños hasta su graduación, tu hijo debe encontrar el balance entre sus actividades cotidianas y unos minutos a solas. Esto les permitirá apreciar su propia compañía y la de los demás. ¡Anímalos a disfrutar de la soledad!
RECIEN NACIDO A 1 AÑO
Conociéndose a sí mismo
Aun el bebé más pequeñito necesita de una pausa para sí mismo. Es decir, tiempo para observar sus móviles, escuchar los sonidos de la casa y descubrir su cuerpo; es de este modo que su cerebro aprende a reconocer lo que ve, siente y oye. Dejarlo unos minutos a solas lo hace ser más curioso con las cosas que pasan a su alrededor, así, poco a poco construye su propia inteligencia y confianza. Recuerda que un padre que interrumpe a un niño que felizmente está consigo mismo, desalienta su sentido de independencia. En lugar de perturbarlo, aprovecha esos momentos para que tú tengas un poco de espacio que te permita hacer las actividades que te gusten.
DE 1 A 3 AÑOS
Necesita espacio para jugar solo
Si un niño disfruta de su aislamiento, cuando sea mayor se sentirá cómodo y feliz de estar completamente a solas. Déjalo jugar en su habitación o en el patio, claro, bajo tu discreta vigilancia.
Una vez que tu pequeño comienza a caminar y a hablar, se le presentan cada vez más oportunidades de encontrarse a solas consigo mismo. Ahora se puede desplazar y esa movilidad recién adquirida le permite alejarse de tu autoridad e inspección. El desarrollo del lenguaje también contribuye a darle independencia. Es muy importante que le permitas ese tiempo que por naturaleza requiere. De esta manera, el niño comenzará a diferenciarse de los demás. A esta edad él expresará su deseo de privacidad por primera vez. De igual manera, empieza a reconocer el aspecto positivo de estar a solas (se siente como un "niño grande" que es capaz de hacer las cosas por sí mismo). El mayor reto para un niño de esta edad es que aún necesita la supervisión de un adulto. Para evitar desastres, crea un espacio cerca de ti para que puedas observar a tu hijo desde una distancia que no turbe su "soledad". Dejarlo frente a la televisión no es recomendable, ya que ésta puede influir en sus sentimientos y pensamientos. Es mejor que juegue para que desarrolle su capacidad de reflexionar.
DE 3 A 7 AÑOS
Necesita verdadera independencia
Cuando tu niño llega a esta edad, su capacidad intelectual, su competencia física y la madurez de su juicio hacen posible que pase más tiempo realmente a solas. Se sentirá muy bien haciendo hoyos en el patio, jugando con sus juguetes en su habitación o construyendo una casita con los objetos que encuentre a su paso. A esta edad los niños experimentan un crecimiento intelectual y emocional alimentado por esa "soledad". Tu hijo ocupará ese tiempo para pensar y tomar decisiones sin ti ("¿Cómo puedo sacar esa piedra?"), para ejercitar su capacidad de razonar ("¿Debo subirme en esa silla para alcanzar el juguete que está en esa repisa?"); así como para desarrollar sus propias fantasías ("Cuando sea mayor voy a volar un helicóptero y voy a llevar a los enfermos a un hospital"). El aislamiento le da a tu hijo la oportunidad de ser independiente y formar su propia personalidad, así como reforzar su capacidad de pensar y manejar los retos que la vida le va presentando. Trata de que permanezca de 15 a 20 minutos al día en su propio ambiente. Deja que se atienda él sin la ayuda de sus padres o compañeros de juegos. Para enfatizar el significado de la "soledad" de tu hijo, haz un esfuerzo por respetar su tiempo para estar a solas ("La cena está lista, pero podemos esperar un poco hasta que acabes con ese rompecabezas, ya que estás por terminarlo"). De la misma manera, estimúlalo para que respete tu propia soledad (Dile: "Necesito terminar de leer este capítulo de mi novela; en unos minutos estaré contigo para leerte un cuento").
Si interrumpes las reflexiones de tu hijo con una petición, interfieres con su tiempo. En lugar de pedirle que ponga la mesa, pregúntale si lo puede hacer después de que termine de pensar.
DE 7 A 10 AÑOS
Estar a solas no es lo mismo que estar solo
Para cuando tu hijo llega a los 7 u 8 años, se ha convertido en una persona pensante. Ahora ya puede leer, escribir y tener sus propias ideas ("Yo creo que las mujeres también deberían ser presidentas"). La soledad le permite tener más oportunidades de aprender. En los ratos que está a solas, tu hijo puede desarrollar sus propios intereses y realizar sus pasatiempos sin ninguna distracción. El también puede usar su tiempo para favorecer sus hábitos de concentración y estudio, mismos que le servirán para desenvolverse mejor en sus estudios profesionales y, más tarde, en el trabajo. Cuando un niño se siente solo, tiene un sentimiento de vacío, desea la compañía de alguien y se siente triste. Por el contrario, si está contento de estar a solas, será capaz de usar sus recursos emocionales e intelectuales para llenar su tiempo. Se ve feliz y ocupado en sus actividades.
A los 6 meses un niño puede entretenerse durante 5 minutos con sus juguetes sin la participación de un adulto. ¡Estimúlalo para que lo haga!
DE 10 A 12 AÑOS
Necesita privacidad para pensar en el futuro
Conforme tu hijo se va acercando a los 10 años, su necesidad por estar solo se va incrementando. Estará ansioso de llegar a casa para pasar la mayor parte de su tiempo en su habitación. Esto se debe a que el empuje preadolescente por la independencia es causado por la propia necesidad de separación. Ahora, la privacidad adquiere un nuevo significado, sin olvidar que es la oportunidad para explorar sus pensamientos y asimilar los cambios de su cuerpo sin la supervisión de otros. De hecho, estar a solas le da al preadolescente la oportunidad de experimentar y analizar sus nuevos sentimientos sexuales sin exponerse a la humillación. Además, él comenzará a pasar más tiempo "soñando" ("Tania es la chica más linda de la clase") y hará fantasías con el futuro ("Quizá uno de estos días quiera que la acompañe a su casa"). Aun cuando sus sueños parezcan una pérdida de tiempo, no es así, ya que le ayudan a anticipar los eventos y prepararse para las complejidades de la adolescencia. Por otra parte, también le enseñarán a enfrentarse a los retos de la vida adulta.
Fuente: Revista BUENHOGAR, Noviembre 1998.