¡MAMÁ, ME DUELE EL ESTÓMAGO!
Publicado en
octubre 07, 2012
¿Cuántas veces has angustiado porque tu hijo se queja de dolor de estómago y no sabes qué hacer? No te preocupes, esto es algo común entre los niños. Aquí te damos un panorama de los síntomas más frecuentes de este problema; así tendrás una idea general de lo que le sucede a tu hijo. Saber identificar las causas de su malestar te permitirá actuar con mayor rapidez.
Por Beth Levine
El dolor de estómago es una de las quejas que los niños expresan con más frecuencia. A veces se debe a que comieron más papas fritas de lo acostumbrado o, simplemente, están tratando de evadir ese examen de historia para el que no estudiaron lo suficiente. Pero también puede ser que el dolor sea síntoma de algo más serio (sobre todo en los casos en que va acompañado de fiebre y náuseas). A continuación te damos las características más comunes de los dolores de estómago infantil, así como la manera en que puedes tratarlos.
Dolor, vómito, diarrea y fiebre
Antes de llamar al médico primero revisa la garganta de tu hijo para ver si está inflamada. Aunque suene extraño, la garganta irritada puede venir "disfrazada" de dolor estomacal. Si sospechas que ese es el caso de tu hijo, acude con el pediatra y pide que le hagan un estudio de garganta. Si el diagnóstico es positivo, él le prescribirá los antibióticos adecuados para combatir la enfermedad.
¡Cuidado con la gastroenteritis infantil!
Si no hay inflamación de la garganta, el niño puede tener otro tipo de bacteria estomacal que está provocándole gastroenteritis (inflamación intestinal). Lo más importante en este caso es mantenerlo hidratado con una solución de suero oral (puedes comprar sobrecitos de suero y prepararlos); así no perderá sus reservas de sodio y potasio. Si el niño no mejora, dale una cucharada de este líquido cada diez minutos. Si le estás administrando acetaminofén para bajarle la fiebre pero su estómago ya no lo tolera, usa un supositorio. Siempre recuerda que la deshidratación puede ser muy peligrosa, especialmente para los más pequeños. Llama a tu médico si hay síntomas de boca seca, ojos hundidos o si no ha orinado durante todo el día. Un tip importante: no le des nada para detener la diarrea. Esta es la única manera de que la infección salga.
Apendicitis: un dolor agonizante
El dolor de apendicitis es insoportable para cualquier persona. Se presenta en la parte baja del lado derecho del estómago. Algunas veces puede venir acompañado de altas fiebres y vómito. Antes de que el dolor comience, el niño puede perder el apetito y presentar molestias de estreñimiento por uno o dos días. Sin embargo, hay quienes en vez de estreñimiento padecen diarrea. Si hay sospechas de apendicitis, el niño no debe ingerir medicamentos laxantes; esto puede hacer que el apéndice se inflame y se reviente. El dolor abdominal puede comenzar intermitentemente alrededor del ombligo pero en pocas horas se trasladará a la parte baja y se convertirá en un dolor más intenso y constante. En caso de apendicitis, llévalo de emergencia al hospital lo antes posible ya que si el apéndice se revienta, puede ocasionar una infección severa y se requerirá de un tratamiento prologando que puede durar toda la vida.
El dolor de estómago que "aparece" cada vez que tu niño tieneque hacer algo no es más un truco y su remedio es sencillo: dile que se recueste. Un niño con un dolor real preferirá estar en cama. El que lo finge, se aburrirá y después de pocos minutos se levantará de nuevo.
Los niños también sufren de acidez estomacal
Un dolor de estómago con una sensación de ardor en la garganta o en la parte superior del pecho significa que tu hijo necesita un antiácido para calmar sus molestias. A este síntoma se le conoce como reflujo, es decir, es ácido del estómago que regresa a la garganta través del esófago. "Estar acostado incrementa estos molestares, así que cuando la acidez aqueje tu hijo, haz se mantenga en una postura recta", recomienda la pediatra Karoly Horvath. Si el malestar surge durante la noche, eleva un poco la cabeza del niño colocando un par de objetos altos, como dos tabiques, debajo de las patas traseras de su cama. Sólo adminístrale medicamentos antiácidos infantiles. Evita que coma alimentos muy condimentados, con mucha grasa o con cafeína.
¿Qué hacer si los síntomas se presentan en otros niños?
Si los síntomas de dolor de estómago y deshidratación se manifiestan en otros miembros de la familia o en los compañeros de escuela y si estos síntomas aparecen en un lapso de 12 horas, probablemente se trate de un envenenamiento causado, por alimentos. Un caso ligero de intoxicación se manifestará como gastroenteritis y se corregirá en dos días con el tratamiento mencionado en párrafos anteriores. Las manifestaciones severas de intoxicación pueden ser principio de salmonela o cólera. En este caso, los síntomas pueden ser: evacuaciones con sangre, fatiga extrema y debilidad muscular. Es muy importante acudir al médico, así que debes llamarlo y dirigirte a la sala de urgencias del hospital más cercano. Una última advertencia: si adviertes que tu hijo vomita sangre o bilis también es preciso que lo lleves a un hospital cuanto antes. La causa puede ser un bloqueo intestinal o alguna otra enfermedad igualmente seria; por lo tanto, es muy probable que el niño requiera atención médica urgente.
Si un bebé regurgita con cierta frecuencia es probable que sus pulmones abosorban líquidos. Esto puede ocasionar un padecimiento pulmonar grave.
¿Cuándo fue la última vez que el niño evacuó?
Si tu hijo tiene un dolor de estómago moderado y no hay ningún otro síntoma, recuerda cuando fue la última vez que usó el baño. Si eso sucedió hace más de cuatro días o si ha tenido evacuaciones muy pequeñas, probablemente esté estreñido. Dale de comer alimentos altos en fibra como frutas, vegetales o jugo de ciruela pasa. Esto le ayudará a vaciar el intestino. Algunos médicos recomiendan fibra en polvo, como Metamucil disuelto en agua. Un baño tibio también puede ser de mucha ayuda.
Dolor de estómago causado por estrés
Los dolores estomacales que no presentan fiebre o algún otro síntoma, a menudo son el resultado de emociones estresantes para el niño. Si ya descubriste que el dolor de estómago que tiene tu hijo no se debe a estreñimiento ni a niguna otra enfermedad, toma en consideración los siguientes aspectos: la causa real de su malestar estomacal puede tener sus orígenes en la preocupación, el enojo, la tristeza o la culpa. No te conformes con decirle que no se debe preocupar por el examen de matemáticas que tendrá al día siguiente. Es mejor que asumas el papel de "detective" e investigues cuál es el detonante de ese dolor. ¿Aparece antes de ir a la escuela?, ¿Cada vez que juega con cierto compañero? ¿Antes de dormir? ¿Siempre que tiene que participar en el recital anual de piano? Si sospechas que ésta es la razón, entonces, tienen que trabajar con ella para encontrar la manera de reducir o manejar su estrés, dice el doctor Jonathan Slater, asistente clínico de siquiatría en la Universidad de Columbia. Algunas veces el niño se estresa cuando se siente solo y abrumado. El simple hecho de expresar su pesar puede ser suficiente para que él libere su malestar físico. En otros casos, ante la situación de estrés haz que tu hijo se imagine que está en un lugar especial o jugando su deporte favorito. Otra opción que también puede ayudar es el intercambio de circunstancias: ayúdalo a que actúe e interprete la situación que lo está perturbando; eso lo calmará. También puedes hacer que ensaye en casa las diversas maneras en que puede manejar el problema, si es que éste se llegara a presentar. Cuando vea que no tiene nada de qué preocuparse, se tranquilizará.
Demasiados gases en su pequeño estomago
Cuando hay cólicos estomacales, generalmente la culpa es de la acumulación de gases. Lourdes llevó de emergencia al hospital a su hija Alicia de 3 años. La pequeña se doblaba por un dolor de estómago y antes de que el doctor la examinara, la niña expulsó los gases y con ello se fueron sus molestias. Aunque esto parezca un ejemplo exagerado, los gases estomacales acompañados de inflamación, pero no de fiebre, son un malestar que no tiene mucha importancia. A veces se debe a que los niños tragan mucho aire cuando comen con excesiva rapidez. Otra causa puede ser que los niños no digieren con facilidad algunos vegetales como frijoles (porotos) o brócoli (brécol). Muchas veces este dolor abdominal viene acompañado de eructos y gases estomacales, pues el cuerpo necesita desechar el gas que se ha acumulado en el estómago. Para ayudarle a tu niños a sentirse mejor haz que se ponga de rodillas sobre el piso y que coloque los brazos frente a él, de tal manera que su glúteos queden al aire; eso permitirá que expulse el gas con facilidad. Otra opción es darle un suave masaje sobre el estómago. Por otra parte, si observas que el problema se presenta después de haber comido se puede deber a que es intolerante a la lactosa (no digieren el azúcar de la leche). Sin embargo, no corras y llames al médico para decirle tus sospechas. En lugar de eso, registra por una semana los malestares y los alimentos que consideras que los provocan; busca si hay algún patron que se repita. Después, elimina esos alimentos de su dieta por una semana (siempre y cuando no sean indispensables para su nutrición) y observa si hubo alguna mejora. Enseguida, lleva tus registros al pediatra para conseguir asesoramiento profesional. El debe prescribir la dieta y el medicamento más adecuado para tu hijo. Si el dolor por gases se prolonga y se presenta acompañado de estreñimiento o diarrea, consulta a tu médico.
Antes de comprar los laxantes que se venden sin receta médica, consulta al pediatra. Administrarle a los niños el laxante equivocado o darle una dosis que no es la más adecuada para ellos puede provocarles una diarrea e interrumpir el balance de electrolitos que su cuerpo necesita. Si el estreñimiento es una batalla constante y tú ya has probado de todo, acude con un pediatra y pidele que le haga al niño una evaluación minuciosa.
Cuando los gases no son molestos
Sólo se debe acudir al consultorio médico cuando los niños presentan gases y dolor estomacal o abdominal por más de tres días. También cuando existan gases y una inexplicable pérdida de peso o cuando el dolor sea más intenso que cualquier otra molestia que haya tenido antes. Si no se presentan estos síntomas, el problema de los gases se puede solucionar de alguna de las siguientes maneras:
● Una o dos gotas de extracto de menta. Mezcla en una taza de agua una gota de extracto de menta, canela o jengibre. Así se relajarán los músculos de su esófago y el gas atrapado se escapará.
● No le teman a la fibra. Si la dieta de la familia se ha estado enriqueciendo con alimentos altos en fibra (manzanas, albaricoques, ciruelas, berenjenas y cebollas, entre otras) notarás que hay una presencia más constante de gases y ruidos estomacales. Esto es lógico pero, poco a poco, el cuerpo se acostumbrará a digerir más fibra y los gases dejarán de ser un problema vergonzoso.
● Si el niño es intolerante a la lactosa, incorpora a su dieta yogur y quesos duros. El yogur contiene una gran variedad de bacterias naturales que permiten una buena digestión.
● Limita los alimentos que producen gases. Reduce o modera el consumo de tocino, pastas secas, papas fritas y palomitas (rositas) de maíz.
Colitis parasitaria: enfermedad común en los niños
La colitis parasitaria es una inflamación en los intestinos causada por parásitos como las amibas o las lombrices. Los malestares que suelen presentarse son: dolor en el estómago y disminución del apetito. En algunas ocasiones hay diarrea, vómito y no se presenta aumento de peso. Este es uno de los padecimientos más frecuentes y se debe a que el niño ingirió alimentos contaminados o comió con las manos sucias. Cuando existe sospecha de parasitosis es preciso hacer un estudio de laboratorio para que ahí analicen el excremento; después de esto el médico podrá recetar el medicamento adecuado. La prevención comienza con la higiene. Lavarse las manos antes de preparar alimentos, antes de comer y después de ir al baño son fundamentales para no contraer esta enfermedad. Las uñas de sus manos deben estar siempre limpias y cortas, ya que los huevecillos de los parásitos se depositan en ellas con facilidad.
Cuando el niño presente síntomas de diarrea, dolor de estómago y vómito ofrécele líquidos de rehidratación oral. Haz que los beba a pequeños sorbos.
Las mejores maneras de prevenir la diarrea infantil
Para evitar que los niños y la familia en general sufran de diarreas y de dolores estomacales relacionados con ella, toma en cuenta estos aspectos:
● Tú puedes evitar las infecciones si haces que todos en tu familia se laven muy bien las manos con agua y jabón. Deben hacerlo antes de comer y después de ir al baño.
● Pon la basura en un recipiente que puedas mantener tapado, de lo contario será un foco de infección.
● Si estás amamantando a tu bebé, lávate las manos y los pezones (con agua destilada) antes de darle el pecho.
● Lava los biberones de los niños pequeños y esterilízalos cada vez que se les caigan al piso. Lo ideal es que los hiervas tres veces al día.
● El agua es un peligro. Antes de beberla, hiérvela durante 20 minutos.
● Fumiga tu casa con cierta frecuencia para exterminar moscas y cucarachas. Estos insectos son transmisores de diversas infecciones.
● La leche debe ser hervida antes de beberla, excepto la que viene en polvo o la leche industrializada.
● Un niño que ha sido alimentado con la leche materna es menos propenso a sufrir diarreas.
● Siempre lava y desinfecta todas las frutas y las verduras.
● Si comes fuera de casa, busca lugares limpios cuyas medidas de higiene para cocinar sean confiables.
Fuente: Revista Buenhogar - Ecuador, Septiembre 1998