¿QUÉ NOS ENSEÑA LA TERAPIA FAMILIAR?
Publicado en
abril 22, 2012

Muchas crisis personales y problemas de índole psicosomática mejoran notablemente cuando la familia explora sus pautas de conducta y las cambia por otras más acordes con lo que propone la terapia familiar.
Por Cristina Llagostera (psicóloga) www.cristina-llagostera.comEs posible entender la familia como un árbol en el que cada rama representa a uno de sus miembros. No solo comparten un tronco y unas raíces, sino también un contexto. Cuando alguna de las ramas se deteriora puede ser útil observar el árbol de manera global —si recibe suficiente luz o agua, el suelo en que se asienta...— para descubrir el origen del problema.
La Terapia Familiar parte de la observación directa de la familia para comprender las dificultades personales o de relación. Esta disciplina nació en la década de los 30 en Norteamérica en el ámbito de la salud mental. Originariamente trataba problemas que no encontraban solución desde una óptica puramente individual, como en la esquizofrenia. enfermedad que habia resultado casi impermeable a otro tipo de tratamientos.Explorando la comunicación y el tipo de relaciones que se daban en la familia se llegó a conclusiones sorprendentes. Ciertas pautas de interacción favorecían la aparición de malestar o trastornos en alguno de sus miembros, mientras que la mejoría de una persona producía un efecto expansivo en los demás.El antropólogo Gregory Bateson, los psiquiatras Don Jackson y Salvador Minuchin y el psicólogo Paul Watzlawick fueron algunos precursores de este movimiento. Se trataba de un grupo de investigadores de distintos campos que empezaron a compartir ideas, métodos y descubrimientos, deseosos de ampliar la comprensión del comportamiento humano.La Terapia Familiar no es solo un tratamiento psicoterapéutico, sino un modelo de pensamiento. De hecho engloba diversas escuelas, cada una con su propia historia y coherencia. En vez de buscar una explicación lineal y causal, tienen en cuenta la complejidad de las relaciones en que se halla inmersa la persona.UNA RED DE RELACIONES
Tras la estela del psicoanálisis, la psicología occidental siguió un enfoque individual. A pesar de que el propio Freud subrayaba el papel crucial de los padres en la vida psíquica del niño, no se trabajaban las relaciones de un modo directo, sino a través del análisis personal.
Esta perspectiva individualista, que surgió paralela a la industrialización, ha calado profundamente en nuestra mentalidad. Solemos creer que somos personas independientes, con libertad para elegir nuestras reacciones y lo que prima es ser único, especial, competitivo... Pero nuevos descubrimientos ponen en duda incluso la existencia del libre albedrio, tal como suele entenderse. Múltiples influencias inconscientes condicionan nuestros actos y decisiones.La Terapia Familiar trata de desvelar las dinámicas de relación que se hallan detrás de la actitud que muestra una persona o de las dificultades familiares. Alguien, por ejemplo, puede sufrir ataques de ansiedad ante una situación asfixiante. o ciertas relaciones de pareja pueden ayudar a mantener a uno de sus miembros en un estado depresivo.A través de la participación de los integrantes de la familia se pretende adquirir una visión más completa. El terapeuta no solo recibe las diferentes versiones de una misma situación, sino que observa las características de la relación. El objetivo es ayudar a la familia a construir una realidad diferente que permita una mejora a nivel personal y familiar.UN SISTEMA EN EQUILIBRIO
Según la teoría general de los sistemas, un sistema es un conjunto de elementos organizados que interactúan entre si. Existen en cualquier nivel de la realidad: desde un grupo de células o de personas hasta los astros de un Sistema Solar.
En el ámbito de la psicología, la familia se considera un sistema vivo con entidad propia, donde cada persona influye en el contexto al que pertenece y a la vez se ve influido por él.En cualquier sistema actúan dos fuerzas: la tendencia homeostática, que pretende conservar el equilibrio del conjunto, y la capacidad de adaptarse continuamente. Así, por ejemplo, existen familias de naturaleza más rigida que frenan cualquier posible variación. En un momento de cambio, como la adolescencia de un hijo, el sistema puede entrar en crisis, lo cual a menudo se expresa a través de conflictos familiares o ciertos síntomas –ansiedad, obsesiones, trastornos alimentarios, depresión...– en alguno de sus miembros.En el otro extremo se hallan familias cuyo funcionamiento resulta caótico, es decir, muy laxo y cambiante. Suelen dar lugar a otro tipo de dificultades, como comportamientos adictivos o situaciones de negligencia y abusos, entre otras.¿CAUSA O EFECTO?
Decía Virginia Satir, una de las figuras fundamentales de esta terapia: "La familia es un microcosmos del mundo. En ella se reproducen las mismas situaciones críticas respecto al poder, la comunicación, la intimidad, la autonomía... Para entender cambiar al mundo es preciso empezar por comprender y cambiar la familia".
Uno de los aspectos clave de la Terapia Familiar es que observa la interrelación en las personas. Se habla, por ejemplo, de una causalidad circular, lo que significa que cualquier comportamiento puede considerarse al mismo tiempo causa y efecto. Todo lo que uno hace, dice o piensa, repercute en el modo en que el otro actúa, habla o reflexiona, y a la inversa.Cuando una mujer dice: "Te vigilo porque no eres responsable", el esposo puede responder: "No me implico porque me controlas". Los reproches en la pareja suelen ser tan irritantes como certeros, pero sobre todo adquieren sentido a la luz de lo que recrimina el otro.La terapia permite reconocer conjuntamente esta pauta para romperla e iniciar un circulo en el sentido contrario. Entonces ambas personas pueden cooperar para crear un espacio en común comprensivo y enriquecedor, en lugar de generar más lucha y estancamiento.CUESTIÓN DE VÍNCULOS
Cada persona tiene un vínculo particular con cada uno de los miembros de la familia, que puede ser sólido, lejano, dependiente, frágil, conflictivo... Esta relación depende a la vez del tipo de vínculos que existen alrededor.
Por ejemplo: un hijo muy cercano a la madre y que le ofrece su apoyo en las desavenencias de pareja, posiblemente tendrá una relación difícil con su padre. En la familia suelen darse juegos de alianzas, coaliciones, luchas de poder y bandos enfrentados, de manera más o menos explícita, que generan tensión en el ambiente.El terapeuta ayuda a desvelar estos juegos para que la familia tome conciencia de ellos, o bien trata de modificar sus posiciones. Al reorganizar las piezas que forman parte del sistema familiar las personas pueden sentirse aliviadas. Ya no necesitan, por ejemplo, hacer de puente entre dos miembros con mala relación, o se reduce la presión que implica sentir que tiran de ellas en direcciones opuestas. O quizás aprenden a resolver sus diferencias directamente, sin involucrar como confidentes a familiares que deberían permanecer al margen.CRISIS DE ANSIEDAD EN UN ADOLESCENTE
Observando el mapa familiar, es decir el modo en que se establecen las relaciones, es posible entender el papel que ejerce cada persona. A menudo el miembro que presenta más problemas es quien da voz a las tensiones veladas de la familia.
Cualquier dificultad encierra un sentido a nivel personal, pero también familiar. Resulta crucial observar, por lo tanto, en qué momento vital se encuentra la familia, cómo se estructuran las relaciones, dónde existe mayor tensión y qué función realiza cada miembro.Pablo, un adolescente, empezó a sufrir crisis de asma y ansiedad sin motivo aparente. En una entrevista con los padres se descubrió que entre ellos se habla producido un grave conflicto, que habian decidido ocultar de mutuo acuerdo. Sin embargo, la tirantez familiar se percibia y los síntomas de Pablo la evidenciaban. Por una parte eran un reflejo de esa atmósfera agobiante y tensa que se vivía en el hogar, así como de la dificultad que entrañaba su posición como hijo intermediario. Sin embargo, al mismo tiempo suponían un buen modo de dirigir la atención de la familia hacia un lugar distinto: cuando él enfermaba, los padres dejaban a un lado sus diferencias y se unían para ayudarle.NUEVA COMPRENSIÓN
Todos las personas que han formado parte de una familia, estén presentes o no, dejan de algún modo su huella. Entre todas se construye una memoria y una mitología familiar, y se transmiten creencias, valores, pero también conflictos no resueltos.
La familia tiene su propio ciclo vital y cada etapa conlleva sus desafíos. Se trata de un momento critico, dado que las piezas del sistema deben reajustarse.La Terapia Familiar intenta crear un espacio para que la familia supere sus dificultades. Los diferentes miembros suelen llegar con una perspectiva limitada, creyendo que son otros o ellos mismos los causantes del malestar. Poco a poco empiezan a darse cuenta de qué modo sus vivencias y actitudes están conectadas, y adquieren una nueva comprensión.Si se consigue compartir esta visión el avance se multiplica, pues las transformaciones personales no se ven contrarrestadas por un entorno estático, sino que se retroalimentan entre si. Cuando el cambio se genera de manera conjunta resulta mucho más efectivo y poderoso.Este tipo de terapia, por lo tanto, propone un salto de pensamiento afín a nuestro tiempo. Nos encontramos en un momento en que es preciso entrever la relación existente entre las cosas, descubrir las ventajas de colaborar en equipo frente a competir. Se trata de pasar de una conciencia personal a una conciencia familiar, para entender mejor nuestra situación y posibilidades, dado que todo está interconectado.
4 INDICADORES DE LA VIDA FAMILIAR
Nivel de diferenciación. Se basa en la capacidad de los miembros de la familia para mostrarse diferentes, con opiniones y decisiones propias, sin perder por ello la sensación de ser aceptados por el grupo familiar. Comunicación. Es el modo en que los miembros se expresan entre sí. Puede ser indirecta, vaga y poco sincera, o por el contrario clara, especifica y honesta.Reglas. Se utilizan en la práctica para regular el funcionamiento familiar. Pueden ser rígidas y fijas. o flexibles, adecuadas y sujetas a posibles cambios.Enlace con la sociedad. Fluctúa entre las familias aglutinadas (hay un gran sentimiento de pertenencia pero desconfían de lo ajeno) y las desligadas (se carece de sentimiento de pertenencia y existe mayor confianza hacia relaciones externas a la familia).UNA TERAPIA MUY EFICAZ
La Terapia Familiar vive una expansión: se investiga cada vez más y se emplea en áreas asistendales públicas y privadas.
¿En qué casos está indicada? Situaciones en que exista una dificultad de relación o esté involucrada la familia: problemas de pareja, trastornos o dificultades infantiles, crisis familiares, síntomas individuales (depresión, ansiedad, adicciones, trastornos alimentarios, obsesiones...), situaciones de enfermedad o duelo patológico.¿Cómo se realiza? Requiere la implicación de la familia, aunque en ocasiones se trabaja a nivel individual. Por lo general, se empieza reuniendo a los miembros que viven bajo un mismo techo y el terapeuta decide a quiénes convoca en cada sesión. Puede usarse la coterapia (presencia de dos terapeutas) o la inclusión de un equipo terapéutico que, directa o indirectamente (a través de un espejo unidireccional o la grabación de las sesiones), aporta una visión más externa.¿Qué técnicas usa? Son muy diversas. Se pueden prescribir tareas, reformular las creencias familiares, utilizar técnicas narrativas, asi como métodos creativos y activadores a nivel emcional –por ejemplo la técnica de esculturas en que se pide a la familia que se coloque en una posición que simbolice su situación actual y futura–. entre otras.Función del terapeuta. Por una parte guía el proceso y por otra observa las dinámicas de relación, realizando un diagnóstico y proponiendo objetivos que conduzcan hacia un cambio familiar. Debido a la complejidad que implica tratar las relaciones, debe tener una formación extensa y específica en Terapia Familiar.¿Cuanto dura? Las sesiones suelen ser quincenales. El tratamiento acostumbra a tener una duración de entre 6 y 15 sesiones.INFORMACION
LAS CAPACIDADES DE LA FAMILIAGuy Ausloos. Ed. HerderDE LA FAMILIA AL INDIVIDUOMurray Bowen. Ed. Paidós.Federación Española de Asociaciones de Terapia Familiar.www.featf.comFuente:
CUERPO MENTE - ESPAÑA - NOVIEMBRE 2008