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ERAN LAS 2 de la mañana, y la señora de la casa estaba convencida de haber oído un intruso en la estancia.
EL CHOFER de camión se detuvo en una fonda al lado de la carretera. Entró y pidió una hamburguesa, un café y una rebanada de tarta. Ya iba a empezar a comer, cuando aparecieron tres tipos vestidos con trajes de cuero y en sendas motocicletas, las cuales dejaron afuera y entraron también al establecimiento. Lo primero que hizo uno de ellos fue comerse la hamburguesa del chofer; otro se tomó el café, y el otro devoró la tarta. El chofer no dijo nada; sólo se levantó, se puso la chaqueta, pagó y se fue.
LA MAESTRA sorprendió a uno de sus pequeños alumnos diciendo una palabrota, y lo reconvino:
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