LA FOTOGRAFÍA ECUATORIANA DE LOS 90
Publicado en
noviembre 13, 2011
San Viernes de la serie Retablos, Judy de BustamanteCorrespondiente a la edición de Noviembre de 1997Por Diego Cifuentes (Fotógrafo profesional)No se podría hablar sobre la fotografía contemporánea ecuatoriana sin tomar en cuenta el nombre de mi padre Hugo Cifuentes Navarro, quien ya en los años treinta empezó a dar sus primeros pasos en esta difícil disciplina.
Las bases del quehacer fotográfico en nuestro país se sientan tardíamente, quizás en la década de los ochenta con los encuentros nacionales de fotografía, los mismos que ya no se realizan por la pésima -o ninguna- política cultural de la mal llamada Casa de la Cultura Ecuatoriana, en todo caso eso es asunto de otro tipo de debate.En aquellos encuentros, los fotógrafos ecuatorianos tuvieron la oportunidad de entablar contactos con colegas de diferentes países, por ejemplo con Pedro Meyer, Graciela Iturbide, Julio Mitchel, Mayito y otros que se escapan de mi memoria.Es ahí donde se planteó la necesidad de un trabajo más profundo lejos de planteamientos que por entonces, no se diga hoy, se consideraban arcaicos.Hasta esa época la fotografía en nuestro país no había superado la trampa del asombro. Todavía nos divertía pensar y también ver que nuestro país es inigualablemente hermoso y no se tomaba en cuenta la realidad existente. Tanto era el asombro que sentíamos que el trabajo se debatía entre dos polos: por un lado un paisajismo que rayaba en lo idílico y por otro lado, lo opuesto, la miseria in extremis. Los debates finalmente dieron sus frutos, pero con un embarazo largo y un parto doloroso.A fines de la década pasada y en los primeros años de la presente se destacaron por la pobre o ninguna propuesta por parte de los fotógrafos nacionales, tanto es así, que se podría decir que fue casi una década perdida.En 1994 la Imprenta Mariscal lanzó el proyecto Descubriendo Ecuador que, con la llegada de fotógrafos de renombre internacional, abrió las puertas a las diferentes posibilidades del quehacer fotográfico nacional. Representó un espaldarazo a nuevas propuestas de los profesionales ecuatorianos.Hoy se han abierto nuevos debates y nuevas e interesantes propuestas. Son de destacar nombres como Lucía Chiriboga y Pepe Avilés, quienes tuvieron una participación muy acertada en el Coloquio Latinoamericano realizado en Caracas: Lucía con un trabajo innovador y cargado de un nivel poético asombroso que dio por llamar Mitografías; Pepe Avilés con su What time is mijita! que rompió con el panorama rural que había hasta entonces cuajado en nuestro medio.Más tarde hubo el Coloquio de México, con la participación de la recién regresada a nuestro medio, María Teresa García y sus retratos de personajes del ayer en su Sangolquí de ahora. Lucía Chiriboga, en el mismo evento, no sólo sería una expositora, sino que representó al Ecuador también en calidad de ponente. Eso demostró que nuestro país ya es tomado en cuenta no sólo como expositor, sino como un foco de pensamiento sobre el tema.No fue hasta mayo y junio del presente año, en la Bienal Internacional de Sao Paulo, en que la muestra de los ecuatorianos fue considerada por la crítica especializada como la mejor de la Bienal. Allí los nombres de Judy de Bustamante, el muy joven Daniel Andrade, María Teresa García, Lucía Chiriboga, Pepe Avilés y Diego Cifuentes llegaron a poner sobre el tapete internacional sus interpretaciones sobre un mismo tema.Daniel con sus imágenes cuasi cinematográficas del Quito oculto y nocturno; Judy y sus fotos que hacen pensar en viejas abadías del medioevo; María Teresa y su búsqueda en el yo más profundo y descarnado; Lucía y su viento andino, frío y seco, que recorre por las venas del espectador; Pepe y la muy particular visión del amor mercenario y chichero; y yo que siempre estoy mirando a la muerte, como a una amada ausente.También las diferentes ediciones del llamado Mes de la Fotografía, organizado por el Photo Club Alianza Francesa, ha creado un foro de discusión que se ha institucionalizado y que ahora se presenta en forma bienal.El aparecimiento de institutos de diseño y la apertura de facultades en universidades ya establecidas han brindado la posibilidad de que la fotografía sea enseñada académicamente, pero al mismo tiempo en estos espacios se presenta como materia de apoyo, no con el carácter de principal, lo que dificulta un aprendizaje pleno de la fotografía que se limita a quedar apenas como un instrumento más al que se recurre en caso que las necesidades lo ameriten.Cada día aparecen en los escaparates de las librerías más publicaciones y títulos sobre fotografía, algunos de ellos editados en nuestro país. Esto habla del avance que ha experimentado la escritura de la luz en nuestro medio, pero estos esfuerzos deberían multiplicarse hasta llegar a tener producciones de calidad y cantidad similares a las de nuestros vecinos.Tanto han cambiado las propuestas en nuestro medio que hoy por hoy nos divierten las fotos con humor sabroso del viejo Hugo Cifuentes, quien abrió las puertas para que dejáramos de soñar en pajaritos preñados y buscáramos en la fotografía un mundo vasto para explorar e interpretar.