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noviembre 27, 2011

La próstata, oculta a la vista y reguladora de la emisión de líquidos, es en cierto sentido el órgano más femenino del hombre. La homeopatía aborda de forma global los problemas vinculados a ella.
Por el Dr. Miguel Luqui GardeAntonio observó cómo el chorro de orina iba perdiendo fuerza y volumen desde que cumplió los cincuenta. Empezó a preocuparse al ver que tenia que levantarse dos veces en la noche para orinar. A disgusto, se sometió a las pruebas y exploraciones que le indicaron; pudo más el miedo de tener un cáncer que las reticencias frente a las maniobras del urólogo. Le dijeron que su próstata era más grande y más dura de lo normal. Aliviado ante lo benigno del diagnóstico pero decepcionado por la falta de solución definitiva para su problema, por consejo de su esposa, buscó en la homeopatía una alternativa ante la que se sentía bastante escéptico.
Había sido un hombre sano, apenas alguna gripe podía recordar como enfermedad en toda su vida. Tenía una buena herencia ya que sus padres también habían disfrutado de buena salud y él, de hábitos moderados, la había administrado con prudencia. Lo que llamaba la atención en su biografía era que se había hecho pipí en la cama hasta los once años, con los consabidos malos ratos cuando tuvo que ir de colonias. Humillación, vergüenza y ocultación se aso-ciaban en él a ese pequeño drama de su infancia, ahora ya casi olvidado. Así tenemos en los dos extremos de la historia de nuestro protagonista un conflicto por el control de su orina.Situada en la salida de la vejiga y atravesada por la uretra, la pequeña próstata, con forma y tamaño de castaña, va adquiriendo presencia a medida que el varón envejece. Mientras se es joven se mantiene en silencio y pasa desapercibida, como ocurre en general con todo lo que funciona perfectamente. Hay en la salud una sutileza aérea que solamente su ausencia la hace perceptible.Envuelta en una cápsula que le permite contraerse, la próstata bloquea el paso de la orina. Y si la contracción es rítmica y enérgica, como la que provoca la excitación sexual, desencadena la salida explosiva del semen y el líquido prostático en la eyaculación. Esta administradora de la salida de los líquidos está en un territorio regulado en parte por la conciencia y en parte por el sistema nervioso vegetativo, autónomo e inconsciente. Veamos a continuación qué conflictos se van a librar en su territorio.LA OBSESIÓN POR EL CONTROL
Antonio es un profesional bien considerado, ha establecido una familia con dos hijos y está implicado en su entorno social a través del club deportivo, todo correcto como le gusta a él. Dice estar moderadamente estresado y le gustaría quitarse unos kilos pero le pierden los dulces que come con ansiedad después de la cena. Le cuesta mucho esperar, especialmente en las situaciones que implican cierto examen, como las entrevistas. Si tiene que hablar en público, se pone muy ansioso, le sudan las manos y tiene que orinar muy seguido. No reconoce ningún miedo pero le gusta tenerlo todo controlado, de lo contrario su ansiedad se incrementa, como cuando le ascendieron en la empresa y tuvo que recurrir a los tranquilizantes porque sentía que se desbordaba.
Había sido muy eficaz ordenando y controlando su vida, había puesto a buen recaudo su miedo, tanto que ya no era ni consciente de él. Pero ahora el pro-blema lo estaba produciendo la barrera construida para contener la amenaza.Argentum Nitricum es un remedio homeopático bien adaptado para el caso de Antonio. Se ha demostrado eficaz en los trastornos provocados por el aumento benigno del tamaño de la próstata, pero esto no seria razón suficiente para su prescripción si no cubriera el conflicto que afecta a la totalidad de su persona y que emerge a través del problema urinario.La clave del tema está en la necesidad de tenerlo todo controlado y el consiguiente miedo a perder el dominio. La ansiedad de anticipación que le provoca la sudoración y la micción frecuente, el miedo a ”desbordarse” tal como él lo verbaliza, junto a la necesidad de comer cosas dulces para calmar su ansiedad, conforman los trazos básicos que enmarcan la enfermedad de Antonio.UNA MURALLA QUE ASFIXIA
El agua está asociada en el imaginario colectivo con lo profundo, abismal, oscuro y frío, cualidades que exaltan el miedo ante la amenaza de algo que pueda estar escondido en la sombra, en lo que no vemos. La reacción del cuerpo ante el miedo repentino e intenso es la sensación de frio y la pérdida de control sobre la orina. El miedo crónico, continuado, obliga al refuerzo constante de las medidas de contención de esa agua que tiende a escaparse; entre ellas la tensión sobre la próstata, lo que va a contribuir a que esta se agrande y se endurezca. La muralla protectora acaba asfixiando a la ciudad.
Tuvo que pasar bastante tiempo para que Antonio me hablara del problema se-xual que le había frustrado a él y amargado a su esposa, especialmente los pri-meros años de su matrimonio. No es fácil llegar al nivel de confianza que este tema requiere para algunas personas. Era previsible, dado que su conflicto gravita en torno al control, que su problema se hubiera manifestado en la precocidad de su eyaculación, que en ocasiones era tan temprana que llegaba a inhabilitarlo para la penetración. También en su carácter, contenido y moderado, la impulsividad le jugaba malas pasadas, a veces no llegaba, otras, sobre todo si había bebido algo, se pasaba.El control de la eyaculación durante la relación sexual es uno de los aspectos más conflictivos en el desarrollo de una sexualidad saludable, especialmente la precocidad pero también el retraso de la emisión del semen, gravitan sobre la acción de la próstata. El difícil equilibrio entre el dar y el guardar, gastar o retener, es quizá la piedra donde se afila y fortalece el carácter masculino.¿Qué se puede esperar del tratamiento homeopático en una enfermedad, como la de Antonio, relacionada con la edad? ¿Es posible revertir los efectos del paso del tiempo? Grandes negocios están haciendo con este asunto los vendedores de humo. Hay una parte del problema que ya no podremos resolver: la próstata no se va a encoger, pero la tensión que sobre ella se ejercía va a desaparecer, la glándula se va a desinflamar y esto mejorará su elasticidad y funcionalidad.En nuestra circunstancia, en que el clima es benigno y la comida abundante y variada, es probable que Antonio viva ochenta años o más, por lo que las posibilidades de que degenere el órgano en el que se refleja su conflicto se incrementan mucho con el tiempo. El remedio homeopático, en su caso Argentum Nitricum, al resolver el conflicto y ordenar el terreno, constituye la mejor prevención del cáncer de próstata en el caso de Antonio.SENSIBILIDAD A LAS TOXINAS
Juan está a punto de jubilarse. En un análisis rutinario le han encontrado valores aumentados de varios elementos que informan del funcionamiento de su higado. También le han dicho que ha de hacerse exploraciones complementarias de la próstata para descartar problemas mayores, pues hay alarmas en la analítica.
Cuando vino a la consulta ya se había hecho vanas biopsias sin que le descubriesen ningún foco canceroso. Él dice encontrarse muy bien, lo único que le molesta es que a veces tiene que orinar con mucha frecuencia y además tiene que atender el deseo de forma inmediata, dada la urgencia con que se presenta.En su historia no encontramos ningún antecedente que pueda estar en el origen de sus problemas; al contrario, ha sido un hombre muy saludable y esto le ha permitido cometer excesos sin consecuencia aparente. Le atraen todo tipo de comidas, siempre que sean abundantes, bien sabrosas y condimentadas. Su naturaleza fuerte ha contribuido a que se desarrolle su enfermedad, permitiendo que no se perciban claramente los límites y se establezcan hábitos cuyas consecuencias solo se ven a largo plazo.La próstata es una glándula muy sensible a las toxinas circulantes, quizá por estar situada en la puerta de eliminación de las aguas residuales. Muchos productos de desecho -metabolicos- se quedan atrapados en ella como en una esponja, entorpeciendo su funcionamiento y haciéndola grande y pesada. De ahí también que sus problemas se manifiesten hacia la vejez, cuando estas acumulaciones se hacen más ostensibles.LA TENDENCIA A ACUMULAR
Juan tiene un carácter afable y optimista, no suele crearse problemas por nada y es de los que piensan que siempre puede venir otro tren. Pero, eso sí, tiene que haber satisfecho su apetito, de lo contrario, con el estómago vacío, se pone de muy mal humor. Tiene tendencia a acumular, para desesperación de su mujer, todo tipo de cosas que cree que le pueden ser útiles: recortes de periódico, un trocito de cuerda, los apuntes del bachillerato, todo ello según un orden que solo él conoce. En general le cuesta desprenderse de lo que le sobra; también a nivel biológico se muestra esta tendencia en los rollos de grasa que se le han ido formando y en lo que le va a dar más problemas: las toxinas que su cuerpo no elimina y traban el funcionamiento del hígado y de la próstata.
Sulphur un remedio que el homeópata emplea en diferentes circunstancias. Cuando, como en el caso de Juan, se ajusta claramente al tipo psicobiológico, promueve cambios muy profundos. El primero y más evidente es la eliminación y limpieza de toxinas.
UN TRATAMIENTO GLOBAL
Juan llamó a los pocos días de comenzar el tratamiento, no tan asustado porque se lo había advertido, pero bastante molesto por el picor que le provocaba la magnifica erupción que le había salido. Tuvimos que tener paciencia con este asunto, pues de ningún modo conviene interrumpir este proceso en el que se es-tá jugando su futura salud. Compresas frías de manzanilla y buenas palabras fueron suficientes para contener dentro de lo tolerable esta operación de limpieza que duró varias semanas.
La espera se hizo más fácil de soportar porque la orina volvía a fluir sin molestias y el deseo no era dolorosamente urgente, lo cual mostraba la normalización de su próstata.Lo que da valor extraordinario al tratamiento homeopático no es solo la resolución del síntoma por el que el paciente consulta -algo que quizá podría conseguir con otros medios—, sino la modificación de la tendencia general que le ha llevado a enfermar y que afecta a la totalidad psicobiológica de su persona.La enfermedad crónica de un órgano es la manifestación local de una tendencia general que volverá a manifestarse en ese o en otro lado si no se modifica. Los remedios llamados de acción constitucional, como el Sulphur de nuestro amigo Juan, dan al organismo la información necesaria para corregir estas tendencias que se reflejan en la manera de adaptarse al medio y de interactuar en las diversas situaciones.En el caso de Juan ha sido muy evidente el cambio respecto a la comida: le apetecen alimentos más saludables y, más aún, ha cambiado en su relación con las cosas, ha limpiado y ordenado y se ha desprendido de multitud de trastos y papeles viejos para alivio de toda la familia.Los órganos genitales masculinos están situados en el exterior del cuerpo, en evidente contraste con los femeninos, ocultos en su interior. La posición de la próstata, fuera del alcance de la vista, contradice esta observación superficial. Pero sobre todo su origen embriológico, que se corresponde con el útero de la mujer, hacen que podamos decir que la próstata es la parte más femenina de los genitales masculinos.LO FEMENINO EN EL HOMBRE
También el hombre en condiciones normales, en la última etapa de su vida, vive un proceso de feminización, ya que pierde parte de la secreción hormonal masculina. Es posible observar estos cambios tanto a nivel físico como en el carácter, mucho menos fuerte y guerrero. La permanencia o el exceso de hormonas masculinas es uno de los factores más importantes que favorecen el desarrollo del cáncer de próstata; de hecho, para el tratamiento de ese tumor maligno muchas veces es necesaria la castración.
Es posible que si el hombre asumiera con naturalidad esa parte suya interna y femenina prevendría con ello la aparición de degeneraciones malignas en ese órgano tan masculino/femenino.
Fuente:
CUERPO MENTE - ESPAÑA - OCTUBRE 2008