LA RISA, REMEDIO INFALIBLE
Publicado en
julio 10, 2011
Voy a tener que vender mi auto porque ya tiene mucho kilometraje —le dice un hombre a un amigo suyo.
Éste, para que el otro lo venda mejor, le ofrece llevarlo con alguien que le altere el cuentakilómetros. Accede el vendedor y se encuentran ambos dos meses después. Pregunta el amigo:—¿Lo vendiste?—No; ¿para qué, si ahora tiene pocos kilómetros?—Colaboración de Norberto Brodsky (Buenos Aires)Antes de proponerle matrimonio a mi hija, debiste haberme preguntado a mí —le reprochó la aristocrática dama al joven.
—¿Ah, sí? Jamás se me ocurrió que yo le gustara tanto a usted.—Colaboración de lea berner (suiza)El dentista al paciente:
—Trate de calmarse. Le sacaré esa muela en cinco minutos y dejará de sufrir.—¿Cuánto me va a costar?—Mil pesos.—¡¿Mil pesos por sólo cinco minutos de trabajo?!—Bueno, si lo prefiere, se la puedo sacar muy despacio.— Leo Rosten, The Joys of Yinglish (Mcgraw-Hill)Iba un borracho por una carretera nueva, en sentido contrario. Lo detiene un policía de caminos y le pregunta:—¿Sabe usted a dónde va?—No, pero debe de estar mal la cosa más adelante. Todos vienen huyendo.—Colaboración de Margarita Montero (ciudad de México)Cierto hombre llama a la puerta de una casa.
—Vengo a afinar el piano —le dice a la señora.—Yo no he pedido que venga ningún afinador —replica ella.—Usted no —concede el hombre—, pero su vecino sí.—Colaboración de Jaime Macayana (Gran Bretaña)En el paraíso terrenal, Eva invocó al Creador:
—Señor, necesito ayuda.—¿Qué te pasa, Eva? —respondió el Todopoderoso.—Sé que tú me creaste y me diste por morada este hermoso jardín, pero me siento sola y estoy harta de comer manzanas.—Bueno, pues en ese caso crearé un hombre para ti.—¿Qué es un hombre?—Es una criatura imperfecta con tendencia a agredir, un ego descomunal e incapaz de escuchar. Sin embargo, es alto, veloz y musculoso. Será muy bueno para pelear, patear balones y cazar... Ah, y no es malo en la alcoba.—¡Magnífico! —exclamó Eva.—Pero hay una condición —añadió el Señor—: tendrás que dejarlo creer que a él lo creé primero.—Colaboración de Monica Hyson (Estados Unidos)Luego de recorrer un tercio de la pista de despegue, el avión se detuvo bruscamente y regresó a la puerta de la sala de salida. Al cabo de una hora, volvió a la pista y finalmente se elevó en el aire. Un pasajero, desconcertado, le preguntó a la sobrecargo qué había ocurrido.
—El piloto dijo que oyó un ruido muy extraño en uno de los motores —explicó la azafata—. Tardamos casi una hora en conseguir otro piloto.— Diamant Roni, citado en Bill's Punch LineUn sacerdote intentaba explicar a un parroquiano qué es el adulterio.
—¿Alguna vez ha dormido con una mujer que no fuera su esposa? —le preguntó.—No, padre —respondió el feligrés—, Aunque... quizá haya cabeceado un par de veces.—Colaboración de Bernard Brannigan (Irlanda)