OVNIS, UN FENÓMENO INQUIETANTE
Publicado en
abril 23, 2011
Luces en el cielo- James y Fawn Clemens se cuentan entre los muchos testigos de los inexplicables destellos.¿Desentrañaremos algún día el enigma?
Por Randy FitzgeraldEran las 8 de la noche del 13 de marzo de 1997. James y Fawn Clemens, ambos de 42 años, se encontraban en el patio de su casa, en Kingman, Arizona, y vieron aparecer un extraño fulgor ambarino sobre el horizonte, hacia el noroeste.
Con ayuda de unos prismáticos distinguieron cinco luces que, alineadas en forma de V, iban hacia el sureste. La policía de la localidad, al igual que los medios de comunicación y las agrupaciones civiles interesadas en ovnis, no tardaron en recibir un aluvión de informes al respecto.Trig Johnston, piloto jubilado de Northwest Airlines, cuenta que el objeto, del tamaño de 25 aviones comerciales, pasó flotando despacio y en silencio sobre su casa, en Scottsdale. "Nunca había visto algo tan increíble", comentó a Reader's Digest.En una videocinta de 43 segundos grabada por un hombre de la zona norte de Phoenix a las 8:28 aparecen cinco luces blancas alineadas en forma de V. Dos minutos después, los pilotos de un 757 de America West que volaba a 5200 metros de altura por el lago Pleasant, en Arizona, avistó las luces hacia la derecha.—¡Mira, un ovni! —dijo en broma el copiloto, John Middleton, al piloto, Larry Campbell.Llamaron por radio al centro regional de control de tráfico aéreo de Albuquerque, Nuevo México, para pedir informes sobre el asunto, y un controlador respondió que se trataba de una escuadra de aviones CT-144 que volaba a 5800 metros de altura.Alguien que escuchó la conversación y dijo ser un piloto de la escuadra se comunicó con Middleton.—Somos Pinzones canadienses piloteando Tutores —dijo.Los Pinzones son el cuerpo de acrobacia de la Fuerza Aérea canadiense; usan aviones CT-144, aparatos de reacción de dos plazas, para enseñanza, apodados "Tutores", con una sola luz de aterrizaje en la nariz.Sin embargo, el capitán Michael Perry, oficial de logística del cuerpo, aseguró que ninguno de sus aviones había estado en Arizona ese mes, y explicó a Reader's Digest: "No acostumbramos volar en V ni con las luces de aterrizaje encendidas".Los oficiales de las bases aéreas militares Luke, en Phoenix, Nellis, en Las Vegas, y Edwards, en Rosamond, California, dijeron que ninguno de sus aviones estaba volando por allí a esa hora.Los funcionarios de la Administración Federal de Aeronáutica de Estados Unidos admiten su desconcierto. "No tenemos conocimiento de lo ocurrido", declara Martin Hardy, administrador de control aéreo de Phoenix.Ya fuese un ejercicio militar secreto, un elaborado engaño u otra cosa, hay tantos testigos de que algo surcó el cielo de Arizona esa noche, que la polémica en torno a los ovnis se ha reavivado.UN VIEJO MISTERIO
Aunque se han observado objetos extraños en el cielo desde hace siglos, la era moderna de los ovnis no comenzó hasta 1947, año en que hubo un número insólito de avistamientos. Los observadores han ofrecido una gran variedad de explicaciones, desde la histeria desatada por la Guerra Fría hasta la presencia de visitantes del espacio que vienen a investigar las explosiones nucleares.
En los 22 años siguientes, la Fuerza Aérea estadounidense investigó más de 12.600 avistamientos y atribuyó la mayoría a la identificación errónea de fenómenos atmosféricos, aerolitos, planetas, globos meteorológicos y otros objetos voladores hechos por el hombre. No obstante, 701 quedaron sin explicar, y J. Alien Hynek, astrónomo de la Universidad Northwestern y asesor científico de la Fuerza Aérea en materia de ovnis, concluyó que algunos quizá tuviesen origen extraterrestre.Esta opinión fue cuestionada por un estudio que llevó a cabo en 1969 la Universidad de Colorado con fondos de la Fuerza Aérea, y en el que se revisaron 59 de los casos más célebres. De algunos se dijo también que eran equivocaciones o engaños. Aunque todavía quedaban 23 sin aclarar, el doctor Edward Condon, director del estudio, concluyó que no había pruebas de la existencia de visitantes extraterrestres "ni motivos para emprender un estudio más amplio de los ovnis".Aun así, los avistamientos no cesan, y el asunto sigue despertando gran interés. En 1997, un equipo de nueve científicos de Francia, Alemania y Estados Unidos afiliados a universidades, laboratorios u observatorios, revisaron los informes de ocho investigadores de ovnis. El equipo, patrocinado por Laurance Rockefeller, rico filántropo interesado desde hacía tiempo en el tema, eligió los casos en que había alguna prueba física, como localizaciones de radar, daños a la vegetación o lesiones comprobables en los testigos.Los expertos concluyeron que algunos incidentes podían ser consecuencia de raros fenómenos atmosféricos. En ningún caso encontraron pruebas de que el ovni fuese de procedencia extraterrestre, pero tampoco descartaron la posibilidad.El informe de este estudio fue acogido con escepticismo por el Comité para la Investigación Científica de Supuestos Fenómenos Paranormales, agrupación especializada en desmentir las aseveraciones de la ciencia marginal. Philip Klass, miembro del comité y colaborador del semanario de aviación y astronáutica Aviation Week & Space Technology, descalifica la idea de que los ovnis sean extraterrestres. "En 50 años no ha habido una sola prueba física creíble", señala.Quizá así sea, pero de todas formas creí oportuno revisar dos de los casos estudiados por el equipo de Rockefeller. Tras entrevistar a los testigos oculares y revisar documentos oficiales al respecto, puedo decir que, como ocurre con las luces vistas en Arizona, ambos casos siguen siendo fascinantes... y misteriosos.
¿Ovni o aerolito?- Jack y Mike Moore muestran los trozos de metal que cayeron incandescentes del cielo.METAL CANDENTE
El 17 de diciembre de 1977, a las 7:45 de la noche, Mike Moore y su esposa, Criss, ambos de 24 años, iban en coche a casa de la madre de él, situada en Council Bluffs, Iowa, cuando, a unos 800 metros de distancia, vieron relumbrar una bola anaranjada sobre las copas de los árboles. Otras tres personas aseguran haber visto caer un objeto en el Parque Big Lake. Además, algunos conductores que pasaban por allí notaron que un dique emitía un fulgor rojizo a causa de una masa de metal fundido que hervía sobre la tierra helada.
Al cabo de 15 minutos llegó el jefe de bomberos adjunto de Council Bluffs, Jack Moore, padre de Mike, y se encontró con "un enorme charco de metal de unos diez centímetros de espesor, que en algunos puntos estaba burbujeante y al rojo vivo". Robert Alien, astrónomo de la localidad, remitió muestras de los restos a metalúrgicos de la Universidad Estatal de Iowa y de la División de Tecnología Exterior de la Base Wright-Patterson de la Fuerza Aérea estadounidense, en Ohio.Las muestras resultaron ser una aleación compuesta principalmente de hierro, con pequeñas cantidades de níquel y cromo; es decir, se trataba de acero inoxidable. "Los análisis indican que no es probable que el material provenga de un aerolito", señaló Robert Hansen, director del Laboratorio Ames de la Universidad Estatal de Iowa.Los científicos de la Fuerza Aérea no pudieron dar ninguna explicación sobre el origen del objeto, pero aseguraron que no tenía relación con operaciones militares ni espaciales. "Cuando los restos de aviones o astronaves reingresan a la atmósfera, no llegan derretidos a la superficie de la Tierra", escribió en 1978 el coronel Charles Senn a Alien.¿Se trataba acaso de un refinado engaño? Alien no encontró en la localidad más que una industria provista del equipo necesario para fundir metales, y la noche del incidente no estaba en operación. "Sin embargo, nadie puede explicar cómo cayó desde semejante altura media tonelada de metal fundido", agrega el astrónomo.FUEGO EN EL CIELO
El 29 de diciembre de 1980, poco después de las 9 de la noche, Betty Cash, residente de Dayton, Texas, de 52 años, conducía a casa por un camino rural desierto entre un bosque de pinos. Iba acompañada de su amiga Vickie Landrum, de 57 años, y del nieto de ésta, Colby, de seis.
Ambas mujeres afirman que un objeto brillante descendió del cielo delante de ellas arrojando llamas por la parte inferior. La señora Cash frenó bruscamente y detuvo el auto a unos 45 metros del objeto. Al instante sintieron un intenso calor dentro del vehículo y oyeron un ruido atronador.Se apearon y se quedaron mirando una luz cegadora y una inmensa estructura metálica con forma de rombo de punta roma. El objeto parecía intentar ascender sobre los árboles, emitiendo ráfagas de fuego y un rugido constante.Transcurridos unos diez minutos, el objeto se elevó por encima de los árboles, se ladeó y empezó a avanzar con lentitud hacia el sur. Finalmente, los testigos vieron llegar una escuadra compuesta de hasta 23 helicópteros, que al parecer iban siguiendo el objeto.Tanto las mujeres como el niño cuentan que, en el camino a casa, padecieron dolores de cabeza y después náuseas, y luego pasaron varios días aquejados de vómitos, diarrea y quemaduras de piel. Además, a la señora Cash se le cayeron gruesos mechones de pelo, y el 2 de enero de 1981 la internaron en la sección de pacientes quemados del Hospital General Parkway, de Houston, donde permaneció cuatro semanas bajo tratamiento supervisado.Aunque ambas señoras acudieron a la policía y a las bases militares del estado, nadie pudo explicarles lo ocurrido. A la señora Cash le aconsejaron comunicarse con John Schuessler, contratista de la nasa, director de Operaciones de Vuelo del Transbordador Espacial y autoridad en ovnis. Schuessler y el físico de la nasa Alan Holt entrevistaron también a la señora Landrum y a su nieto, quienes los llevaron al lugar de los hechos."En el sitio donde bajó el objeto, la línea amarilla del camino estaba ondulada por efecto de una intensa onda de calor", comentó Schuessler a Reader's Digest. "Un círculo de unos siete metros de diámetro de pavimento parecía haberse derretido y vuelto a endurecer, y en las partes de los árboles que daban al camino había Zonas ennegrecidas como a seis metros de altura".Schuessler dio con otros cinco testigos que habían visto un ovni parecido la misma noche. Ocho testigos más, entre ellos un policía de Dayton, aseguraron haber visto el enjambre de helicópteros, mas no el ovni. El experto dedicó los siguientes cinco años a investigar la procedencia de los helicópteros, sin ningún resultado.El asunto se turnó a un inspector general del Departamento del Ejército, que, si bien no halló ninguna explicación de lo ocurrido, concluyó que "no había indicio de que alguno de los testigos hubiera intentado exagerar los hechos".Mientras tanto, los trastornos de salud de Betty Cash, Vickie Landrum y Colby persistieron. Más adelante la señora Cash se fue a vivir a Birmingham, Alabama, donde, según reveló en entrevista el doctor Bryan McClelland: "La enfermedad que padeció a raíz de la exposición al objeto fue indudablemente una típica lesión por radiación, con pérdida de la piel y del cabello seguida de accesos de diarrea y vómito. No es posible que lo haya inventado".UNA NUEVA DIMENSION
Von Eshleman, ingeniero electricista jubilado de la Universidad Stanford que copresidió el estudio financiado por Rockefeller, declara que, según el equipo de expertos, algunos avistamientos recientes "podrían deberse a actividades militares secretas", pero otros probablemente tengan distinta explicación. Jacques Vallée, científico informático y asesor del equipo, señala: "La controversia en torno a los ovnis siempre se ha polarizado en dos puntos de vista extremos: que todo son patrañas o que los objetos son extraterrestres. Quizá la verdadera explicación resulte más extraña de lo que hoy creemos".