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abril 23, 2011
A manos llenas- Las gemas provenían de un rico depósito fuertemente custodiado.CONDENSADO DE U.S. NEWS & WORLD REPORT (3-VIII-1998) © 1998 POR U.S. NEWS WORLD REPORT. INC., DE WASHINGTON, D.C.¿Podría la policía contener uno de los saqueos más cuantiosos de la época moderna?
Por David Kaplan y Christian Caryl¿ME HACE EL FAVOR de revisar esto? —le pidió a Joe Davidson su superior de la FBI, entregándole un expediente.
Hacía un año, a fines de 1993, un informante había revelado a la oficina que unos inmigrantes rusos estaban gastando cantidades fabulosas de dinero en San Francisco, California.Según leyó Davidson, se trataba de comerciantes de diamantes que habían establecido un centro de distribución con la más avanzada tecnología, llamado Golden ADA. Curiosamente, habían intentado incluso regalar a la policía un helicóptero ruso.A Davidson, agente veterano de la corporación, de 39 años, aquello le dio muy mala espina. Para empezar, San Francisco nunca había sido un centro de comercio de diamantes. Además, hacía apenas dos años que dos de los tres propietarios de Golden ADA se dedicaban a pintar aceras. El agente entró en la oficina de su jefe y le anunció:—Quiero ocuparme de este caso.BUEN COMIENZO
Un helicóptero Kamov Ka-32 no era precisamente la clase de aeronave que uno esperaría ver aterrizar en el corazón de San Francisco, pero allí estaba, en una azotea, como elemento central de una recepción de gala que se llevó a cabo en febrero de 1994 para celebrar la inauguración de Golden ADA. Entre los invitados distinguidos se encontraban el alcalde Frank Jordán, el jefe de policía y ejecutivos importantes de la ciudad. Mientras tomaban sorbos de champaña y bocadillos de caviar, escucharon discursos sobre cómo San Francisco llegaría a ser un gran centro de comercio de diamantes.
Los dueños de la empresa eran un ruso llamado Andréi Kozlenok y dos socios armenios, los hermanos Ashot y David Shagirian. El primero, hombre delgado y elegante de treinta y tantos años, se dedicaba en su país a vender neumáticos y licor de puerta en puerta. Ahora llevaba un reloj de 50.000 dólares, presumía de sus relaciones con altos funcionarios y poseía una cuenta de cheques aparentemente inagotable.Se había asociado con los Shagirian porque hablaban bien el inglés y tenían contactos en la ciudad. A cada uno le ofreció el 20 por ciento de participación en la compañía, para quedarse él con el 60 por ciento restante.Con frecuencia decía que su misión era arrebatar parte del negocio a De Beers, monopolio sudafricano que desde hacía mucho controlaba la producción y la distribución de diamantes en todo el mundo y que, al decir de algunos críticos, mantenía artificialmente los precios por las nubes. Desde que, en los años 50, se descubrieron inmensos yacimientos diamantíferos en Siberia, Rusia contribuía al monopolio, pues tenía con De Beers un pacto por el cual se obligaba a venderle la mayoría de las gemas. Ahora que se veía rica en diamantes y necesitada de dinero, Rusia deseaba tener mayor control.Con todo, De Beers no tenía nada que temer. Al parecer, Golden ADA no buscaba mayor participación en el mercado, sino algo distinto.EL PLAN
Los burócratas rusos llaman el Clóset al puñado de depósitos subterráneos fuertemente custodiados en que se guarda el tesoro nacional de la Federación Rusa y la antigua Unión Soviética, el cual consiste en una gran cantidad de piedras preciosas, monedas raras y joyería fina.
Su administrador era Yevgueni Bichkov, mentor de Kozlenok. Según la prensa rusa, varias veces lo habían investigado por malos manejos en sus anteriores cargos, pero logró salir limpio y el presidente Borís Yeltsin lo nombró director del Comité de Piedras y Metales Preciosos.En 1992, el comité discurrió un plan para escapar del control de De Beers: Moscú establecería un centro de distribución de diamantes en Estados Unidos, al cual enviaría objetos valiosos del tesoro nacional. La empresa debería obtener un préstamo de 500 millones de dólares para asegurar su ingreso en el negocio de los diamantes. Esa primavera, Bichkov abrió las puertas del Clóset.ACTO DE MAGIA
Muy pronto, Kozlenok y sus socios estaban abriendo talego tras talego de diamantes siberianos tallados. Eran miles de piedras que en total sumaban 25.600 quilates, y cuya venta podía redituar alrededor de 20 millones de dólares. Pero los diamantes no eran más que una parte del tesoro. Junto con ellos llegaron cajones llenos de artículos de plata fina, otras piedras preciosas —entre ellas amatistas, topacios y esmeraldas—, así como obras de arte antiguas y oro.
Este llegó por toneladas, en forma de miles de monedas de colección. En total, Golden ADA recibió una tajada de más de 90 millones de dólares del tesoro ruso como garantía prendaria del préstamo.Sin embargo, Kozlenok tenía otros planes. Hizo que un distribuidor de oro fundiera cinco toneladas y media del metal, las cuales vendió en más de 50 millones de dólares. Después, junto con sus socios, empezó a darse vida de príncipe. Una tarde pagó más de 1 millón de dólares por un Rolls-Royce y dos Aston Martin. Entre los Shagirian y él gastaron 1,2 millones en tres yates de lujo, 3,8 millones en tres mansiones y 20 millones en un avión bimotor de reacción.Entre febrero y marzo de 1994, Bichkov autorizó más embarques dirigidos a Golden ADA. En esta ocasión fueron casi 90.000 quilates de diamantes en bruto. Para entonces, tanto la policía rusa como la FBI habían comenzado a investigar.BOTIN EXTRAVIADO
El comandante Víktor Zhirov había pasado gran parte de su vida profesional en Moscú, en la división de delitos fiscales del Ministerio del Interior. En su opinión, el caso que lo ocupaba en ese momento tenía todas las características de un "negocio de estafadores".
Cuando profundizó en el asunto, casi sin ayuda, se topó con varias dificultades. Los funcionarios de Moscú no se cansaban de repetirle que los diamantes estaban en buenas manos. Lo peor era que no tenía acceso a documentos clave, pues todo lo relativo a la empresa era clasificado.No obstante, la policía encontró pruebas suficientes para registrar las oficinas de Golden ADA en Moscú. Confiscó documentos que detallaban el envío de diamantes en bruto por 89 millones de dólares, autorizado por Bichkov.—Pero, ¿dónde está el botín? —preguntó Zhirov al enviado de la FBI en Moscú.Era insólito que la oficina tuviera un hombre en Rusia. Al principio de los años 90, el crimen organizado ruso empezó a extenderse por todo el mundo, y la FBI se dio cuenta de que necesitaba encontrar aliados de confianza en la antigua Unión Soviética. Consecuencia de ello fue la creación de lo que podría llamarse los Intocables Rusos, un selecto grupo adscrito al Ministerio del Interior, con el que los estadounidenses podían colaborar. Víktor Zhirov era uno de ellos, de manera que cuando llamó por teléfono la FBI le prestó especial atención y lo invitó a San Francisco en calidad de huésped.
Yevgueni Bichkov- Había salido limpio de varias investigaciones por malos manejos.EL LIMPIADOR
Los diamantes que Bichkov había enviado a California alcanzaban para hacer 45.000 anillos de compromiso. La mayoría se enviaron secretamente a las oficinas de Golden ADA en Amberes y se vendieron en alrededor de 77 millones de dólares a una compañía supuestamente controlada por De Beers.
Mientras tanto, en Golden ADA la situación se volvía caótica. Kozlenok tuvo un pleito con los Shagirian, quienes declararon ante un tribunal que su socio les había ofrecido 5 millones de dólares por renunciar a su parte en la sociedad. Ellos aceptaron el dinero.Temiendo que le arrebataran el control de Golden ADA, Kozlenok contrató al investigador Jack Immendorf como presidente de la junta directiva para que enderezara las cosas. Sin embargo, Immendorf pronto averiguó que la firma llevaba una doble contabilidad. Contrató los servicios de una empresa de consultoría, la cual descubrió que Golden ADA llevaba gastados más de 130 millones de dólares sin registros claros de las operaciones. Después de seis meses, Immendorf renunció explicando: "Estos sujetos se dedicaban a robarse entre sí. Pensaban que todavía estaban en Moscú".Según las autoridades, el plan original pudo haber sido utilizar a Golden ADA como arma para presionar a De Beers, y al mismo tiempo sacar provecho suficiente para tener contentos a todos. Sin embargo, Kozlenok al parecer había enloquecido, por lo que Bichkov recurrió a Andréi Chernujin, hombre de negocios ruso al que un agente de la FBI llamaba el Limpiador. Su tarjeta de visita decía simplemente: "Asesor de la Federación Rusa". Lo primero que hizo fue apostar en Golden ADA guardias provistos de armas semiautomáticas. Luego decidió ocuparse de Kozlenok.Tal vez nunca se sepa lo que ocurrió a continuación. Kozlenok sostiene que fue llevado con engaños a México, donde lo obligaron a firmar la cesión de Golden ADA a uno de los socios de Chernujin. Los investigadores más bien suponen que le pagaron para que se retirara del negocio. En octubre de 1995 partió apresuradamente a Bélgica.CONSPIRACION DESCUBIERTA
Víktor Zhirov llegó precisamente cuando Kozlenok escapaba. Sabiendo lo arraigada que estaba la corrupción en Rusia, Joe Davidson le escudriñaba el rostro y escuchaba con cuidado la traducción de sus palabras. Notó que Zhirov usaba el mismo traje toda la semana y comía bocadillos a fin de ahorrar los viáticos que le pagaba la FBI. Pronto entendió por qué: el sueldo de su colega era de 400 dólares al mes.
En San Francisco, Zhirov encontró pruebas materiales de la magnitud del saqueo. Al comprender la gravedad del caso, Davidson dejó de ver a su colega con sospecha y empezó a confiar en él e incluso a temer por su vida.Al regresar a Moscú, Zhirov, junto con un grupo creciente de colaboradores, registró las oficinas relacionadas con Golden ADA. A los pocos días, dos hombres le salieron al paso y le dieron una golpiza. Uno de ellos le advirtió:—¡Deja de investigar a Golden ADA, o la próxima vez te mueres!EL ENCUBRIMIENTO
Sin amedrentarse, el policía ruso comenzó a investigar en varias dependencias del gobierno. Cada vez había más presión para que Bichkov explicara la desaparición de casi 180 millones de dólares del tesoro del Estado. A fines de septiembre de 1995, el comité presidido por él entabló una demanda contra Golden ADA en un tribunal federal de Estados Unidos. Alegaba que Kozlenok y los Shagirian habían robado el capital destinado al procesamiento de los diamantes.
Sin embargo, la interceptación de líneas telefónicas llevada a cabo por la FBI revelaba una historia muy distinta. Los agentes tenían una grabación en la que Bichkov hablaba con Chernujin sobre la manera de suspender las investigaciones, y ambos acordaban que este último conseguiría la ayuda de influyentes funcionarios rusos: el alcalde de Moscú, el jefe del Servicio de Seguridad Presidencial de Yeltsin y un primer ministro suplente. Luego Chernujin hizo llamadas telefónicas a las oficinas de Yeltsin en Moscú, e incluso a la casa de campo del presidente.Por primera vez, los funcionarios de la FBI pensaban que tenían en sus manos pruebas de un encubrimiento que llegaba hasta los más altos niveles del gobierno ruso. La FBI y sus colaboradores en Moscú perseveraron en el caso, convencidos de que estaban a punto de destapar una cloaca. Entonces hubo novedades nada favorables.
Buen equipo- Joe Davidson (derecha) y el agente ruso Víktor Zhirov.JUGADA SORPRESIVA
¿Qué sabe del registro que hará mañana el Servicio de Recaudación Fiscal en Golden ADA? —preguntó a Davidson su superior.
El agente se quedó de una pieza. Sin consultarlo, los fiscales habían aprobado un plan para confiscar los activos de la empresa de diamantes. En consecuencia, no se podría emprender acción penal contra los defraudadores. Kozlenok había huido, y era improbable qúe otros miembros de Golden ADA se quedaran en el país al verse acosados por el fisco.Ambos agentes se enfrentaron a los fiscales.—¿Cómo se atreven a hacer esto? —gritó el superior de Davidson.A pesar de las protestas, los abogados se negaron a cambiar de plan.Al día siguiente, 7 de noviembre de 1995, los agentes del Servicio de Recaudación Fiscal (SRF) se incautaron de las oficinas centrales de Golden ADA y otros activos, e impusieron a la compañía el mayor embargo civil en la historia del servicio: 63 millones de dólares por impuestos evadidos. Las autoridades decomisaron 9.450.000 dólares en embarques de oro, alhajas y diamantes.Muy pronto, Golden ADA fue obligada a declararse en quiebra. Del faltante original de 180 millones de dólares, el SRF recuperó 40 millones en activos.PODEROSA EXCUSA
Davidson y Zhirov no se dieron por vencidos. Tras dos viajes más a San Francisco, Zhirov volvió a Moscú con pruebas irrefutables. En febrero de 1996, Bichkov fue acusado de "negligencia delictiva" y de violar la ley de divisas.
Si lo hubieran declarado culpable, lo habrían condenado a diez años de cárcel, pero fue indultado al amparo de una amnistía general. Hoy sigue siendo un magnate de la industria de las gemas y culpa de sus problemas a Kozlenok, a De Beers y a sus enemigos políticos.Ashot Shagirian fue deportado del Caribe a San Francisco y se declaró culpable de evasión de impuestos. Se cree que su hermano David se oculta en algún lugar de Europa. A Chernujin se le busca para ser interrogado en Moscú y San Francisco. En junio de 1996, Kozlenokfue extraditado de Grecia a Moscú, donde la gran interrogante es si divulgará algunos nombres.
Por su dedicación al caso de Golden ADA Víctor Zhirov fue ascendido a coronel. Junto con sus colaboradores, ha sentado un precedente perdurable.
Con todo, en el verano de 1998 surgieron más problemas. Ante las elecciones presidenciales de Rusia en el año 2000, el caso se volvió demasiado delicado para permitir que Zhirov siguiera indagando. Tras 18 años de servicio, lo despidieron, y así concluyó en silencio su investigación de Golden ADA.