MANZANO, EL SUEÑO DE AVALON
Publicado en
marzo 07, 2011
Y en un dulce sueño vio que las manzanas le decían a la luna "Danos más de tu luz y te daremos más de nuestras rojas mejillas."
(Cuentos sufies, Adnan Sarhan)
Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría mi árbol.
Martin Luther King
Por Ignacio AbellaEn las inmensas regiones que el manzano ha conquistado terreno, existen mil leyendas que relacionan su sabroso fruto y los fértiles vergeles en los que se cría con el paraíso, donde todo parece empezar y terminar en un nuevo comienzo.
Las costumbres populares europeas consideran el manzano como uno de los árboles preferidos para plantar en el momento del nacimiento de un niño y, curiosamente, en muchos cementerios bretones y normandos es también el manzano, junto con el tejo, la especie que acogerá entre sus raíces a todos los vecinos del pueblo al final de sus vidas.En la Asturias de las pomaradas se habla de los manzanos con una familiaridad mayor que la que usan muchas veces con el ganado o con los propios vecinos. Los árboles de aquella variedad "son muy vagos", confiesa una paisana. "El manzano no quiere ver cerca al eucalipto porque se entristece", dicen otros. Para explicar la vecería, es decir, la marcada tendencia que tienen estos frutales a producir tan sólo una vez cada dos años, nos explicaron que antaño producían de seguido, pero que, tras la guerra, los manzanos acordaron producir un año sí y otro no. Y es que el manzano, como la propia sidra que produce su fruto, parece envuelto en una extraordinaria atmósfera de misterio y dotado de un entendimiento singular.Así, cuentan las antiguas crónicas del bosque, que cuando Malus sapiens comenzó a domesticar a Homo domesticas, intentó por todos los medios doblegar sus salvajes instintos mediante el aroma, la dulzura y la pura belleza. Hay quien afirma que, finalmente, fue el hombre quien amansó al manzano, pero es probable que se trate tan sólo de supercherías y tabulaciones humanas.Los relatos tradicionales recuerdan a Merlín enseñando a sus alumnos bajo un manzano, y poetas como Robert Graves han evocado la inspiración que se encuentra al pie de los manzanos o en la estación de las manzanas.Islas maravillosas pobladas por interminables pomaradas aparecen también en las leyendas y poemas de los antiguos reinos europeos. Así, en Irlanda, se hablaba de Emain Abhalach (la pomarada bendita), y son bien conocidas en la literatura del ámbito céltico la isla de Avalon o la ínsula Pomorum, eternamente verde y en la que nunca caen ni el granizo, ni la lluvia, ni la nieve. Se trata de territorios míticos de los que llegaban hadas de poderosa magia y belleza deslumbrante y a los que emigraban viajeros y peregrinos en pos de las promesas del más allá. Dicen que un mes en estas tierras de ensueño equivale a cientos de años de nuestro mundo, e incluso a la eternidad.Un día, cuando me encontraba hablando con unas madres a la entrada de la escuela, vimos pasar al abuelo de una de ellas que caminaba llevando su bicicleta. "Tiene 89 años. Hace un mes dijo que iba a plantar una pumarada y ya está terminando." A lo que la nieta respondió: "¡Qué optimismo!". Sin embargo, probablemente aquel hombre tenía edad suficiente para saber que el secreto de la eterna juventud no radica en las manzanas prodigiosas de la diosa Iduna ni tampoco en las que, según la leyenda, encontrara Alejandro Magno y que podían prolongar la vida hasta 400 años. Es tan simple como continuar plantando y esperando.La presencia de este árbol en el paisaje no se reduce a las pomaradas que los paisanos cultivan cuidadosamente, protegiéndolas de los herbívoros e insectos que puedan atacarlas, alimentándolas con abono y cuidándolas con esmero. Además de estos manzanos consentidos y mimados, existen otros salvajes y libres cuyo fruto pequeño y demasiado amargo para el ser humano es consumido por una gran cantidad de animales silvestres, desde el pequeño erizo, hasta el jabalí o el tejón, que se encargan de diseminarlo.UTENSILIOS, COMBUSTIBLE Y AROMA
La madera del manzano ha sido siempre muy apreciada para la talla y el torneado. Con ella se pueden hacer mazos, utensilios y pequeñas esculturas, pero también se usa como combustible que conserva vivos los rescoldos largo tiempo. Por esa razón, la última leña que se echa a la hoguera justo antes de ir a dormir es la de este árbol. Por otra parte, la piel seca de las manzanas silvestres, cuando se cuece durante unos minutos, da un té delicioso. Además, el aroma inconfundible de las manzanas era el que se usaba antaño para perfumar la ropa de los armarios. ¿Fueron aquellas sábanas las que inspiraron los sueños originales de la mítica Avalon?
Fuente:
REVISTA INTEGRAL - OCTUBRE 2008