Publicado en
noviembre 07, 2010

El estudio del espacio y los recursos y la elección de especies son indispensables.
Por Manuel Núñez y Claudina NavarroDibujar uno mismo el jardín es una tarea que requiere tiempo y creatividad. Como premio se obtiene un trozo de naturaleza que transpira la propia personalidad. Todo es posible, desde un jardín con césped, tobogán y cajón infantil de arena a uno de árboles frutales u otro de plantas ornamentales. Pero sea cual sea el modelo, hay que tener en cuenta la inversión en dinero y en horas de trabajo, la calidad del suelo, la luz que recibe en distintas zonas y el clima a lo largo del año. Estos datos son imprescindibles a la hora de elegir las especies que se van a plantar, que además deberían consumír la menor cantidad posible de recursos. En este sentido, las especies locales suelen ser las más adecuadas.
INSECTICIDAS NATURALES
Los colores y las épocas de floración son también importantes. Hay que evitar el monocromatismo y que todas las plantas florezcan al mismo tiempo. Asimismo, los jardines que linden con prados o bosques deben incluir en primera línea plantas que no sean del agrado de caracoles y babosas para frenar su proliferación sin recurrir a las "armas químicas". El siguiente paso es elegir las especies que adornarán el jardín.
Las plantas bianuales dan menos trabajo que las anuales. Durante el primer año sólo desarrollan las hojas y la floración tiene lugar en el segundo año. Es conveniente adquirirlas en el momento de la floración. Algunas especies bianuales más comunes son el pensamiento, la digital, la campánula o el alhelí.Los arbustos que florecen son la columna vertebral de los parterres, aunque precisan varios años para mostrar su esplendor. Un par de variedades recomendadas son las reinas margaritas y las espuelas de caballero.Las plantas que cubren el suelo lo protegen del resecamiento. Los arbustos bajos, resistentes al invierno y que florecen en primavera o verano, como la siempreviva, las aubrietas, las arábides y las armerías, apenas necesitan cuidados.Los árboles frutales precisan de mucho espacio para desarrollar su belleza, aunque hay variedades pequeñas de naranjos, mandarinos, cerezos o perales que no sobrepasan los tres metros.Las plantas aromáticas son imprescindibles por sus fragancias y usos culinarios. La lavanda, la salvia y el orégano, además, ofrecen bellas florecillas.Las hortalizas dan mucho trabajo y requieren tiempo, pero unas cuantas tomateras junto a una pared soleada están al alcance de cualquiera.Los setos son adecuados para delimitar, separar y crear orden. Son interesantes especies silvestres como el endrino, el espino blanco o el rosal silvestre, que además no necesitan poda.Los bulbos como tulipanes, crocus, ajos ornamentales o jacintos, tienen la ventaja de que, una vez enterrados, vuelven a florecer mágicamente cada año.Las trepadoras embellecen las paredes, aunque la típica hiedra tiene algunos inconvenientes: su crecimiento es agresivo y puede provocar desperfectos, sobre todo si hay tejas o alguna grieta. Son idóneas las glicinias o las clematis, que deben recortarse cada año.CONSEJOS PRÁCTICOS
La construcción sobre el plano.
Dibujar un plano ayuda a hacerse una idea del resultado final: la casa, los muros, las entradas, las terrazas, los árobles... Los diseños del jardín se pueden dibujar en papel transparente, de manera que se puedan visualizar diferentes opciones.El primer paso es planificar los lugares en los que se colocan los contenedores de basura, el compost, el recolector de lluvia o la caseta donde guardar las herramientas.Hay que calcular los espacios que necesitarán árboles y arbustos a cinco o diez años vista. Las plantas pequeñas se colocan delante y las grandes detrás. Después de diseñar el jardín, el primer trabajo consiste en levantar la tierra, esparcir tierra fértil y abono ecológico e instalar, si se desea, el riego automático y los cables para la iluminación.