DESLUMBRAN JOYAS DE LAS ENTRAÑAS DE MEXICO
Publicado en
noviembre 07, 2010

Trescientos metros bajo tierra, dos mineros encuentran un fabuloso tesoro natural.
Por John RossMUY POR DEBAJO de la superficie de una aislada cadena montañosa de México se encuentran dos recintos esplendorosos, llenos de cristales traslúcidos que alcanzan el tamaño de pinos adultos. Están uno sobre otro, como rayos de luna que de pronto hubieran adquirido peso y sustancia. Se les considera los de mayor tamaño del mundo.
En abril de 2000, los hermanos Eloy y Javier Delgado los descubrieron mientras abrían con explosivos un nuevo túnel en las minas de Naica, que producen plata y plomo, en el centro del estado de Chihuahua. Eloy se metió por una pequeña abertura a una cueva de unos 10 por 20 metros, atestada de inmensos cristales. "Era algo muy hermoso; como luz que se reflejara en un espejo roto", cuenta. Había una hilera sobre otra de formaciones semejantes de hasta un metro de altura, dispuestas en ángulos caprichosos.Un mes después, los mineros de Naica hallaron cerca una caverna aún más grande, con cristales todavía mayores: algunos de más de 15 metros de largo. El consorcio Peñoles, propietario de las minas, mantuvo en secreto los descubrimientos para no atraer vándalos, pero no es tan fácil meterse allí; la temperatura oscila entorno a 65° C. con más de 85 por ciento de humedad."Poner un pie en la cueva es como entrar a un alto horno", opina el explorador Richard Fisher, de Tucson, Arizona. "En segundos está uno empapado en sudor".La experiencia de Fisher en la cueva pasó rápidamente del deslumbramiento al pánico. Dice que una persona sólo puede permanecer allí de seis a diez minutos, porque acaba por aturdirse. Después de tomar algunas fotografías, él tuvo que hacer un verdadero esfuerzo de concentración para volver a salir, aunque se hallaba apenas a unos diez metros de la entrada.Los geólogos conjeturan que una cámara de magma (roca fundida a temperaturas muy elevadas), situada a unos cinco kilómetros de profundidad bajo la montaña, empujó hacia arriba líquidos ricos en minerales a través de una falla. Con el paso del tiempo, esos líquidos hidrotermales dejaron depósitos de oro, plata, plomo y zinc cerca de la superficie, pero en algunas cavernas reinaban condiciones ideales para la formación de otro tipo de tesoros. El agua subterránea, rica en azufre proveniente de los yacimientos metalíferos cercanos, se mezcló con calcio y formó de esta manera cristales de dimensiones nunca vistas por el ser humano. Esta forma cristalina del yeso, que se caracteriza por su color pálido y su traslucidez, se conoce con el nombre de selenita.¿Cuánto tardaron en formarse los cristales? En condiciones ideales, apenas de 30 a 50 años."La mayoría de los cristales que hay en la Tierra caben en la palma de la mano", comenta Jeffrey Post, conservador de minerales de la Institución Smithsoniana. "Por eso, verlos tan enormes y perfectos es algo de otro mundo".
Calor abrasador. El consorcio minero Peñoles ha estudiado la posibilidad de abrir las cuevas al público, pero los problemas prácticos que habría que superar son aún enormes.MISTERIO CRISTALINO
LAS MINAS de Naica, donde se encuentra la Cueva de los cristales, se ubican a unos 50 kilómetros al suroeste de Delicias, Chihuahua. Se llega por carretera. Hay que recorrer cuatro kilómetros dentro de las minas, descendiendo 300 metros bajo tierra, hasta el recinto natural. El sitio no está abierto al público.
"Cuando uno visita la Cueva de los cristales, el extremo calor y la humedad producen un efecto muy peculiar", dice Sonia Estrada, funcionaria del gobierno del estado, quien en tres ocasiones ha descendido al subsuelo de Naica. "Al cabo de unos minutos la razón y la voluntad se separan. El instinto nos ordena salir, pero la fabulosa visión de los cristales gigantes nos llama con su belleza".Richard Fisher y el geólogo mexicano Carlos Lazcano fueron los primeros en entrar con fines científicos en las cuevas, y tomaron las primeras fotografías que se conocen de los cristales gigantes.— ENRIQUE LÓPEZ