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noviembre 21, 2010
Paco entra en el bar y ve a Juan al final de la barra con una sonrisa de oreja a oreja. Se acerca y le pregunta:
― ¿Por qué estás tan contento Juan?― Ya verás, Paco, necesito contarlo... estaba calafateando mi barca, solo calafateaba mi barca y se acerca una rubia, ¡qué rubia!, ¡pechos hasta aquí!, Paco, ¡pechos hasta aquí! y me pregunta: "¿Me das un paseo en tu barca, guapo?". "Claro que sí, hermosa", respondí y zarpamos... Bastante lejos, paré el motor y dije: "Nena, elige: follar o nadar". Y... no sabía nadar, Paco. ¡No sabía nadar!Unos días más tarde, Paco vuelve al bar y allí está Juan aún más contento que la vez anterior, riendo y cantando. Se acerca a preguntarle el por qué de tanta alegría.― Ya verás, Paco, necesito contarlo... estaba calafateando mi barca, solo calafateaba mi barca y se acerca una pelirroja ¡¡DE MIEDO!!, ¡Qué pelirroja, Dios bendito!, ¡pechos hasta aquí!, Paco, ¡pechos hasta aquí! y me pregunta: "¿Me das un paseo en tu barca, guapo?". "Claro que sí, hermosa", respondí y zarpamos... Bastante más lejos esta vez, paré el motor y dije: "Nena, elige: follar o nadar". Y... no sabía nadar, Paco. ¡No sabía nadar!Al día siguiente, Paco vuelve al bar y allí está Juan llorando como una magdalena sobre un lingotazo fuerte y síntomas de que no era el primero.― ¿Qué ha sucedido, Juan? ¡Cuenta!― Ya verás, Paco, necesito contarlo... estaba calafateando mi barca, solo calafateaba mi barca y se acerca una morenaza ¡¡DE AQUÍ TE ESPERO!!, ¡que MORENAZA, Santo Dios Omnipotente!, ¡pechos HASTA AQUÍ!, Paco, ¡pechos HASTA AQUÍ!. ¡Se me puso más tiesa que el mango de mis remos! Y me pregunta: "¿Me das un paseo en tu barca, guapo?". "Claro que sí, hermosa", respondí y zarpamos. Aún más lejos esta vez. Paré el motor y dije: "Nena, elige: follar o nadar". Enseguida se desnudó... y, tío, ¡la suya también estaba tiesa y además era tan larga como el mango de mis remos! Y... yo no sé nadar, Paco. ¡Yo no sé nadar!