EL ESTRÉS POSITIVO AYUDA A LOGRAR METAS
Publicado en
octubre 17, 2010
REACCIONES Y ESTÍMULOS. Sí se mantiene siempre la tensión, se produce agotamiento y crispación, porque la reacción a un estimulo es desproporcionada. Sin embargo, en el estrés positivo, ambos están equilibrados.Frente a la inacción y la apatía, la tensión creativa nos permite desplegar todas nuestras capacidades, y, a la vez, aumentar la propia autoestima.
Por Francesc MirallesLa relajación está sobrevalorada. A menudo identificamos la plenitud con la imagen que transmite la publicidad de los complejos vacacionales: una persona tumbada en una hamaca al sol, entregada al dolce far niente. Sin embargo, fuera de las pausas que necesitamos para "cargar pilas" antes de volver a nuestra actividad, la inacción y la falta de tensión son mucho más perjudiciales para la salud psicológica y existencial que el estrés positivo.
Así como un músculo que no se ejercita termina atrofiándose, las personas que no se marcan unos objetivos vitales ambiciosos son presa fácil de caer en la apatía y el miedo. De tanto rebajar el nivel de exigencia cada vez se atreven a menos, y la autoestima y la confianza en sus posibilidades van decayendo.AFRONTAR LOS PROBLEMAS
Los psicólogos conductistas suelen recomendar a los pacientes con crisis de angustia que se enfrenten sin dilación a la experiencia que temen. Los humanos somos seres de acción y sólo alcanzamos la felicidad con el pleno desarrollo de nuestras facultades.
Por definición, el estrés es la respuesta que da el organismo a una situación que le exige un gran esfuerzo. El término fue tomado de la disciplina de la física, que lo utilizaba para medir la resistencia de los materiales, y fue aplicado a la medicina por el bioquímico austríaco Hans Seyle. Este definió y exploró el fenómeno del estrés por vez primera en 1936 en un artículo para la revista Nature.En un nivel fisiológico, cuando el organismo responde a un estímulo de estrés -interno o externo— empieza a segregar unas hormonas, las catecolaminas, que pueden tener una acción beneficiosa o perjudicial en el individuo según cómo gestione este tipo de estímulos. Una situación hostil puede resultar paralizante o bien servir de acicate o motivación, como cuando un deportista se crece ante los gritos del público al jugar en el campo rival.Sin necesidad de acudir a ejemplos tan extremos, el mismo Seyle diferenció el estrés en dos categorías según su repercusión en la salud y en el estado de ánimo de la persona: distrés y eustrés.EL DISTRES es el llamado estrés negativo, que produce una reacción desproporcionada en relación con el estímulo. En lugar de optimizar los recursos de nuestro organismo, genera una sensación de agotamiento, incapacidad y pánico que a menudo se traducen en hipocondría.EL EUSTRES tiene lugar cuando no existe un desequilibrio entre el estímulo exterior y la reacción interior. El cuerpo experimenta la tensión como un reto y una sensación placentera. Este estrés positivo resulta motivador, aumenta en general el rendimiento y el optimismo, y no tiene efectos secundarios.EN BUSCA DEL SENTIDO DE LA VIDA
Hasta aquí hemos visto las dos variantes del estrés. Pero, ¿qué sucede cuándo vivimos inmersos en un estrés insuficiente como norma? Una respuesta clásica de las personas con actividades tan rutinarias que no les exigen ningún tipo de tensión o esfuerzo, por ejemplo, algunos funcionarios o jubilados, son el aburrimiento, la apatía y finalmente, en muchos casos, la depresión, Viktor Frankl, creador de la logoterapia, entendía que detrás de muchos trastornos depresivos se halla el vacío existencial, que se suele manifestar en un estado de tedio. Parece demostrado que el hastío, la falta de objetivos, genera más problemas psicológicos que la tensión.
Este catedrático de neurología y psiquiatría ponía como ejemplo la llamada "neurosis dominical", es decir, la depresión que aflige a muchas personas activas cuando cesa el trajín de la semana y se enfrentan a un día de reposo vacío de sentido o dirección.Según Frankl, la tensión interior es un requisito imprescindible de la salud mental. Para ello cita su propia experiencia en Auschwitz, el campo de concentración donde fue internado tras serle confiscado un manuscrito que tenía listo para su publicación. Su deseo insaciable de reconstituir su obra le llevó a anotar las ideas en tiras minúsculas de papel mientras padecía los delirios de la fiebre tifoidea, lo que le permitió mantener la lucidez y evitar un colapso.Tras ser liberado, en el apéndice a su libro El hombre en busca de sentido explicó que la salud psíquica precisa "la tensión existente entre lo que se ha logrado y lo que le queda por conseguir, o la distancia entre lo que uno es y lo que debería llegar a ser".Una vida sin tensiones no equivale a una existencia feliz ni equilibrada, ya que lo que nos hace plenamente humanos es poder luchar por una meta que merezca la pena. Es lo que en lenguaje logoterapéutico se llama "noodinámica", es decir, cuando vivimos con la tensión entre dos polos: la meta a alcanzar y la persona dispuesta a cumplirla. Esta concepción del sentido de la vida llevó a Frankl a movilizar todos los recursos de sus pacientes, en los que trataba de despertar la tensión creativa que les diera una finalidad y fortaleza.En su obra más célebre, Frankl explica el valor terapéutico del estrés positivo haciendo un símil con un puente: "Cuando los arquitectos pretenden apuntalar un arco con riesgo de hundirse, aumentan la carga en la clave, para que así sus piezas se unan con mayor fuerza. De la misma forma, si los terapeutas procuran fortalecer la salud mental de sus pacientes no deben tener miedo a aumentar su tensión interior si con ello les conducen a reorientar o encontrar el sentido de sus vidas."ADMINISTRAR LAS PAUSAS
Un eustrés prolongado y sin resultados positivos puede acabar convirtiéndose en distrés si no somos capaces de detenerlo a tiempo. Este riesgo se presenta, especialmente, cuando debemos enfrentarnos a un problema para el que no existe una resolución inmediata.
Entre los secretos del estrés positivo está acotar su duración. Todo esfuerzo que rebasa los límites del rendimiento óptimo se acaba convirtiendo en perjudicial. Un ejemplo de ello sería el del estudiante que trata de asimilar toda una materia la noche anterior al día del examen y lo único que consigue es acumular distrés y fatiga.En su obra clásica El arte de la Guerra, Sun Tzu explicaba así la importancia de concentrar la energía en un período limitado de tiempo: "Una victoria rápida es el principal objetivo de la guerra. Si la victoria tarda en llegar, las armas pierden el filo y la moral decae. Si las tropas atacan ciudades, su fuerza se desgasta. Cuando un ejército se implica en una campaña prolongada, los recursos del estado disminuyen rápidamente. Cuando tus armas están melladas y el ardor decae, ni fuerza exhausta y el tesoro gas-tado, los jefes de los estados vecinos tomarán ventaja de la crisis para actuar. En ese caso, ningún hombre, por sabio que sea, será capaz de evitar las desastrosas consecuencias que de ello resulten".Para evitar este riesgo, en los combates de la vida diaria debemos saber administrar sabiamente los momentos de lucha y las pausas, pues el arco que está siempre en tensión se acaba rompiendo y deja de tener utilidad.En la brevedad de los esfuerzos está, en todo caso, la clave del rendimiento. Una hora dedicada a la lectura atenta, por ejemplo, es más tonificante y produce mejores resultados que tres horas de lectura distraída que conducen a la fatiga y a la apatía. Como en las artes marciales, donde ningún movimiento debe ser en vano, si no dilapidamos el tiempo y las energías tendremos la garantía de que sabremos estar a la altura cuando lleguen los momentos culminantes.LOGROS CON MOTIVACIÓN
En cualquier caso, nuestra capacidad de gestionar de manera positiva la tensión depende del sentido que seamos capaces de dar a todo lo que hacemos. Tener una motivación superior, una hoja de ruta, llena nuestro vacío existencial y nos vacuna contra el distrés. Está demostrado, por ejemplo, que las personas con una fe sólida son mucho menos propensas a la depresión que las descreídas. Como un lubricante que hace funcionar mejor nuestros engranajes personales, tener una "misión" en la vida nos ayuda a seguir hacia adelante pese a las dificultades.
MANTENER LA MENTE ABIERTA Aparte de conocer cuáles son nuestros recursos y utilizarlos, es importante explorar siempre nuevos territorios para potenciar nuestras capacidades y mantener las riendas de nuestra vida.Muchas personas logran, de forma aparentemente sencilla, cosas que a otras les resultan imposibles a pesar de dedicar muchos esfuerzos. El secreto puede ser la vitamina M, es decir, tener en el horizonte una motivación. Como aseguraba el filósofo alemán Friedrich Nietzsche acerca de estas cuestiones, "el que tiene un por qué para vivir puede soportar casi cualquier cómo".El problema surge cuando una persona no ha encontrado sus objetivos vitales y, por lo tanto, es incapaz de elaborar una hoja de ruta propia. Existen diferentes estrategias para salir de esta situación. El escritor Alejandro Jodorowsky afirma, por ejemplo, que si averiguamos qué es lo que no nos gusta acabaremos llegando por eliminación a lo que realmente nos gusta.Esta idea está en sintonía con la logoterapia, disciplina que parte de la base de que el sentido de la vida no es algo que se invente, sino que se descubre por el camino. Sin embargo, los descubrimientos más importantes pueden pasarnos por alto si transitamos por el mundo con una actitud conformista, apática o temerosa. El coraje es una premisa de la tensión creativa.EXPLORAR NUEVOS TERRITORIOS
Cuando tomamos conciencia de nuestros recursos y logramos movilizarlos, de repente lo imposible se vuelve posible. Lo que sucede en nuestra vida deja entonces de ser el fruto de acontecimientos externos para convertirse en el resultado de un trabajo interior lleno de intención, Viktor Frankl aconsejaba practicar este ejercicio para desarrollar la responsabilidad y el valor "Actúa como si vivieras por segunda vez y en la primera lo hubieras hecho tan desacertadamente como estás a punto de hacerlo ahora".
En definitiva, poner en marcha este espíritu de superación, la capacidad de explorar territorios que no hemos visitado antes, es lo que nos permite desplegar todas nuestras capacidades y nos otorga el poder de decidir lo que queremos ser de mayores en todas las edades de nuestra vida.COMO INYECTARNOS TENSION POSITIVA
EVALÚA TU ACTIVIDAD PROFESIONALMuchas personas no logran desarrollar una tensión creativa en su trabajo porque no se hallan en el puesto adecuado para sus capacidades, un cambio laboral a tiempo puede tonificar positivamente la musculatura psicológica y existencial.RODÉATE DE PERSONAS PROACTIVASLas relaciones que creamos a nuestro alrededor influyen de forma determinante en el clima anímico. Un entorno de personas tóxicas puede matar el estrés positivo y potenciar el negativo, mientras que el apoyo de personas emprendedoras nos contagiará esta misma actitud.TRAZA UN MAPA DE OBJETIVOSUn método práctico de convertir el distrés que nos genera una meta que parece inalcanzable en estrés positivo es proyectar minuciosamente las distintas etapas que debemos cubrir para llegar al gran objetivo. Nuestro mapa servirá para no perder de vista el sueño que perseguimos.REVALORIZA TU TIEMPO LIBRESi tu trabajo no te permite una plena realización, convierte tu tiempo de ocio en un espacio de desarrollo personal. Recupera aficiones. Descubre aquellos campos artísticos en los que puedes aplicar mejor tu talento. Dedica tiempo y energía a las actividades que te hacen sentir bien.AJUSTA TUS HÁBITOSCada persona tiene agentes externos o internos que le generan eustrés y distrés. Hay quien necesita actuar con anticipación para sentir que posee el control de la situación. En otros casos, una preparación excesiva sólo sirve para generar nerviosismo. Conocer tu reacción ante los diferentes estímulos te servirá para encontrar el mejor escenario para optimizar tu rendimiento.Fuente:
REVISTA INTEGRAL - FEBRERO 2008