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agosto 22, 2010
Un tipo decide un día tener una mascota y se va de compras. Llega a la tienda de mascotas y de repente ve un loro colgando cabeza abajo desde un palo. El hombre se queda mirando al ave y dice en voz alta:
― ¡Vaya!, ¿Qué le habrá pasado a ese loro?― Yo nací así, ―dice el loro― Soy un loro sin patas.― ¡Ja!, ¡ja!, se ríe el hombre. Me pareció como si este loro hubiera entendido lo que dije y me hubiera contestado.― Claro que entendí lo que dijiste, dice el loro. Soy un loro sumamente inteligente y muy culto.― ¿Ah si?, pregunta el hombre. Entonces, contéstame esto, ¿cómo te cuelgas del palo, si no tienes patas?.― Bueno, verás, dice el loro, me da un poco de vergüenza, pero ya que has preguntado, te lo voy a decir: uso mi pene, lo enrollo en el palo como si fuera un gancho. Lo que pasa es que no puedes verlo, porque lo cubro con mis plumas.― Increíble, dice el tipo. Realmente puedes entender lo que dice la gente y contestar, ¿verdad?.― Claro que sí. Hablo español e inglés. Puedo conversar sin mayores problemas casi sobre cualquier tema: política, religión, fútbol, química, filosofía... y soy especialmente bueno en ornitología. Deberías comprarme. Soy un excelente compañero.El hombre mira el precio en la etiqueta: $200 y dice: ese precio es demasiado para mi.― Pssssst, ―le dice el loro, moviendo un ala para que se acerque―, nadie me quiere porque no tengo patas. Ofrécele al dueño $20.El hombre ofrece los 20 dólares y sale de la tienda con el loro.Pasan las semanas y el loro es sensacional. Es gracioso, interesante, un excelente amigo. Entiende todo y hasta da muy buenos consejos. Su dueño está feliz con él.Un día, el hombre llega de trabajar y el loro lo llama, psssst, moviendo un ala para que se acerque.El tipo se pone muy cerca de la jaula y el loro le dice:― No sé si contarte o no, dice el loro, pero es acerca de tu mujer y el cartero...― ¡¿Qué?! dice el hombre.― Bueno, dice el loro. Cuando esta mañana llegó el cartero, tu mujer lo recibió con un beso en la boca, y ella estaba vestida sólo con un bikini y brassiere.― ¿Y después que pasó? pregunta el hombre.― Después, el cartero entró en la casa y empezó a acariciarla toda, ―continúa el loro.― ¡Dios santo!, dice el hombre. ¿Y qué más?― Después, le quitó el bikini y también el brassiere. Se arrodilló y empezó a besarla por todas partes, empezando por los senos, lentamente e iba bajando y bajando por el ombligo y seguía y seguía...El loro se queda callado un buen rato...― ¿Y qué pasó? ¿Qué pasó? dice frenéticamente el hombre.― No sé, ―dice el loro―, se me paró el pito y me caí del palo...