RUTH ENGEL: LA FORMA Y EL VOLUMEN
Publicado en
enero 09, 2010
Calabaza, cerámica, 1995Por Mónica Vorbeck de la TorrePara Ruth Engel, la cerámica es una ocupación y un pasatiempo que le ofrece a su vez placer e infinitas posibilidades de autoexpresión, pero que, al mismo tiempo, se ha convertido en una forma de vida y en una forma de arte.
De origen alemán, Ruth Engel se inicia en las artes visuales en el colegio, donde tiene la suerte de asistir a una secundaria en donde se pone especial énfasis en la práctica y el conocimiento artísticos. Posteriormente toma clases particulares de dibujo y pintura con profesores de la academia de Stuttgart.Radicada en el Ecuador desde 1974, en sus primeros años en Quito apenas sí tiene tiempo para dedicarle al arte, pero a partir de 1984 reinicia con vigor su actividad artística. A partir del siguiente año participa en numerosas exposiciones colectivas, en las que presenta básicamente cerámica figurativa, desnudos y cabezas, y sólo eventualmente cerámica utilitaria. La cerámica como tal, parece marcar más bien un estado intermedio que un estado final de sus figuras, puesto que entonces parece ser su intencionalidad última producir en materiales más permanentes, como el bronce. Para el efecto consigue un maestro fundidor, pero éste desaparece al poco tiempo con todos los modelos de Ruth.Las figuras de aquel entonces son desnudos de pequeño formato, que dentro de su evidente clasicismo nos recuerdan el lenguaje del escultor alemán Georg Minne, con su elongación estetizante, los contornos marcados, y las superficies lisas, las formas simplificadas y sin detalle, las piernas como columnas, la cabeza como esfera, el cuello como cilindro. Pero los elementos no se unifican dentro de un orden arquitectónico, sino que se conjugan en una fluidez orgánica, perfilándose ésta como una de las características esenciales en la obra de Ruth Engel.Es en su primera exposición individual, en la Galería Pomaire, en 1987, que titula "Feria de Cerámica", donde Ruth expone por vez primera exclusivamente cerámica utilitaria.Aun hace diez años, en las galerías de la capital recipientes y fuentes no podían exhibirse en forma igualitaria al lado de pinturas y esculturas. Recordemos aquí el Salón de los "XX" de 1891, donde por primera vez se exponen, al lado de esculturas y pinturas, platones y bandejas, entre éstos cerámicas de Gauguin.Pero en realidad no eran ni platones ni bandejas: el sentido utilitario estaba subordinado, eran objets d'art.Sin embargo, pertenecen también al amplísimo campo de las artes decorativas, que incluye desde los recipientes de cerámica de la Antigua Grecia hasta los contenedores contemporáneos, que se refieren más a la idea de un recipiente que a su función.Sábana, cerámica, 1995 lZQUIERDA-.Bodegón, cerámica, 1994A pesar de que muchos de los objetos de las artes menores contemporáneas no poseen una función específica, tienen generalmente sus raíces en una función utilitaria.
Los límites del arte, del Gran Arte o las Bellas Artes (así, con mayúscula) y las artes decorativas o artes menores se tornan difusos, sobretodo en el siglo XX. El término artes decorativas se refiere ampliamente a muchos objetos que tienen un propósito práctico y a la vez decorativo: muebles, textiles, cerámicas, joyas, alfombras, tapices, caligrafía e iluminación, decoración arquitectónica, diseño industrial, diseño de interiores, etc. Muchos artistas han producido artes decorativas: diseños de Rafael para tapicerías, pinturas de Picasso sobre platos de cerámica.Las cerámicas de Ruth Engel son objetos hechos a mano, creados para ser utilitarios y/o decorativos, o sencillamente como un vehículo para la imaginación de su creadora. Sus mejores piezas ejemplifican la fusión de habilidad y sustancia -el producto del .entrenamiento y el dominio de instrumentos y técnicas acoplado al entendimiento de las propiedades inherentes del material natural de la cerámica.Sus "calabazas", que ha producido desde 1987, tienen su origen en esa forma vegetal y liberan una experiencia perceptual de esta estructura cuyo tono dominante es la relación de lo exterior y lo interior.El acceso visual hacia el interior, la penetrabilidad de la forma, cambian de acuerdo a la ubicación del espectador circunvalando la pieza: de un lado el acceso se ve casi totalmente bloqueado, de otro la apertura oblonga provee acceso visual al interior oscuro, invita hacia una auto-proyección física al interior. En ningún caso hay exclusión, sino todo lo contrario: se da respuesta al deseo del espectador de ser abarcado por la forma incluyente. El material nos hace sentir en un ambiente familiar: es cálido, los filos son redondeados, y denota el proceso de producción: manual, lento y dedicado, que incluye la inmediatez y las variaciones del tacto de la ceramista.En sus teteras dominan más las relaciones de parte y parte, hay cierta serialidad en el proceso de producción y en la repetición de elementos; sin embargo, no hay producción de línea y repetitiva, no encontramos el terminado de fábrica, sino que la introducción de la curva mitiga la alienación absoluta de la geometría, del acabado duro, rectilíneo, inhumano, y permite una identificación más corpórea. Las formas orgánicas nos invitan a una identificación táctil y visual, generan un sentimiento de unidad o empatia. Las teteras presentan una riqueza increíble de formas y una alta calidad artística de la cerámica. Hay formas sencillas que denotan naturalidad y elegancia, otras son atrevidas y eufóricas en diseño y colores, otras se mantienen dentro de una línea moderna más purista, y otras en cambio descubren su inspiración precolombina. De hecho se manifiestan sus influencias, ya sean conscientes o inconscientes: de la escuela alemana del Bauhaus, del diseño escandinavo y del diseño contemporáneo de Milán, y por supuesto del arte precolombino.Cerámica Utilitaria, 1994Pero acaso las piezas más conocidas de Ruth Engel sean sus "Sábanas", que ella viene haciendo desde 1990. Aquí logra fusionar sus dos grandes temas: el desnudo que había trabajado desde un comienzo, y las formas ondulantes, de extracción orgánica, que había aplicado primero para objetos utilitarios, en lámparas, platones y floreros.
Sobre un desnudo femenino o sobre una pareja desnuda, ella extiende su "sábana", una superficie de cerámica que cae y produce dobleces y ondas, obedeciendo y dejando intuir las formas que se esconden debajo. Son relieves que crean un espacio ilusorio y real al mismo tiempo.Los volúmenes que hacen la obra, continuamente se redescubren en nuevas e interesantes variaciones, y evocan con solapada inmediatez sutiles intimidades de los cuerpos desnudos.Si la sensualidad de las "Sábanas" es demasiado evidente y en la mayoría de casos de fácil lectura para el espectador, esta misma se revela en la mayoría de formas de Ruth Engel, en sus frutas y verduras, en sus platones y teteras, de manera sumamente sugerente. Formas envolventes y atrayentes, que invitan al tacto y al goce visual, contraponiéndose a la producción en masa de la máquina y proveyendo una plataforma para la expresión artística individual.