BANCALES ELEVADOS DE RASILLONES CERÁMICOS
Publicado en
febrero 24, 2016
Facilitan las labores de cultivo, evitan la evaporación del agua y retienen la tierra.
Texto y fotos: Mariano Bueno.
Existen infinitas formas y métodos para la realización de un huerto familiar de reducidas dimensiones. Hasta hace un tiempo, lo común era recurrir al cultivo en surcos con caballones debido a que el riego más habitual era el de inundación, pero los tradicionales surcos han quedado relegados por los sistemas de riego localizado con mangueras de goteros intercalados o de exudación. Además, entre los horticultores ecológicos se han ido popularizando los bancales elevados o las parades en crestall del mallorquín Gaspar Caballero. Se trata de sistemas fáciles y prácticos que propician muchas cosechas en poco espacio y el desarrollo de plantas sanas y muy productivas.
La principal ventaja de los bancales elevados es que permiten una postura de trabajo más cómoda, ya que no hay que trabajar a ras del suelo, de manera que no se cargan las lumbares. Sin embargo, al elevar la tierra, la exponen al aire. Se podría decir que, aunque en zonas húmedas puede ser una ventaja; en zonas cálidas o secas implica una mayor evapotranspiración y, por lo tanto, mayor necesidad de riego y consumo de agua. Por otra parte, con los cultivos sucesivos, los bancales se van desestructurando y hay que rehacerlos o aportarles algo más de tierra.
Una de las opciones de sistema de cultivo menos conocidas, pero que está dando excelentes resultados, son los bancales cerámicos. El sistema es casi idéntico al de los bancales elevados, con la variante de que en los laterales de cada bancal se colocan ladrillos cerámicos que suben el bancal y retienen la tierra de los lados. La ventaja más importante de este tipo de bancales es que son bastante sencillos de realizar, facilitan las labores de cultivo con posturas cómodas —el bancal queda elevado a unos 40 o 50 centímetros—, retienen la tierra y también evitan la evaporación del agua por los laterales.
Otra ventaja que también se debe tener en cuenta es que permiten un mejor control de la hierba que crece en los pasillos, puesto que resulta fácil de segar. Por otro lado, existe la posibilidad de instalar unas mallas antihierba y grava o tierra por encima. El único inconveniente es que los ladrillos, en las zonas muy frías, suelen romperse en invierno por las bajas temperaturas, ya que se congela el agua retenida en su interior. Por esa razón, en dichas zonas siempre es mejor recurrir a tablas de madera.
LA FABRICACIÓN PASO A PASO
1. Una vez lavada la tierra de huerto, delimitamos con cuerdas y estacas la ubicación y las dimensiones de los bancales, que, generalmente, son de 120 cm de anchura, de tres a seis metros de longitud y una altura en función del ancho de los rasillones cerámicos empleados, aunque lo más frecuente es entre 40 y 50 cm.
2. Con una pala, amontonamos en la zona de los bancales la tierra de los pasillos, rebajando esa parte unos 30 cm.
3. Colocamos los rasillones bordeando todo el bancal y clavamos unas estacas o varillas metálicas —dos exteriores en los extremos y una interior en el centro—, para sujetarlos y que no se expandan con la presión de la tierra.
4. Una vez instalados los rasillones en todo el perímetro, repartimos la tierra uniformemente, colocamos un sistema de riego por goteo, el compost en superficie ¡y a cultivar sano y ecológico!
Fuente:
REVISTA INTEGRAL - MAYO 2009