Publicado en
abril 20, 2009
El águila es el ave que posee la mayor longevidad de su especie; llega a vivir 70 años.
Mas, para llegar a esa edad, a los 40 años tiene que tomar una seria decisión.
A los 40 años, sus uñas curveadas y flexibles no consiguen más agarrar a las presas de las que se alimenta; su pico alargado y punteagudo se curva; y apuntando contra el pecho están las alas, envejecidas y pesadas por lo grueso de sus plumas, ¡volar es ahora muy difícil!
Entonces, el águila sólo tiene dos alternativas: morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación que durará 150 días.
Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y refugiarse en un nido, próximo a una pared, donde no necesite volar.
Entonces, apenas encuentra ese lugar, el águila comienza a golpear con su pico la pared hasta conseguir arrancarlo. Apenas lo arranca, espera a que nazca un nuevo pico, con el cual va después a arrancar sus uñas.
Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, prosigue a arrancar sus viejas plumas.
Y después de cinco meses, sale para su famoso vuelo de renovación y de revivir, entonces... ¡30 años más de vida!
A veces nos preguntamos: ¿Por qué renovarnos?
En nuestra vida, muchas veces, tenemos que resguardarnos por algún tiempo y comenzar un proceso de renovación. Para que reanudemos un vuelo de victoria, nos debemos desprender de ataduras, costumbres y otras tradiciones del pasado.
Solamente libres del peso del pasado, podremos aprovechar el valioso resultado de una... RENOVACIÓN.