Publicado en
abril 20, 2009
Había una vez un matrimonio con un hijo de doce años y un burro. Decidieron viajar, trabajar y conocer el mundo. Así, se fueron los tres con su burro.
Al pasar por el primer pueblo, la gente comentaba:
―Mira ese chico mal educado; él arriba del burro y los pobres padres, ya grandes, llevándolo de las riendas.
Entonces la mujer le dijo a su esposo:
―No permitamos que la gente hable mal del niño.
El esposo lo bajó y se subió él.
Al llegar al segundo pueblo, la gente murmuraba:
―Mira qué sinvergüenza ese tipo; deja que la criatura y la pobre mujer tiren del burro, mientras él va muy cómodo encima.
Entonces tomaron la decisión de subirla a ella al burro, mientras padre e hijo tiraban de las riendas.
Al pasar por el tercer pueblo, la gente comentaba:
―¡Pobre hombre! Después de trabajar todo el día, debe llevar a la mujer sobre el burro. ¡Y pobre hijo, qué le espera con esa madre!
Se pusieron de acuerdo y decidieron subir los tres al burro para comenzar nuevamente su peregrinaje.
Al llegar al pueblo siguiente, escucharon que los pobladores decían:
―¡Son unas bestias, más bestias que el burro que los lleva, van a partirle la columna!
Por último, decidieron bajarse los tres y caminar junto al burro.
Pero al pasar por el pueblo siguiente no podían creer lo que las voces decían sonrientes:
―Mira a esos tres tontos: caminan, cuando tienen un burro que podría llevarlos.
CONCLUSIÓN
Siempre te criticarán, hablarán mal de ti y será difícil que encuentres alguien a quien le conformen tus actitudes.
ENTONCES
¡Vive como creas!
¡Haz lo que te dicte el corazón!
¡Haz lo que sientas!
Una vida es una obra de teatro que no permite ensayos.
POR ESO
Canta, ríe, baila, ama... y vive intensamente cada momento de tu vida antes que el telón baje y la obra termine.