Publicado en
abril 02, 2009
Un hombre de 92 años, bajo, muy bien vestido, quien cuidaba mucho su apariencia, se está cambiando a una casa de ancianos. Su esposa de 70 años murió recién y él se vio obligado a dejar su hogar. Después de esperar varias horas en la recepción, gentilmente sonríe cuando le dicen que su cuarto está listo. Conforme camina lentamente al elevador, usando su bastón, yo le describo su cuarto, incluyendo la hoja de papel que sirve como cortina en la ventana.
―¡Me gusta mucho! ―dijo, con el entusiasmo de un niño de 8 años que ha recibido una nueva mascota.
―Señor, usted aún no ha visto su cuarto, espere un momento, ya casi llegamos.
―Eso no tiene nada que ver, ―contesta―. La felicidad yo la elijo por adelantado. Si me gusta o no el cuarto, no depende del mobiliario o la decoración, sino de cómo yo decido verlo. Ya está decidido en mi mente que me gusta mi cuarto. Es una decisión que tomo cada mañana cuando me levanto.
Recuerda estas simples líneas para lograr la felicidad:
1. Libera tu corazón del odio
2. Libera tu mente de las preocupaciones
3. Vive de forma simple
4. Da más
5. Espera menos