Publicado en
abril 20, 2009
Dos campesinos, Jacinto y María, que se preparan para ir al campo a realizar sus tareas, comienzan la siguiente conversación:
―Oye, Jacinto, ¿Cómo es eso de la reencarnación?
―¡Ay, María! Súbete a la burra, aquí junto a mí y en el camino te explico.
Y una vez en camino, cabalgando ya los dos sobre la burra, Manolo le dice:
―Mira, María, ¿Ves aquella vaca? Esa puede ser tu tía Gertrudis en esta su nueva vida.
Y a continuación le dice:
―Mira, ¿Ves ese gallo? ese puede ser tu tío José.
Y María va encabronándose porque Manolo solo le hace referencia a sus familiares.
―Mira, María, ¿Y ves aquel perro? ese puede ser tu primo Cipriano.
De repente, María comienza a sollozar y Jacinto, sorprendido, Le pregunta por qué llora.
Ella le contesta:
―¡Ay, Jacinto, me siento muy triste!
―Pero, ¿Por qué, María?
―Porque a lo mejor venimos sentados en tu pu$%#% madre.