EL VAMPIRO DEL PANTEÓN DE BELÉN
Publicado en
octubre 17, 2025
MÉXICO - Guadalajara, Jalisco.
La historia se desarrolla en el famoso "Panteón de Belén", un cementerio histórico que hoy es un atractivo turístico conocido por sus mausoleos góticos y sus leyendas urbanas.
La leyenda tiene lugar a mediados del siglo XIX. Los habitantes de Guadalajara vivían aterrorizados por una serie de extrañas muertes nocturnas.
Cada mañana, las autoridades encontraban los cuerpos de hombres, mujeres y animales. Los cadáveres estaban completamente desangrados y presentaban dos pequeñas perforaciones en el cuello, como si hubieran sido mordidos por una criatura salvaje. El pánico se apoderó de la ciudad.
El miedo creció hasta que la atención se centró en un forastero recién llegado: un hombre rico, elegante y solitario, conocido solo como el Conde de Cieneguilla (o a veces, Don Jorge). Este conde había comprado una mansión en las afueras y solo salía después de la puesta del sol, regresando antes del amanecer. Los habitantes, influenciados por los cuentos europeos de vampiros, pronto sospecharon de él.
Una noche, un grupo de valientes habitantes y autoridades se dispuso a emboscar a la criatura. Lo encontraron cerca del cementerio, bebiendo la sangre de su última víctima. El conde fue capturado y su sentencia fue inmediata: sería enterrado vivo para que su maldad no pudiera propagarse.
El conde fue llevado al "Panteón de Belén" para su entierro. Mientras era arrojado a su tumba sin cajón, lanzó una maldición y una profecía:
Mi maldad está destinada a seguir en este mundo. Nadie podrá contenerme para siempre.
Para asegurar que el vampiro nunca pudiera escapar y cumpliera su amenaza, los habitantes no solo lo enterraron, sino que ordenaron que una losa de piedra gigante fuera colocada sobre su sepulcro. Además, para maximizar la protección, ordenaron que una pesada cruz de piedra fuera clavada en el centro de la lápida, directamente sobre el corazón del vampiro.
La ciudad pudo dormir tranquila por un tiempo. Sin embargo, unos meses después, los vigilantes del cementerio hicieron un descubrimiento escalofriante:
"La cruz de piedra, que era sólida y pesada, había sido destrozada y arrancada de la tumba."
El árbol de bambú o ficus que crecía cerca de la tumba había penetrado la lápida por la base y continuaba creciendo vigorosamente, levantando y resquebrajando la pesada piedra.
Los habitantes interpretaron esto como la señal de que el vampiro, aunque no había logrado escapar de su tumba, había transferido su esencia maligna a ese árbol. Se dice que el árbol se alimenta de la maldad y el terror del vampiro, y su crecimiento constante es la prueba de que el mal sigue vivo y tratando de liberarse.
Hoy en día, en el "Panteón de Belén", puedes ver la tumba del vampiro (conocida también como "La Tumba de Nachito" en algunas variantes, aunque la de Nachito es por un niño). La losa rota y el árbol que crece de ella son la prueba física de esta aterradora leyenda que sigue viva en Guadalajara.
Se advierte a los visitantes que nunca deben tocar ni cortar el árbol, pues si lo hacen, el vampiro podría finalmente liberarse de su prisión de piedra.
Fin
Fuente del texto: IA-Gemini