NOTICIAS DEL MUNDO DE LA MEDICINA
Publicado en
diciembre 01, 2024
¿HASTA QUÉ PUNTO ES MORTAL EL ALCOHOL?
¿POR QUÉ tantos alcohólicos padecen enfermedades mortales del hígado? Muchos médicos, al notar la tendencia de los alcohólicos a beber más de lo que comen, creen que la mala nutrición desempeña un papel muy importante. Sin embargo, después de un estudio de cuatro años, dos investigadores norteamericanos afirman que la bebida, por sí sola, es la causa del daño; aun en los bebedores bien nutridos, el alcohol puede ser nefasto para el hígado.
Los doctores Emanuel Rubio y Charles Lieber sometieron a 26 mandriles (cuyo hígado es semejante al humano) a dietas muy ricas en proteínas y vitaminas. En 13 de ellos sustituyeron gran parte de los carbohidratos por alcohol de grano, que proporcionaba en este régimen la mitad del total de calorías. Los monos reaccionaron típicamente a la dosis de alcohol embriagante (equivalente a 750 centímetros cúbicos al día para los humanos): se emborrachaban, y finalmente adquirieron el hábito. Cuando se les suprimió el alcohol, dos mandriles presentaron síntomas de delírium trémens.
Aunque bien alimentados, todos los primates que siguieron hasta cuatro años la dieta del bebedor contrajeron algún padecimiento hepático. Siete presentaron hígados adiposos; cuatro, hepatitis alcohólica; dos, cirrosis hepática (endurecimiento progresivo y retracción de este órgano que es una de las principales causas de muerte en los seres humanos). Como sólo se empleó alcohol puro, resulta evidente que los efectos tóxicos son achacables al alcohol mismo, y no, como mucha gente cree, a las impurezas o aditivos de la cerveza, del vino y de los licores. Rubio concluye: "Nadie se protege de los efectos nocivos del alcohol comiendo bien; lo que cuenta es la cantidad de alcohol que se ingiera".
—Time
ANDAR EN EL AIRE
LA MISMA técnica neumática que ayudó a los astronautas a explorar la Luna, permite ahora a los paralíticos andar por la Tierra. Lo hacen sostenidos con aire, enfundados en pantalones especiales de nailon bien atados y con tubos adosados a las piernas que, cuando se hinchan, se ponen suficientemente rígidos para mantener de pie a los incapacitados. Así pueden desplazarse sirviéndose de muletas. Para sentarse, abren unas válvulas y desinflan el traje de una pieza en pocos segundos: se espera que los modelos futuros tengan articulaciones en la cadera y en las rodillas.
El médico francés Georges Morel fue el primero en aplicarlo a los niños con huesos quebradizos. Los nuevos soportes fueron adaptados después para los parapléjicos por el Dr. Maurycy Silber, profesor del Centro para Enfermedades Crónicas del Centro Médico de Nueva York, junto con un equipo de científicos fabricantes de trajes espaciales. En el Hospital Bird Coler, donde es director de terapéutica de rehabilitación, el Dr. Silber ha probado el artefacto en 20 pacientes de nueve a 52 años de edad, y ha tenido tal éxito que con el nombre de Ortho-Walk se está empezando a vender por prescripción médica en tres tallas que llegan hasta la cadera o hasta el pecho. Los pantalones llevan el equipo de inflar de uso doméstico, y una compresora de aire optativa.
A diferencia de los soportes de metal, el Ortho-Walk, que pesa de un kilo y medio a dos y cuarto, resulta ligero y cómodo. Se puede poner sin ayuda para usarlo debajo de los trajes de calle. También beneficia el estado general del inválido, pues evita la baja de tensión arterial y el mareo que sufre a menudo el parapléjico al ponerse en pie. Contribuye a la curación de las llagas por permanencia prolongada en el lecho, disminuye la espasticidad muscular y ha demostrado su gran utilidad para que el paciente se desplace. Cuatro personas antes inmovilizadas lograron andar fácilmente de 50 a 300 metros con este traje ortopédico. Dos niños pueden inclusive subir escaleras.
—Adaptado de un boletín de la AP y de la Revista de la Asociación Médica Norteamericana
UN GOLPE DE FORTUNA
LA OBSERVACIÓN perspicaz de una madre irlandesa ha proporcionado una sencilla prueba diagnóstica del funcionamiento de los nervios dañados de la piel. Alan, hijo de cuatro años de la señora Gwen Freehill, se cayó sobre una botella de leche y se cortó los nervios y tendones de dos dedos. Posteriormente, al cicatrizar poco a poco la herida, la madre notó que, después del baño, tres dedos de la mano lesionada del niño se arrugaban (corno sucede tras remojarlos), mientras que los dedos lesionados estaban tersos. Después de operada la mano, la señora Freehill observó que los dedos en vías de curación empezaban de nuevo a arrugarse y comunicó el cambio al Dr. Seamus O'Riain, cirujano plástico que atendía al muchacho.
Intrigado por tal observación, el médico empezó a estudiar el mismo fenómeno en enfermos de tres hospitales de Dublín, y comprobó que la piel con nervios lesionados se conserva tersa en vez de arrugarse tras un baño de inmersión en agua templada. Envió un informe a una revista médica, en el que afirmaba que esta sencilla prueba (inmersión en agua templada durante 30 minutos) es mucho más precisa que las "pruebas subjetivas tradicionales", que dependen de la cooperación, de la concentración y de la inteligencia del paciente. Es "objetiva y exacta, e indica no sólo la pérdida de la sensación, sino su recuperación progresiva".
Al comunicar a la señora Freehill la importante consecuencia de su observación, ella comentó: "Fue un golpe de fortuna. Espero que le sea útil a alguien".
—Lawrence Altman, en el Times de Nueva York
¿SIRVEN PARA ALGO LAS PÍLDORAS SOMNÍFERAS?
POR DESGRACIA, la ingestión incesante de la mayoría de los hipnóticos sólo parece empeorar el insomnio. Tal es la conclusión a que llegaron el Dr. Anthony Kales y sus colaboradores del Departamento de Investigación de los Trastornos del Sueño y su Tratamiento, del Centro Médico Milton Hershey, en Hershey (Pensilvania), después de observar el esquema del sueño en diez insomnes que llevaban tomando somníferos hasta diez años. La mayoría de los voluntarios tenían una dificultad igual para conciliar el sueño o dormir ininterrumpidamente que otro grupo de insomnes sin el hábito de tomar pastillas. Y el lapso que lograban dormir aquéllos era mucho más agitado, con períodos más cortos de la fase ligera y virtualmente sin fase de sueño profundo.
Sin embargo, si los pacientes dejaban repentinamente de tomar los medicamentos, solían tener pesadillas y otros síntomas de privación o abstinencia forzada, que no presentaban cuando dejaban poco a poco de ingerirlos.
—Newsweek