Publicado en
octubre 30, 2024
En un pequeño pueblo universitario, existía una morgue antigua abandonada desde hacía décadas. Los lugareños contaban historias escalofriantes sobre aquel lugar, asegurando que en sus frías cámaras se habían llevado a cabo experimentos macabros y que los espíritus de aquellos que habían sufrido allí aún vagaban por los pasillos.
La fama siniestra de la morgue se intensificaba con la llegada de Halloween. Los estudiantes, ávidos de emociones fuertes, desafiaban las advertencias de los más viejos y se aventuraban en la morgue abandonada en busca de experiencias sobrenaturales. Creían que en la noche más terrorífica del año, los espíritus estarían más activos y dispuestos a manifesarse de alguna forma.
Un grupo de cinco amigos, cansados de las típicas fiestas de Halloween, decidieron adentrarse en la morgue. Llevaban consigo linternas, cámaras y una buena dosis de valentía. Al cruzar el umbral de la vieja construcción, una sensación de frío les heló la sangre. El olor a estructura vieja era insoportable y las sombras bailaban en las paredes, creando figuras grotescas.
Sin miedo alguno, empezaron a explorar los pasillos. Mientras caminaban, algunos decían chistes relacionados con la morgue. Otros actuaban como si hubieran visto un fantasma. Ajenos al miedo, el recorrido les era fascinante.
No había lugar claro, todo estaba oscuro, salvo aquellos alumbrados por las linternas. A medida que avanzaban, ruidos extraños comenzaron a escuchar. Sin embargo, ellos los imitaban. Pero, al escuchar lamentos, se les heló la médula. Poco a poco el recorrido se iba tornando desagradable y espeluznante.
De repente, las linternas se apagaron, sumiendo al grupo en una oscuridad total. Aterrados, se aferraron unos a otros mientras se desplazaban tratando de recorrer el camino recorrido hasta encontrar la salida.
Fue entonces cuando uno de ellos tropezó y cayó al suelo. La linterna se le escapó de su mano y al caer se prendió, alumbrando hacia una escena escalofriante: un cuerpo sin vida, cubierto por una sábana blanca. Recogieron la linterna y siguieron avanzando. Al pasar cerca del cuerpo, éste se paró lentamente. Los muchachos, paralizados por el terror, observaron cómo la sábana se deslizaba, revelando una cara desfigurada y ojos rojos que los miraba fijamente.
Aterrorizados, los muchachos corrieron hacia la salida, siendo seguidos por el cuerpo que avanzaba lentamente, manteniendo la mirada hacia ellos. Al llegar a la puerta, las mismas se cerraron de golpe, al igual que las ventanas, atrapándolos en su interior. Desesperados, buscaron otras salidas o formas de salir, pero fue en vano. Alumbraron a todos lados y el terror se intensificó al ver más cuerpos con miradas rojas brillantes avanzando hacia ellos. Los gritos desesperados de los jóvenes resonaron por los pasillos.
Al día siguiente, uno de los muchachos se despierta y sobresaltado se levanta gritando el nombre de sus amigos. Ve a su alrededor y están todos tirados en el suelo. Fue tocando uno a uno para despertarlos, pero solo uno de ellos se levanta. Los otros jóvenes estaban frios y en su rostro se reflejaba el terror. Nuevamente aterrorizados, buscaron la salida y se fueron.
Se dice que la policía se encargó del caso y se confirmó la muerte de los jóvenes. Los dos que sobrevivieron fueron interrogados, pero nadie les creyó. Fueron sentenciados a prisión, ya que no encontraron ningún otro cuerpo, ajeno a los jóvenes, en la morgue.
La leyenda de La morgue abandonada tomó fuerza y sigue siendo un lugar de pesadillas, donde se dice que los espíritus de los muertos vagan por más víctimas.
Fuente del texto: IA-Gemini