LA CALABAZA DE LA NOCHE DE BRUJAS
Publicado en
octubre 06, 2024
En un pequeño pueblo rodeado de bosques tenebrosos, se alzaba una mansión abandonada que llevaba décadas en ruinas. Los lugareños contaban historias sobre extrañas luces que se veían en sus ventanas y risas fantasmales que resonaban en la noche. A pesar de las advertencias, un grupo de jóvenes audaces decidió organizar una fiesta de Halloween en la mansión, creyendo que sería una experiencia inolvidable.
Entre los adornos de la fiesta, destacaba una enorme calabaza tallada con una sonrisa macabra. Se decía que esa calabaza había sido cultivada en el jardín de la mansión y que poseía propiedades mágicas. Los jóvenes, sin saber nada de su origen, la colocaron en el centro de la sala principal como pieza central.
A medida que avanzaba la noche, los jóvenes comenzaron a notar sucesos extraños. Las luces parpadeaban sin razón, las puertas se abrían y cerraban solas, y sombras inquietantes se deslizaban por las paredes. Al principio, lo atribuyeron al ambiente festivo y al exceso de imaginación, pero pronto se dieron cuenta de que algo siniestro estaba sucediendo.
Uno de los jóvenes, más curioso que los demás, decidió investigar, en internet, el origen de la calabaza. Lo que encontró lo alarmó. Un antiguo diario que hablaba de una familia que había vivido en la mansión hace siglos. Según el diario, la familia poseía una calabaza especial, un regalo de un ser sobrenatural. Se decía que la calabaza tenía el poder de convocar a los espíritus y que debía ser utilizada con gran cuidado.
Al confrontar a los demás con su descubrimiento, los jóvenes se dieron cuenta del grave error que habían cometido. Al encender la vela dentro de la calabaza, habían liberado a los espíritus que habitaban la mansión. Los fantasmas, enfurecidos por la intromisión, comenzaron a manifestarse con más fuerza.
Aterrorizados, los jóvenes intentaron escapar, pero las puertas y las ventanas se habían cerrado. La calabaza, ahora con una luz intensa en su interior, parecía atraer a los espíritus como una polilla a una llama. Uno por uno, los jóvenes fueron poseídos por las almas atormentadas, sus cuerpos retorciéndose y sus ojos volviéndose blancos.
Al amanecer, los vecinos encontraron la mansión en ruinas, con los jóvenes tendidos en el suelo, inmóviles y con expresiones de terror en sus rostros. La calabaza, aún intacta, yacía en el centro de la sala, irradiando una luz tenue y fantasmal.
Desde entonces, la calabaza maldita desapareció sin dejar rastro, y la mansión quedó abandonada para siempre, sirviendo como un recordatorio de que algunos secretos del pasado deben permanecer enterrados.
Fuente del texto: IA-Gemini