—La mayoría de la gente nos lo cree.
—W.C.F.
MI TÍO, que es campesino, pasó un día en la ciudad, donde fue a visitar el planetario.
—Primero se ve el cielo —contaba con entusiasmo—, con todas las casitas alrededor, como si estuviésemos en medio de un campo, mirando al firmamento. Después se ve que va anocheciendo, en forma tan real, tan real, que juraría ser verdad. Luego aparece la Luna, un cuarto menguante absolutamente real. En seguida oscurece por completo y asoman las estrellas, tal como las he visto millares de veces. Es extraordinario...
Moviendo la cabeza, abrumado, mi tío calló.
—Entonces ¿qué sucedió? —le pregunté.
Despertando de su letargo, respondió:
—Pues, lo que había de suceder: que me quedé dormido.
—S.L.
MUCHAS anécdotas se cuentan de la reunión secreta celebrada por el partido comunista de la Unión Soviética en 1956, en que Khrushev censuró a Stalin. Una de ellas se refiere a la respuesta del entonces secretario del partido a un delegado anónimo que gritó:
—¿Y cómo actuaba usted mientras imperaba ese terror?
—¿Quién ha dicho eso? —preguntó Khrushev.
Nadie respondió. El secretario insistió en que diera la cara, pero tampoco hubo respuesta.
—Estuve como está mi interlocutor ahora —explicó entonces. Khrushev—: callado y prudente.
—Daily Telegraph, de Londres
LAS ESTADÍSTICAS demuestran que las mujeres de los Estados Unidos gastan un 85 por ciento del dólar del consumidor; los niños gastan otro 15 por ciento y los maridos disponen del resto.
—E.W.
Los niños son los espías de Dios.
—E.B.
EL COLLEY Reserve, parque de Glenelg (Australia), había quedado inmaculadamente limpio después de una gran merienda campestre para niños. Al terminar el día los organizadores transmitieron por altavoces la noticia de que entre todos los desperdicios había dos trozos de basura, secretamente marcados, que podían canjearse por bicicletas nuevas. Jamás se había limpiado con tanto esmero y presteza un campo de excursionistas.
—Barrie Tornquist, en The News, de Adelaida
TODAVÍA quedan algunas personas que creen en el legendario mal de ojo. Prueba de ello: algunos delegados ante las Naciones Unidas suelen volver la espalda al ver diseños que imitan ojos. Por tal razón, por orden de la Secretaría, han desaparecido los pavos reales que una vez poblaron los prados de la sede de la ONU en Nueva York.
—L.M.B.
EL PARQUE zoológico de St. Albans es el primero de la Gran Bretaña que prohíbe la entrada a las damas ataviadas con pieles de especies amenazadas de extinción. En respuesta a una petición hecha por el naturalista Peter Scott a un centenar de parques zoológicos y reservas de vida silvestre, Leonard Plant, director del parque de St. Albans, con apoyo del consejo municipal, puso el siguiente letrero: "SE PROHÍBE LA ENTRADA A QUIENES LLEVEN PUESTAS PIELES AUTÉNTICAS DE LEOPARDO O DE TIGRE".
—UPI
ROBERT DUSSARD, director del sistema vial de París, ha estado experimentando con una nueva señal de tránsito, especie de reloj digital parecido a los cronómetros que se emplean para medir los segundos en diversos deportes. Este dispositivo indica a los peatones, en varias bocacalles de París, de cuántos segundos disponen para atravesar de una acera a la otra.
—Sports Illustrated
GUERRA DE IMPUESTOS. Mi marido, disgustado por el alza de las contribuciones sobre nuestro chalé de verano, escribió detrás del cheque con que pagaba el impuesto del año: "Se vende un chalé". En el recibo que le enviaron de la oficina del catastro, le contestaron así: "No queremos el chalé. Los impuestos están muy altos".
—A.D.O.
GAJES DEL OFICIO. He aquí la descripción que hacía Adlai Stevenson de las tribulaciones de un candidato en campaña:
"Debe uno salir rebosante de salud y sabiduría todas las mañanas, a las 8, para conversar con amenidad a la hora del desayuno, dar la mano a centenares, y a veces hasta a millares de personas, y pronunciar durante el día varios discursos inspiradores que hagan noticia, conferenciar con los jefes políticos por el camino y con su propio personal durante todo el tiempo, escribir en toda oportunidad, si es posile, leer la correspondencia y los periódicos, hablar por teléfono, conversar con todos, dictar, recibir delegaciones, comer con decoro y discreción, recorrer en un coche abierto las calles de una ciudad tras otra, sonriendo hasta que se deshidrate la boca por el viento, agitando un brazo hasta que se quede sin sangre, y luego llegar como nuevo, alegre, radiante de confianza, dueño de la situación, a los grandes salones bulliciosos, afeitado y acicalado para la televisión con corbata y camisa de los colores apropiados".
—J.R., en el Times de Nueva York
UN APLAUSO al redactor de la sección culinaria de la revista Viking, editada por los Hijos de Noruega, por haber escrito la receta más breve del mes. Se trata del plato "Jamón curado, o Catelettes de oso noruego", y dice así: "Primero se caza el oso; luego se prepara como reno".
—M.S.
A CUALQUIER padre le consta que los niños siempre ponen a prueba el límite más allá del cual no se les permite ir. Cuando los padres dicen: "No. ¡Basta ya!" los chiquillos, lejos de sentirse oprimidos o frustrados por las limitaciones, se sienten muy contentos y aliviados.
Al niño le horrorizan la anarquía, el mundo sin reglas y la libertad total. La libertad más completa se le daría al abrirle la puerta al muchacho y decirle: "¡Fuera de aquí!" Nada podría estar más lejos de sus deseos. La verdad es que la era de la lenidad ha sido un fracaso para los propios jóvenes. Aunque ellos serán los últimos en averiguarlo, la libertad sin freno es raíz de su actual inquietud.
—J.C., en The Observer, de Londres
ENTRE un grupo de esquelas que publicaba un periódico, había una de un carpintero retirado, entre cuyos deudos se contaban ocho nietos y siete biznietos. En vez de terminar como todas las esquelas mortuorias, la suya acababa diciendo: "La familia insinúa que algún amigo se lleve de pesca a un niño".
CUANDO compramos nuestro nuevo piano, firmamos un contrato para que lo afinaran dos veces al año. La mañana de un lunes la compañía de pianos telefoneó para informar que el afinador llegaría dentro de media hora.
Su visita sorprendió a mi esposa en medio de un típico día de lavado. Horrorizada al pensar que alguien iba a ver su casa en desorden, trabajó activamente sacudiendo el polvo, pasando la aspiradora, poniendo las cosas en su sitio, hasta dejar casi perfecto el apartamento. En eso sonó el timbre de la puerta. Era el afinador de pianos y, antes que otra cosa, preguntó:
—¿Tiene usted inconveniente en que mi perro, amaestrado para conducir a ciegos, se eche detrás de la puerta?
—J.D.
COMO IBA yo solo con el ascensorista en el ascensor de un gran hotel, mientras subíamos a mi piso, me creí obligado a decir algo.
—El tiempo está un poco nublado —comenté indeciso.
El ascensorista, impecablemente uniformado, no se dio por aludido. Entonces insistí:
—¿Cree usted que lloverá?
Nuevamente, silencio. Al abrirse la puerta, una vez llegados a mi piso, el ascensorista me dijo:
—Señor, no tengo inconveniente en comentar cualquier tema de importancia. Pero me niego rotundamente a hablar de los caprichos de la naturaleza.
—E.J.W.
Como soy viudo, trato de ser a la vez padre y madre para mis dos hijos, pero a veces dudo de haber tenido éxito en mi doble papel. Por tanto, me sentí feliz cuando mi hijito de siete años llegó de la escuela con una tarjeta que decía: "A mi papá, con todo cariño, en el Día de las Madres".
—F.R.
UN RESTAURANTE de Beverly Hills (California) tiene en una pared un enorme crucigrama, del tamaño de una mesa de bridge, para que los clientes que están esperando puedan pasar el rato tratando de llenar algunos cuadros.
—B.K.
LOS PACIENTES de cierto médico tenían que hacer siempre larga antesala para ver al facultativo, pero les sorprendió mucho que un día las revistas de la sala de espera fueran remplazadas por novelas completas.
—H.I.M.
OBSERVANDO por televisión el amaraje del Apolo 13, mi hijo, que cumplía 10 años, se volvió a mí y dijo:
—¿Te das cuenta de que hace diez años yo estaba a punto de abrir la escotilla del buque-madre?
—E.S.
GOLDA MEIR, primera ministra de Israel, rechazó la recomendación de uno de sus subalternos, quien quería que hiciera declaraciones a los periodistas, y le explicó: "No puede haber nada mejor que no decir nada".
—As Good as Golda, recopilado por Israel y Mary Shenker
UN TELEVIDENTE, iracundo: "He sido testigo del desarrollo de la televisión, desde su infancia hasta el adulterio".
—E.D.
EN UNA película: "Cuando el jefe me llamó idiota, le di la razón. Al fin y al cabo, no soy tonto".
—The Shop Around the Corner, de la Metro-Goldwyn Mayer
DESPUÉS de una discusión: "En nuestro hogar no hay falta, de comunicación. Sé cuándo está disgustada ella por su manera de fregar las ollas".
—B.C.
UNA SEÑORA a otra: "Acabamos de trasladarnos a la casa de nuestros sueños. Nos ha costado el doble de lo que jamás soñamos".
—W.W.C.
LA ESPOSA, hablando del marido: "Para él, más vale estar equivocado que callado".
—B.G.