Publicado en
octubre 31, 2022
Melinda y Jacinto es un matrimonio joven con un niño de dos años, Marco; que estaban buscando un lugar dónde vivir y poder salir de casa de los padres de ella, pues éstos eran bien mayores y querían evitarles molestias.
Cuando Melinda se disponía a salir para continuar con su búsqueda, en un edificio cercano ve un letrero que decía "Se vende este departamento". Encantada se dirigió al mismo para indicarles que por la tarde regresaría con su esposo para verlo con detenimiento.
Al atardecer la pareja se fue a visitar el departamento. ¡Les encantó! Y más el precio. ¡Estaba sumamente barato¡ Por lo que, sin dudar, lo compraron. Al día siguiente comenzaron a mudarse.
Los días pasaron y Melinda empezó a escuchar ruidos extraños dentro del departamento. No le dio importancia, pues pensó que era normal en el edificio.
Melinda estaba a gusto en su nuevo hogar. Había bastante espacio para que su hijo Marco jugara. El niño tenía para sí un baúl para guardar todos sus juguetes, y Melinda siempre sacaba algunos y lo dejaba cerrado. Como su tarea se incrementó debido a que seguía desempacando, optó por dejar el baúl de los juguetes abierto para que Marco sacara el que quisiera, de esa forma no la interrumpiría en sus tareas.
Luego de un rato, escuchó voces y ruidos en la sala. Fue a ver, y era el televisor que estaba prendido. No recordaba haberlo hecho pero pensó que había sido Marco. Lo apagó y regresó a sus labores de hogar.
En los días posteriores, los ruidos no cesaban y se agregó a los mismos arañazos. Esto desconcertó a Melinda quien le contó a su esposo. Pero Jacinto no le hizo caso.
Un día, mientras Melinda estaba en sus quehaceres y su hijo jugando, escucha a éste llorar. Fue corriendo a su encuentro y lo vio en el suelo, con lágrimas en los ojos y quejándose. Cuando se acercó, el niño le muestra su brazo, el cual tenía unos arañazos. Ella rápido revisó el lugar en busca de algún animal, revisó también el baúl de los juguetes, pero no encontró razón alguna para tremendos arañazos.
Cuando llegó Jacinto le comentó lo sucedido. Pero nuevamente, cansado y con hambre, después de un largo día de trabajo, no le hizo caso.
Otro día, mientras Melinda estaba lavando los trastes, escuchó a su hijo gritar fuerte. Fue corriendo donde éste estaba y lo encontró con la mitad del cuerpo dentro del baúl de los juguetes. La escena era graciosa y procedió a darle ayuda para salir del mismo. Al querer sacarlo, sintió que algo lo tenía agarrado dentro del baúl. Se acerca más y ve unas manos obscuras jalando al pequeño. Su corazón empezó a latir fuerte por la impresión, por lo que aplicó más fuerza halando a Marco hasta que lo sacó del baúl. Lo tomó en brazos y salió corriendo del departamento gritando “El demonio se quería llevar a mi hijo”. Los vecinos no se sorprendieron al ver a la señora así, y empezaron a murmurar: "nadie dura tanto tiempo viviendo ahí".
Al llegar Jacinto vio que en el cuarto del niño estaban sus vecinos, pero no encontró a su esposa e hijo. Preguntó por ellos y sus vecinos le contaron todo lo que había sucedido. Imaginó dónde estarían y fue a buscarlos. Melinda se negó rotundamente a regresar a ese departamento.
Fuente del texto:
Cuentos y Leyendas de Terror