LOS CELOS, ESE MONSTRUO...
Publicado en
febrero 13, 2021
Shakespeare habló de los celos como de "ese monstruo de los ojos verdes"... pero, en realidad, los celos pueden tener los ojos de cualquier color, un color compuesto de dos tonos: desconfianza e inseguridad. No hay cosa que haga María que a Pablo no le parezca que tiene posibilidades de ser parte de un plan para engañarlo; y cada llamada que Juan recibe, a Elena le parece que es de alguna mujer que se entiende con él... Hay que saber diferenciar entre tres tipos básicos de celos:
Los cotidianos... Para muchos, este tipo de "celitos" es importante en la relación, y si no lo sienten, les parece que su pareja ha dejado de prestarles atención. Puede actuar con coquetería en ocasiones y, si no se exagera, es un arma para llamar la atención.
Los paranoicos... Quien los padece se aprovecha de la más pequeña excusa que le brinde la realidad para crear situaciones en las que se manifiesta su inseguridad vital. Esta gente sufre sin haber encontrado pruebas de infidelidad y solo una reacción fuerte de su pareja —como el divorcio o la separación— podría hacerla reaccionar.
Los patológicos... No tiene remedio, porque es una enfermedad de la mente de quien los padece. El celoso patológico tiene los supuestos engaños y las traiciones de su pareja dentro de su mente; no tiene necesidad de enfrentarse a la realidad, porque él o ella misma la construye.
En general, los celos son una forma de autocastigo que acaba haciendo pagar a una familia las consecuencias de un problema personal.
Fuente:
Revista Vanidades, Ecuador, octubre 15 del 2002