Publicado en
diciembre 31, 2020
La luz y el calor que desprenden las velas son desde tiempos inmemorables consideradas como elementos místicos asociados a la transformación y al renacimiento del espíritu. Las innumerables sensaciones que al prenderlas se producen, le ayudarán a expresar fuerzas silenciosas, asociadas con la llama que encenderá hasta los sentimientos más íntimos. Conozca la magia que las envuelve y cómo convertirlas en las aliadas perfectas de sus más íntimos momentos.
Cuenta la historia que las velas nacieron en tiempos remotos, donde nuestros antepasados comenzaron a vincular el fuego con la vida, el calor y la creación. Con el tiempo, estos elementos fueron utilizados como medios de iluminación y ofrendas dentro de los santuarios, templos y en casi todas las ceremonias de cultos y rituales de prácticamente todas las religiones, tanto orientales como occidentales.
UNA CHISPA DE VIDA
Cuando no existía la electricidad, nuestros antepasados dependían de la luz del fuego para iluminar las noches y mantener el calor durante los largos inviernos. Se dice también que más adelante, en la época de los egipcios y romanos, las velas se convirtieron en símbolos de autoridad y prosperidad; pero con el paso del tiempo dejaron de ser una insignia de poder y pasaron a ser elementos utilizados en actos místicos y religiosos, ya que se los ofrendaba frente a altares o imágenes en señal de adoración a Dios, a la Virgen y a los santos.
Esta es una de las principales razones por las que se dice que el fuego es de origen terrenal con destino celestial, ya que la llama encendida simboliza el espíritu y sus pasiones y emociones, convirtiéndola en la energía que transforma todo a través de la purificación y la iluminación.
EL PODER DE LA LUZ
Al ser consideradas como una unidad energética, son utilizadas para la meditación, la oración, la reflexión y la relajación, ya que la llama encendida inspira tranquilidad y serenidad, proporcionando un ambiente de calma y devoción.
Mónica Hérnandez, experta en velas, explica que siempre que se enciende una de ellas es con la finalidad de dar un toque especial a un momento importante o cotidiano de la vida; ya que a través de ellas se puede llegar a tocar el corazón de una persona, tratar de solucionar problemas emocionales o simplemente crear un ambiente acogedor. "Lo que se pretende es llegar al conocimiento profundo de las cosas o a tratar de descifrar el significado de lo que está transmitiendo a través de la hipnosis que nos produce la luz de la llama", asegura.
Esta magia, que ocurre desde el primer instante en que se enciende una vela, provoca en cada persona un momento especial y misterioso, motivo por el cual se las considera como herramientas ideales para iniciar ceremonias o rituales de relajación que engrandezcan el espíritu. Se las puede utilizar en cualquier momento del día como un pequeño detalle que marque grandes diferencias.
La experta sugiere que se encienda una vela cuando se encuentre en familia, con su pareja, o con un amigo especial, ya que su consumo suave y elegante le brindará un clima mágico, sereno y muy acogedor. Además, el color y las fragancias que se desprendan mientras se las quema, le dotarán de beneficios notables a su vida.
EL FUEGO EN SU VIDA
Recuerde que prender una vela le proporcionará un buen flujo de energías. Comience por aumentar su uso para fines decorativos o en momentos y celebraciones importantes como: cumpleaños, bodas, aniversarios, bautizos, pedidos de mano, San Valentín, Navidad, Año Nuevo, que son fechas especiales en las que se puede destinar un tiempo para la meditación y reflexión. Atrévase a experimentar una mayor satisfacción sensorial y emocional encendiendo una cálida luz de esperanza.
UN TOQUE CÁLIDO
Enciéndalas por ejemplo en una noche fría, que además de brindarle un ambiente agradable, le dotará de calidez y de buenas sensaciones personales para usted y para el entorno que lo rodea.
IMPORTANCIA EN LA RELIGIOSIDAD
La magia de las velas podría resumirse en: fuego, luz y fe, ya que cuando se las enciende se activa el fuego sagrado, reavivando los secretos más profundos que residen en la forma de las velas, la llama, el color y su aroma.
CRISTIANISMO
Se la utiliza para fines religiosos y decorativos. Se las coloca frente a imágenes o altares para acompañar la oración. Algunas iglesias también utilizan el cirio pascual que representa a Jesús. Sólo se enciende en Pascua y en otras fechas especiales.
BUDISMO
Por lo general se las coloca delante de las estatuas de Buda junto a la comida o bebida como signo de respeto. Son un símbolo de la sabiduría iluminadora y un recordatorio de último sermón de Buda, en la que exhortó a sus discípulos a seguir sus enseñanzas.
HINDUISMO
Una lámpara de arcilla, es parte importante de cualquier ritual religioso. La lámpara tiene la vela durante la ceremonia y actúa como símbolo de prosperidad e iluminación. También se las utiliza en el Diwalli, conocido también como el festival de la luz.
JUDAÍSMO
Se enciende una vela cada noche del viernes y sábado para celebrar el comienzo y el fin del día de descanso. Se las utiliza también en la ceremonia de Januca donde se prende una vela cada noche durante ocho días. Los creyentes afirman que hay una conexión entre las velas y la espiritualidad.
AROMA Y COLOR
Las velas aromatizadas son más que una fuente de placer ya que las fragancias incorporadas ayudan a crear ambientes especiales que mejoran la calidad de vida por las propiedades de sus aromas. Las hay cítricas, frutales, flores orientales, maderas y chypre, es decir, una extensa gama que podrá elegir en combinación perfecta con el color.
Fije su vista en el fuego y haga una fuerte conexión entre la luz de la vela y su luz interior; esto podría ayudarle a crear ambientes relajantes, espirituales o armonizantes a través de la transformación del espíritu y el renacimiento del fuego interno que habita en usted.
SIGNIFICADO DE LOS COLORES
Conocer su significado forma parte esencial de su energía. Las diferentes tonalidades permiten que afloren cualidades que cada una esconde en su interior.
Amarillo: Este color representa la energía mental, realización, conquista y razón. Al ser el color de la energía solar, simboliza la disposición para la vida.
Azul: Es un color de calma y tranquilidad por lo que se lo utiliza para momentos de meditación. En muchas culturas o religiones, el azul representa la fe y la devoción.
Naranja: Es el color de la alegría y del sentido del humor. Al ser un tono estimulante, es propicio para dar rienda suelta a la creatividad.
Verde: Simboliza esperanza y salud. Es una mezcla de la fuerza material del amarillo con lo espiritual del azul, por ende es un color armonioso.
Rojo: Evoca fuertes sentimientos. Inspira la determinación, confianza y enfrenta la depresión. Es el color del amor.
Fuente: Revista Maxi, Ecuador, diciembre del 2013