CONSEJOS PARA QUE SU AUTO NO CONTAMINE
Publicado en
octubre 22, 2019
Si cuida su auto y lo conduce como es debido, contribuirá a la limpieza del ambiente.
Por Robert Sikorsky
NADA CONTAMINA tanto el aire que respiramos como los vehículos de motor. Todos los días, los automóviles, los camiones y los autobuses arrojan miles de toneladas de contaminantes a la atmósfera, incluyendo más de la mitad de las emisiones de monóxido de carbono y cerca de la tercera parte de las de óxido de nitrógeno y de los hidrocarburos presentes en el aire.
Hemos hecho progresos en los últimos 20 años. Los autos queman el combustible con más eficiencia, las emisiones se han reducido mucho y los combustibles son más limpios. Pero a estas mejoras debe ir aparejado el compromiso de mantener nuestro vehículo en buen estado.
En lo relativo al efecto que tiene el funcionamiento de los autos sobre el ambiente, la mayor parte de las personas creen que no hay nada que puedan hacer; el problema, dicen, atañe exclusivamente al gobierno o a las industrias automovilística y petrolera. Nada más lejos de la verdad. Cada uno de nosotros tiene la posibilidad de hacer algo la próxima vez que conduzca un auto. Podemos dar el mantenimiento adecuado a nuestros vehículos y conducirlos de manera eficiente.
Un auto nuevo funciona bajo normas óptimas de control de emisiones. De su dueño, principalmente, depende conservarlo así. He aquí algunos consejos que le servirán para que su auto no contamine:
Esté atento a las fugas. Cualquier estacionamiento es un pozo negro de lubricantes y líquidos de automóvil, prueba de que no cuidamos los coches. Lo que no vemos son los millones de litros que escurren de nuestros vehículos y se evaporan en el aire.
Inspeccione a diario el lugar donde guarda su auto, y haga que le reparen cualquier fuga antes de que se convierta en un problema costoso. Las fugas de gasolina, por ser las más nocivas para la atmósfera, deben repararse inmediatamente.
Revise el tubo de escape. ¿Le gustaría saber si el motor de su auto está sano? Pase el dedo por el interior del tubo de escape. Debería salir cubierto de un polvo ligero de color pardo grisáceo. Si presenta cualquier otro color, tal vez algo ande mal en el motor, en los controles de las emisiones o en el convertidor catalítico.
Tenga siempre bien infladas las llantas. Poner aire a las llantas es una de las mejores cosas que puede usted hacer por la atmósfera. Las llantas bien infladas contribuyen a que el auto consuma menos combustible por kilómetro y a que contamine menos. La presión debe verificarse por lo menos cada dos semanas, cuando las llantas estén frías.
Si tiene sistema de aire acondicionado, cuídelo. Las fugas en el sistema de aire acondicionado constituyen una fuente importante de clorofluorocarbonos (CFC), un gas comúnmente conocido como freón.
El sistema de aire acondicionado debe conservarse hermético y sin fugas. La mejor manera de prevenir estas consiste en dar a la unidad un servicio completo una vez al año. De tiempo en tiempo ponga a funcionar el aire acondicionado en el invierno, porque esto ayuda a mantener lubricados los sellos y evita que escape el freón.
Revise el estrangulador. Se corre mucho riesgo con un estrangulador automático de alta combustibilidad, pues hace que salgan por el tubo de escape hidrocarburos que aún no se han quemado.
Si el estrangulador deja pasar muy poco combustible, este no pasará en cantidad suficiente al motor frío, y el auto tardará en arrancar; si, por el contrario, deja pasar demasiada gasolina, el estrangulador permanecerá más tiempo cerrado, inundando de gasolina el motor y haciendo que queme más combustible.
No queme aceite. Si sale un humo azul, o entre azul y blanco, por el escape, su auto está quemando aceite y contaminando. Mande revisar el motor.
Revise los ductos de aire. Entre las piezas más olvidadas del motor están el carburador y los ductos de aire del sistema de inyección de combustible. Los ductos son una especie de mangueras enormes y llevan forros corrugados.
Dedique unos minutos a revisarlos. Si están flojos, hay que apretarlos; si se han dañado, hay que cambiarlos. No cuestan mucho.
Use filtros limpios. Un filtro de aire sucio fuerza al motor a usar más gasolina, lo cual provoca contaminación innecesaria. Los filtros de combustible obstruidos o sucios contribuyen en gran medida a que el auto no funcione debidamente, sobre todo en el caso de los autos que cuentan con inyección de combustible. Cambie los filtros al menos con la frecuencia prescrita en el programa de mantenimiento del fabricante.
Cambie el aceite con regularidad. Es indispensable cambiarle frecuentemente el aceite al auto, y se logran mejores resultados con un aceite que permite un mayor rendimiento del combustible. En lo que respecta a la frecuencia, siga las instrucciones del manual del propietario, o cambie el aceite y los filtros por lo menos cada 5000 kilómetros o cada tres meses, lo que ocurra primero.
Familiarícese con los sistemas de control de emisiones del escape. La inspección visual es muy fácil. ¿Están conectados todos los cables? ¿Hay mangueras o tubos ál vacío sueltos? ¿Está sucio el filtro? ¿Están tensas o gastadas las bandas? Es importante que todos los controles de emisiones funcionen siempre. El auto quizá marche aunque no funcionen uno o dos sensores, pero contaminará muchísimo. En cambio, un coche bien afinado emite muy pocos gases.
Mantenga su vehículo afinado. Los carburadores o inyectores de combustible sucios, los filtros de aire tapados, los platinos y bujías gastados y los sistemas de encendido descuidados no sólo desperdician combustible y disminuyen el rendimiento del motor: también provocan un aumento de las emisiones. Cuando lleve a afinar su coche, pida a los mecánicos que examinen minuciosamente los sistemas de emisiones del escape y de emisiones del control de la evaporación, y que los reparen en caso necesario.
Confíe en sus sentidos. La vista, el olfato, el oído y el tacto pueden revelarle muchas cosas. Si huele algo raro, si ve una fuga, si oye un ruido extraño o siente una vibración, algo anda mal. Sin pérdida de tiempo, lleve su auto a que lo revisen: el daño podría agravarse.
AUNQUE el mantenimiento es indispensable para que su auto esté en óptimo estado, también hay técnicas de conducción que reducen el consumo de combustible y que, por ende, le ahorran dinero y le permiten contaminar menos. He aquí algunas:
Evite arrancar en frío y hacer recorridos cortos. Un motor frío daña mucho al auto, a su bolsillo y a la atmósfera. No es conveniente arrancar cuando el motor está frío; si el motor lleva mucho tiempo apagado, no mueva el auto sin antes calentarlo, a menos que sea absolutamente necesario.
Si se arranca en frío para hacer recorridos de tres kilómetros o menos, el automóvil puede rendir menos del diez por ciento del kilometraje por litro que rinde cuando está caliente. Los arranques en frío y los recorridos cortos producen más contaminación por el tubo de escape que todas las demás formas de conducción combinadas.
Tenga lo menos posible el vehículo en punto muerto. La marcha al vacío, además de no conducir a ningún lado, produce mucha contaminación. No tenga el coche encendido y sin avanzar, más de lo indispensable.
Use con prudencia los pedales. Lo que usted hace con el pedal del acelerador determina lo que sale por el escape. Las pruebas realizadas han demostrado que en el arranque rápido se puede quemar más del 50 por ciento del combustible que se quema en la aceleración normal, lo cual incrementa las emisiones en un 50 por ciento adicional. Imagine que hay un huevo entre su pie y el acelerador, y píselo gradualmente para no romper ese huevo.
También la desaceleración brusca puede dar lugar a gran cantidad de emisiones. Si usted retira súbitamente el pie del acelerador cuando va a 105 k.p.h., el alto vacío que se produce en el motor succionará más combustible del normal. Los autos viejos tienden más a contaminar con la desaceleración repentina. Aunque los autos de modelo más reciente tienen dispositivos que reducen las emisiones originadas por la desaceleración, también usted puede ayudar. Retire suavemente el pie del acelerador, dando al motor tiempo suficiente para adaptarse.
Conduzca a una velocidad que le permita economizar gasolina. En la ciudad, siempre que sea posible conduzca a una velocidad de entre 55 y 70 k.p.h. Dentro de estos límites se consume menos combustible y se emiten menos gases que viajando a 30 k.p.h. Si corre más, se expone a que lo multen; si va más despacio, contaminará.
Conduzca a una velocidad constante. La manera de lograr que el vehículo emita menos gases es conducir a una velocidad constante de 100 k.p.h. El variar constantemente entre los 80 y los 105 k.p.h. produce más contaminación y consume más combustible. Además, evite ir demasiado cerca de otro vehículo, pues esto lo obliga a frenar y acelerar con frecuencia, ya que el auto que va delante determina la velocidad del suyo.
Aproveche el impulso. Cualquier impulso que se aproveche es ganancia. Se requiere más combustible para hacer que avance a una velocidad normal un auto que está detenido, que para hacer que avance a esa misma velocidad un auto que va a unos cuantos kilómetros por hora. Cada vez que evite detenerse por completo, ayudará a limpiar el aire. (Este consejo no es válido cuando el semáforo está dando la luz roja.)
Cuando cargue combustible, tape pronto el depósito. Cada vez que llenamos el depósito de combustible enviamos a la atmósfera una gran cantidad de emisiones debidas a la evaporación de la gasolina. Tape el tanque en cuanto termine de llenarlo, y ciérrelo bien. De una superficie tan pequeña como el tapón del depósito pueden desprenderse en cuestión de segundos grandes volúmenes de vapor de gasolina.
Si está desgastado el empaque del tapón, cámbielo. Y evite circular sin el tapón, aunque sólo sea por poco tiempo.
Llene el depósito, pero impida que se derrame la gasolina. Cuanto menor sea la frecuencia con que llena el depósito, menos probabilidades habrá de que escapen vapores de gasolina. Y no llene el tanque hasta el tope, pues la expansión o la gravedad causarían derrames.
UNA VEZ QUE aprenda usted a mantener su auto y a conducirlo eficientemente, lo hará de la manera más natural. Reciclar las latas de aluminio, eliminar los desechos do-mésticos peligrosos y plantar árboles son medidas excelentes para cuidar el ambiente; pero nada mejor que cuidar y conducir responsablemente su auto.
CONDENSADO DE "CAR TIPS FOR CLEAN AIR", © 1991 POR ROBERT SIKORSKY, PUBLICADO POR PERIGEE BOOKS, DIVISIÓN DE G.P. PUTNAM'S SONS, DE NUEVA YORK, NUEVA YORK