CUÍDESE DE LOS ARTEFACTOS PARA ADELGAZAR RÁPIDAMENTE
Publicado en
agosto 29, 2015
Informe de Selecciones al consumidor.
A pesar de los pretendidos méritos de estos artefactos para acabar con la grasa, lo más seguro es que sólo acaben con su dinero.
Por Jean Carper.
A TRAVÉS de la radio, la televisión y la prensa, el público recibe una corriente de anuncios que alaban las ventajas del equipo para "ejercicio" que, según lo que se dice, obra verdaderos milagros: calzones que se inflan y que "le garantizan la reducción de talle, caderas y muslos: hasta seis o nueve pulgadas en sólo tres días"; cinturones mágicos que "derriten las llantas", payasos que "tonifican sus músculos mientras duerme"; aparatos para ejercicio sin esfuerzo que "afinan su cuerpo y tonifican su corazón, todo ello con dos minutos al día". Cualquiera que sea su forma, tamaño o precio, todos ellos constituyen rápidos y eficaces sustitutos de dietas y verdadero ejercicio: y el público se gasta millonadas en adquirirlos.
Y sin embargo, casi todas las autoridades médicas convienen en que tales artefactos son inútiles, y algunos son hasta peligrosos. Según el Dr. Joseph Davis, director de la Sección de Aparatos Médicos y Clínicos, de la Administración de Alimentos y Medicinas (AAM), de los Estados Unidos, muchos de esos artefactos son "basura", y a pesar de que sus fabricantes ponderan su valor clínico, "no hay pruebas científicas válidas de que produzcan resultados". Y la Comisión de Ejercicio y Condición Física de la Asociación Médica Norteamericana se muestra preocupada porque, con ese engaño, quienes se dejan convencer por los vendedores de "ejercicio sin esfuerzo" se ven privados de la oportunidad de hacer auténtico ejercicio.
En los últimos años la AAM y el Departamento de Correos (encargado de los fraudes que se realizan por vía postal) han recibido numerosas quejas de personas que adquirieron esos artefactos. A decir verdad, la lucha emprendida por estas dependencias gubernamentales para acabar con la engañosa publicidad y la venta de tales adminículos parece no tener fin. "Apenas logramos sacar del mercado uno de esos artefactos, cuando aparecen dos más", advierte el Dr. Davis.
Mencionaremos a continuación algunos de los principales tipos de "adelgazadores rápidos" que los consumidores deberían ver con suspicacia:
• Ropa inflable. Entre los primeros artículos que salieron al mercado figura el cinturón de material plástico que se lleva como una cámara inflada alrededor del talle. Su éxito económico fue tal, que a poco lo siguieron los calzones inflables. Según reza un anuncio, si con las prendas puestas se realizan ejercicios "sencillos", la grasa sobrante desaparecerá casi de la noche a la mañana, sin necesidad de seguir dieta, e incluso sin perder peso. Se supone que el uso de la prenda llena de aire a la vez que se hace el ejercicio, produce un efecto de algo así como "puntos de calor", tipo sauna, con lo que la zona cubierta por la prenda de plástico se reduce varios centímetros en sólo tres días.
La opinión médica más reputada rechaza tales pretensiones. El Dr. Sedgwick Mead, especialista en medicina física del Kaiser Foundation Hospital, de Vallejo (California), dice que es imposible que la cintura se reduzca permanentemente si no se baja de peso. Además, un reciente estudio de la AAM, realizado entre los prisioneros de Lorton, institución correccional del Estado de Virginia, puso de manifiesto que los calzones inflables (y, por consiguiente, los cinturones) no producen efectos duraderos sobre el grosor de talle y muslos. Con base en estos datos, el Servicio Postal de Norteamérica persuadió ya a muchas casas dedicadas a la venta por correo de prendas inflables, de que suspendan sus ventas o modifiquen la publicidad.
• Cinturones con peso. Si se usa uno de estos cinturones, rellenos con perdigones de plomo o acero, que pesan de 4,5 a 6,5 kilos, este peso adicional —según reza la propaganda— hará que se quemen más calorías, con lo que se perderá peso. Sin embargo, los investigadores de la Comisión Federal de Ventas (CFV) han demostrado que tales cinturones ni sirven para reducir de peso ni afinan el talle, como se anuncia. El Dr. Bruno Balke, profesor de fisiología y educación física en la Universidad de Wisconsin, calcula que para eliminar apenas medio kilo, un individuo de 1,80 m. que pese 90 kilos tendría que llevar puesto un cinturón de 4,5 kilos ocho horas diarias durante 45 días.
En cambio, lo que más preocupa a los funcionarios de la CFV son las pruebas de que tales cinturones pueden causar daños corporales a algunos de los usuarios. Recientemente la CFV logró que se prohibiera a la Tone-O-Matic Products, Inc., presentar el cinturón como sustituto del ejercicio, y se le obligara a hacer la siguiente declaración en el empaque y en la publicidad: "ADVERTENCIA: Este producto puede ser perjudicial para algunas personas. Antes de adquirirlo y usarlo, consulte con su médico". La compañía ya no fabrica los cinturones, pero otras empresas sí continúan fabricando y vendiendo los cinturones con peso.
• Bandas y payasos ceñidores. Un sorprendente número de artefactos "desgrasadores" consisten en algo tan simple como unas bandas anchas de material sin poros, diseñadas de modo que se ajusten perfectamente al talle, los muslos, los antebrazos, e incluso la barbilla. Según los anuncios, su acción consiste en hacer que se sude el exceso de peso.
Es cierto que se puede perder peso, temporalmente, con la transpiración, pero no se trata de una pérdida auténtica, pues bastará con beber agua para recuperar el peso. "Es una ley fundamental de la física", declara el Dr. Kenneth Rose, presidente de la Comisión de la AMN para el Ejercicio y la Condición Física, "que si se desea perder grasa, hay que quemarla o digerirla". Y añade que los cinturones constrictores pueden producir una reducción temporal de volumen al hacer que los fluidos de la zona afectada se vayan a otras regiones del cuerpo, pero "en unos cuantos días, los fluidos orgánicos habrán vuelto a su lugar".
Años atrás la AAM recibió quejas contra los payasos de plástico para ejercicio, de los que se aseguraba que hacían "sudar" los kilos de más. Recientemente se le ha preguntado qué hay acerca de un nuevo payaso de nailon poroso para mujeres. Al parecer, sin esfuerzo alguno de parte de quien lo usa (afirma su publicidad), tonifica y suaviza por su acción equivalente a un masaje, que se prolonga incluso mientras la persona duerme. El Dr. Rose comenta que "la ciencia médica ha comprobado que, para que un músculo se fortifique, tiene que ejercitarse activamente con el movimiento, y de ninguna manera basta que se le trate por medio del masaje".
• Estimulantes musculares. En opinión del Dr. Davis, en los últimos 20 años los norteamericanos se han gastado unos 100 millones de dólares en estimulantes eléctricos para los músculos corporales y faciales. Estos aparatos bombardean la piel con cargas eléctricas, lo que produce contracciones musculares que (se supone) reducen el volumen, tonifican los músculos y eliminan las arrugas. Sin embargo, hay pruebas de que algunos de estos aparatos pueden provocar el aborto y dañar el corazón y otros órganos vitales.
LAS RUEDAS "Unicycle", los "agarradores", las plataformas para brincar, para trotar, los artefactos de muelle, las bicicletas estacionarias y las bandas sin fin para caminata o carrera estacionaria, y centenares más de aparatos que se venden en el mercado, caen en diferente categoría. Por ejemplo, las bandas sin fin y las bicicletas estacionarias —empleadas con empeño y constancia durante mucho tiempo— pueden proporcionar un ejercicio que beneficie el corazón y los pulmones, como ocurre con la natación, la carrera y el andar en bicicleta.
Sin embargo, para obtener de estos aparatos el beneficio debido, es preciso conocer su verdadera utilidad, y nadie mejor que el médico para informarnos y aconsejarnos. Sobre todo, guardémonos de la publicidad engañosa y no nos dejemos sorprender por ciertos comerciantes sin escrúpulos.