Publicado en
julio 10, 2015
VOLVIENDO LAS TORNAS
ASOMBRADO por mi incapacidad para hacer que nuestra hijita de cuatro años dejara el hábito de chuparse el dedo, mi marido se encargó de la tarea con varonil confianza y un éxito casi instantáneo. "¿Niña grande o chiquita?" le preguntaba él, y ella respondía: "Grande", e inmediatamente se sacaba el dedo de la boca. Poco después de aquella victoria, mi marido me confesó que ya las líneas de batalla habían cambiado. Una vez había llevado a la niña a la clase dominical de religión, y al bajar del auto, él encendió un cigarrillo. En el acto la chiquilla le preguntó: "¿Papi grande o chiquito?"
— C.D.V.
LA PALABRA que callamos es esclava nuestra. La palabra que proferimos nos hace esclavos suyos.
— Proverbio oriental
QUIEN HACE LA BURLA...
DURANTE la primera guerra mundial, la comida en las trincheras era a veces incomible, y aunque el cocinero del regimiento no tenía la culpa de ello, solíamos quejarnos amargamente de sus dotes culinarias. Un día, para que no quedara la menor duda de nuestro desagrado, llenamos sus botas con la bazofia: Se esparció la noticia de la jugarreta, y todos los soldados aguardaron en vano el esperado estallido del cocinero.
Al día siguiente, sin poder reprimir nuestra curiosidad, algunos de nosotros le preguntamos si había descubierto quién le había puesto la bazofia en sus botas.
—No —dijo el cocinero tranquilamente—, pero sí sé quién se la comió.
—G.S.
DE AQUI, DE ALLA Y DE TODAS PARTES
EN MUCHOS lugares del Japón, Tokio inclusive, la gente no se molesta en numerar las casas. Cuando así lo hacen, por lo general es en orden cronológico; es decir, dan el número uno a la casa más antigua de una calle, el dos a la que le sigue en edad, y así sucesivamente.
—C.L.G.
LAS OFICINAS rusas de información cobran a los turistas por darles las señas que solicitan. Se pagan tres copecks si la dirección indicada está cerca de la Plaza Roja, cinco copecks por explicar un viaje por el ferrocarril subterráneo, y diez si se trata de ir al aeropuerto. Hay que advertir, sin embargo, que no hacen cargo adicional si uno de los componentes de una pareja pide señas para los dos.
— R.P.
YAVASH significa "lento" en el idioma turco. Por eso los turcos han dado a Ankara, su capital, que es principalmente centro gubernativo, notable por la lentitud burocrática, el sobrenombre de "Yavashington", en recuerdo del centro del gobierno estadounidense.
—A.T.B.
UN GRUPO de maestros de escuela en Londres logró figurar en la lista de los discos más populares, con una grabación del reglamento de tráfico londinense en verso y puesto en música. Hicieron una grabación similar de parte de la lista de teléfonos de la ciudad, pero no se puso en venta, pues la empresa de teléfonos no quiso ceder el derecho de propiedad literaria.
—J.M.
A ISAAC STERN se le ha oído decir a menudo:
—Yo soy el segundo violinista del mundo.
—¿Y quién es el primero? —es la pregunta inevitable.
—No me gustaría decirlo —replica Stern—. Todos los otros violinistas son amigos míos.
—L'Expres, de París
UNA JOVEN norteamericana subió a un autobús con un nene en los brazos.
—¿A quién trae usted ahí? —le preguntó el chofer—. ¿A un futuro presidente, o a una futura primera dama?
—Ambas cosas —repuso ella con orgullo—: La primera dama que será presidente.
— S.G.
CARICATURAS
LA SEÑORA que, en un bote de remos, está pescando en medio de un chubasco, al marido: "¡No me había vuelto a divertir tanto desde la última vez que limpié el horno!"
—B.B.
EL CONDUCTOR de un auto, a su esposa: "¿Qué ha sucedido entre nosotros, mujer? Ya no me recuerdas que me abroche el cinturón".
—Censoni
UNA CLIENTE a la dependienta de la perfumería: "No recuerdo el nombre que dio a este producto el locutor de la televisión, pero es una cosa que se unta una en todo el cuerpo, y de repente se encuentra en traje de noche al lado de un joven muy guapo".
—F.F.
UN SEÑOR presentó a su hija adolescente, que permanecía silenciosa. "No tiene costumbre de hablar sino por teléfono", explicó el padre.
—E.W.
EN NUESTRA oficina en Cabo Kennedy nos turnamos para hacer el café. Cierta mañana uno de los empleados contaba en alta voz las cucharadas que ponía en la cafetera: "Diez, 9, 8, 7..."
—G.L.W.
UNA PITONISA, mirando ceñudamente su bola de cristal, al parroquiano: "Me temo que voy a tener que cobrarle por adelantado".
—M.L.
PARA matar el tiempo en la frontera de Sarawak, en 1963, mi compañero se divertía escribiendo cartas encomiásticas a los fabricantes de productos pequeños, pero apetecibles: artículos de tocador, dulces, papel de escribir. La recompensa a su esfuerzo fue un sustancioso botín de artículos enviados como regalo por los agradecidos fabricantes.
Sin embargo, cuando mi compañero le escribió a la compañía Wilkinson Sword acerca de sus hojas de afeitar, se tropezó con la horma de su zapato.
"He usado una de sus excelentes hojas de afeitar continuamente durante tres meses, mientras patrullaba las selvas de Sarawak, y afeitándome a menudo con agua fría", les informó.
Oportunamente llegó la respuesta: "Muchas gracias por sus lisonjeras palabras acerca de nuestro producto. Tenemos el agrado de adjuntarle una provisión para otros tres meses". Con la carta venía una sola hoja de afeitar.
—D.B.
LA PACIENCIA es la habilidad de interesarnos poco a poco.
—J.C.
UN DÍA mi jefe me dio una revista inglesa con un artículo que trataba del producto de un competidor, diciéndome que recortara la página en que aparecía y que la mandara a nuestra oficina en Londres junto con una consulta. Al lado del artículo venía una entrevista con Elizabeth Taylor.
Pocos días después llegó la contestación oficial, con una nota: "¿Sería posible que nos mandaran ustedes la siguiente página de esa revista? Nos agradaría saber qué le pasó a Elizabeth". Echando una ojeada a la copia adjunta del original, leí la última línea de la entrevista con la estrella, que decía: "A veces Richard me despierta durante la noche y (continúa en la página siguiente)".
—J.C.
CIERTO profesor de escuela de segunda enseñanza había puesto la siguiente "propaganda comercial" de su oficio en el pizarrón: "GRATIS. Todos los días, de lunes a viernes: Conocimientos. Cada cual debe traer su propio envase".
—Colaboración de la señora J.K.