LA RISA, REMEDIO INFALIBLE
Publicado en
julio 17, 2015
EN LAS VEGAS, la gente se pasa la noche entera ante las mesas de juego, reacios a apartarse de allí, incluso para dormir. Una señora había estado metiendo dinero en una tragamonedas durante varias horas, sin sacar nada. Tomando un breve descanso, se dirigió a una máquina automática de servir café y puso en la ranura una moneda.
Cayó en el lugar adecuado un vasito de papel y dentro de él un abundante chorro de café. La dama, al ver salir el líquido, exclamó palmoteando alegremente: "¡Gané! ¡Por fin gané!"
—N.M.
NO SE preocupe si su hijo se emociona por poca cosa. Acaso cuando crezca lo contraten para la publicidad comercial de la televisión.
—E.W.
UN JOVEN exhausto entró en la cafetería de un hospital, buscó banco y se dejó caer desfallecido sobre el mostrador. La camarera, sonriéndole comprensivamente, le dijo:
—¡Apuesto que acaba de tener un hijo!
—Sí —asintió él lleno de orgullo a pesar del cansancio—. ¿Cómo lo supo usted?
—Lo adiviné. Y ¿qué fue? ¿Niño o niña?
Al oír la pregunta, el novato padre de familia abrió tamaños ojos, emitió un ruido sordo y exclamó:
—¡Vaya! ¡No lo sé! —y corrió velozmente a averiguarlo.
—L.S.
HAY UN nuevo juego de salón inspirado por los tiempos que corren, en que pueden participar todos los jugadores que lo deseen y en cualquier lugar que decidan. Se llama Burocracia, y se juega así: El primero que hace un movimiento, pierde.
—J.C.
UN TAXISTA recogió a tres médicos que salían de una convención. Los pasajeros, que estaban algo achispados, apostaron al chofer a que no era capaz de distinguir cuál de ellos era siquiatra.
—No se ofendan —explicó el conductor—, pero a mí eso me tiene sin cuidado.
—¿Por qué? —inquirió al punto uno de los galenos.
—Usted es el siquiatra —respondió el taxista..., y ganó la apuesta.
—C.C.
DOS NIÑOS que estaban en diferentes clases de religión comentaban lo que cada cual había aprendido. Decía muy orondo uno de ellos:
—En mi clase ya llegamos al pecado original.
—Eso no es nada —respondía el otro—: ¡nosotros estamos ya más allá de la redención!
—M.S.