Publicado en
febrero 10, 2013
La gran variedad de estilos de yoga que han proliferado en los últimos años puede desorientar. ¿Cuál elegir? Hay que tener en cuenta el carácter de cada uno y los beneficios que se buscan.
Por Mercedes de la Rosa
No hay un yoga mejor ni peor, el óptimo es el que hace que la persona se sienta bien y le anima a seguir practicando. Niños, jóvenes, adultos sedentarios o atléticos, embarazadas, ancianos... cualquiera puede practicar alguna modalidad de yoga. Aun cuando, en el sentido clásico, el yoga es un camino físico hacia la unidad de cuerpo, mente y espíritu, hay quien se inicia en él para incrementar la fuerza y la flexibilidad de sus músculos; quien lo hace para calmar la mente y relajarse; quien lo toma como una gimnasia para recuperarse de alguna lesión o para sentirse mejor físicamente; y quien empieza simplemente por curiosidad, para saber qué es eso del "yoga" de lo que tanto se habla. Cada practicante, dependiendo de su temperamento y necesidades, busca algo distinto en "su" yoga; por eso es importante, antes de empezar cualquiera de sus estilos o variantes, saber qué se está buscando y qué puede ofrecer la forma de yoga que se escoge.
El yoga, nacido en la India hace más de tres mil años, ha desarrollado diferentes variantes. Algunas se apoyan más en la tradición, mientras que otras se han adecuado a nuevas formas de vida y lugares de práctica. Sea cual sea la etiqueta o nombre que adopte la variante, ha de actuar conjuntamente sobre los planos mental, emocional, espiritual y físico para lograr su equilibrio y unión. Es verdad que muchas variantes del yoga contemporáneo se asocian a los cuerpos esculturales de actrices de Hollywood y cantantes, que han puesto de moda estilos corno el ashtanga o el vinyasa-flow, pero no hay que olvidar que la práctica del yoga, no importa lo exigente que sea fisicamente, va mucho más allá de cualquier tipo de ejercicio. El objetivo último de la práctica es silenciar la mente.
CAMINOS MÚLTIPLES
La palabra "yoga" (en sánscrito, "vínculo" o "unión") alude a la unión del cuerpo, la mente y el espíritu. Tradicionalmente, los caminos clásicos del yoga son: el gnana (yoga del conocimiento), el bhakti (de la devoción o místico), el karma (de la acción desinteresada), el raja (yoga "rey") y el kundalini (para el despertar de la energía). Estos dos últimos son los que más seguidores tienen en Occidente: el primero a través del hatha yoga (la Forma física del raja yoga) y el segundo a través de una práctica que predica la liberación de la energía del cuerpo.
El hatha yoga es el más conocido y extendido en Europa y Estados Unidos, y del que han derivado mas estilos o variantes. El hatha, que en sánscrito hace referencia al sol y a la luna como metáfora de la dualidad de la vida y de las energías positivas y negativas que se combinan en el cuerpo humano, restablece el equilibrio del cuerpo, relaja la mente y reorienta las energías. El hatha yoga, y sus variantes como el anusara, el ashtanga, el iyengar o el vinyasa trabaja el control sobre el cuerpo para favorecer el control sobre la mente y las emociones. Sin embargo, la práctica de cualquiera de estas variantes, por dinámicas que sean, no debería causar un cansancio excesivo ni adquirir el más mínimo carácter competitivo.
A veces no es fácil clasificar un tipo de yoga ni establecer la frontera entre dos variantes ya que las técnicas, dinámicas y posturas (asanas) en las que se basan, se entremezclan de forma inevitable, puesto que, al fin y al cabo, se trata de una misma disciplina. Sin embargo, las numerosas variantes pueden ayudar a mejorar o a trabajar aspectos específicos tanto externos como internos.
Cada practicante, de acuerdo con sus necesidades y carácter, vivirá la práctica de un estilo de manera completamente distinta a otro. Por eso ha de conocerse y saber qué es lo que está buscando.
Si pretende mejorar la postura y el alineamiento de su cuerpo, estilos como el hatha, el iyengar o el anusara pueden ser de gran ayuda, aunque, mientras que en los dos primeros se mantienen las posturas durante un tiempo considerable, en el tercero se pone más énfasis en la toma de conciencia de cómo fluye la energía en el cuerpo durante la práctica. Si lo que se persigue es la movilización de la energía, otros estilos como el kundalini o el sivananda pueden ser más recomendables. Quien busque prácticas más vigorosas, debería decantarse por el ashtanga o alguna de sus variantes, como el vinyasa-flow, que fomentan la tonificación y purificación del organismo. El bikram, que se practica en una sala a cuarenta grados de temperatura, logra una depuración rápida del cuerpo.
No existe una práctica más recomendable que otra. Cada una es un camino único con distintos matices para llegar a la armonía de pensamientos y emociones. Lo importante es encontrar una que nos funcione, y un buen maestro cuyas enseñanzas animen a seguir practicando.
HATHA
Fundador. Shiva Mahadeva (s. XV), aunque se adjudica su difusión a su discípulo Goraksha, que escribió varios libros sobre el hatha yoga.
En qué consiste. Combina la práctica de posturas (asanas) con ejercicios de respiración (pranayama) para conseguir una relajación reparadora.
Qué esperar. La práctica tradicional es lenta, consciente y regulada. Las posturas se mantienen unos segundos para estirar y flexibilizar los músculos. Los movimientos son conscientes y precisos.
¿Para quién? Beneficioso para quienes busquen la paz mental a través del movimiento suave pero intenso.
Curiosidades. Es el método más difundido en todo el mundo.
Web. www.hatha-yoga.com.ar
SIVANANDA
Fundador. En 1957, Swami Vishnudevananda (1927-1993) abandonó el Himalaya para llevar a cabo la voluntad de su maestro Swami Sivananda de difundir las enseñanzas del yoga en Occidente. En 1959 fundó el primer centro Sivananda Yoga Vedanta en Montreal (Canadá).
En qué consiste. Una práctica espiritual que enfatiza la filosofía vedanta y la recitación de mantras. Los cinco principios que constituyen su esencia son: ejercicios (asanas), respiración (pranayama), relajación (savasana), dieta vegetariana y pensamiento positivo a través de la práctica de la meditación (dhyuna).
Qué esperar. La sesión se inicia con relajación, sigue con un poco de calentamiento y ejercicios de respiración, y continúa con la práctica física, que se centra en doce posturas básicas. Acaba con meditación y canto de mantras en sánscrito. Las clases suelen durar dos horas.
¿Para quién? Recomendado para quienes busquen plenitud espiritual.
Curiosidades. Cuenta con centros en todo el mundo, dirigidos por un grupo de swamis, en su mayoría occidentales.
Web. www.sivananda.org
IYENGAR
Fundador. B.K.S. Iyengar (1918).
En qué consiste. Hace tomar conciencia de uno a través de la atención en la precisión anatómica. Enfatiza el alineamiento de la postura y la técnica.
Qué esperar. Las posturas se mantienen durante más tiempo que en otros tipos de yoga. La mayoría de clases incluyen posturas de pie, sentadas, torsiones y posturas invertidas. Las explicaciones resultan muy detalladas y exactas, y se permite el uso de herramientas como cintas y "ladrillos" para entrar en las posturas y mantenerlas.
¿Para quién? Está recomendado para quien necesita una explicación precisa de las posturas para su entendimiento. Puede ser útill para correcciones posturales y curación de lesiones.
Curiosidades. B.K.S. Iyengar escribió en 1966 el libro "Luz sobre el yoga", con más de 600 fotos en las que él mismo ilustraba las posturas y técnicas respiratorias. Se considera que este libro, convertido en un clásico, llevó el yoga al gran público occidental.
Webs. www.bksiyengar.com y www.iyengaryoga.org
ASHTANGA
Fundador. Sri K. Pattabhi Jois (1915).
En qué consiste. Una serie de posturas se encadenan por vinyasas (movimientos fluidos y repetitivos) y se sincronizan con una respiracton muy energética (ujay), que provoca un intenso calor interno y fomenta la eliminación de toxinas.
Qué esperar. Cuenta con seis series. Se empieza por la primera y el profesor añade posturas según el alumno avanza. Las clases son muy dinámicas.
¿Para quien? Para quienes disfruten con retos tanto físicos como mentales.
Curiosidades. Ashtanga significa "ocho partes: ashta (ocho) y anga (partes) y se refiere a sus ocho prácticas espirituales.
Web. www.ashtanga.com
KUNDALINI
Fundador. Yoghi Bajan (1929).
En qué consiste. Se basa en movimientos repetitivos que difieren de los estilos que derivan del hatha. El objetivo es liberar la energía (kundalini) que se concentra en la base de la columna vertebral para que avive la conciencia.
Qué esperar. Las clases se centran en kriyas o secuencias, diseñadas con un propósito terapéutico. Incluyen respiración "de fuego", cantos y mantras.
¿Para quién? Óptimo para quienes deseen una práctica espiritual intensa.
Curiosidades. A la energía "kundalini" se la llama también "el poder de la serpiente", ya que se representa formando tres anillos en la base de la columna vertebral.
Web. www.3ho.org
BIKRAM
Fundador. Bikram Choudhury (1946).
En que consiste. Una serie de 26 posturas repetidas dos veces en una sala a 40 grados centígrados, para calentar los músculos rápido, potenciar la desintoxicación a través del sudor y aumentar el ritmo cardiaco.
Qué esperar. La mayoría de clases no incluye posturas invertidas.
¿Para quién? Los que prefieren una rutina y aprecian el calor de la India.
Curiosidades. En el 2002 Bikram creó polémica cuando patentó con copyright su serie de posturas.
Web. www.bikramyoga.com
VINYASA (FLOW O POWER YOGA)
Fundador. Es una variante americana del ashtanga yoga.
En qué consiste. Basado en el ashtanga pero más libre.
Qué esperar. Son secuencias fluidas de asanas, coordinadas con la respiración. Las sesiones pueden ser vigorosas o meditativas, dependiendo del profesor, que es quien marca el ritmo.
¿Para quién? Para quienes busquen ponerse en forma e inspirarse en otros aspectos de la vida.
Curiosidades. En sánscrito, "nyasa" es "poner", y "vi", "de una manera especial".
Web. www.shivarea.com
ANUSARA
Fundador. El estadounidense John Friend (1959).
En qué consiste. Basado en la filosofía tántrica, combina la atención a la alineación con la toma de conciencia del fluir de la energia en el cuerpo, y el objetivo de conseguir la revelación de la naturaleza divina de cada uno. Una vez el fundamento físico está bien emplazado, el practicante puede desprenderse de todo y abrirse a algo mayor que él mismo.
Qué esperar. Las clases varían según la creatividad del profesor. Cada sesión empieza con una invocación y tiene un tema orientado desde el corazón.
¿Para quién? Recomendado a quienes disfruten de las explicaciones detalladas y quieran trabajar la autoestima.
Curiosidades. En sánscrito significa "fluir en gracia".
Web. www.anusara.com
CUIDADO CON LAS EXPECTATIVAS
Evitar compararse. Al iniciarse en el yoga, se tiende a compararse con practicantes experimentados. Nada más lejos de la esencia del yoga, que no se reduce a intentar adoptar posturas perfectas. sino que busca la unidad de cuerpo, mente y espiritu. Cada cuerpo es distinto y hay que aprender a respetar la forma en que se siente cómodo en cada momento. Si se persevera, se gana fuerza y flexibilidad.
La actitud, esencial. El yoga implica aprender a escuchar y observar el cuerpo. Muchas personas se fijan por primera vez en su tensión, en la debilidad de sus músculos y en lo superficial de su respiración, o que las desanima. Hay cue evitar ese tipo de excusas para abandonar. Los logros en yoga se miden ante todo en actitud.
LAS POSTURAS BÁSICAS DEL YOGA
VIRABHADRASANA 1 (EL GUERRERO 1)
De pie, adelanta una pierna y flexiónala formando un ángulo recto. La de atrás debe estar muy activa y el pie a 45 grados alineado con el de delante. Eleva los brazos y junta las palmas con los hombros alejados de las orejas Trata de mantener las orejas. Trata de mantener las caderas hacia el frente y, si te sientes cómoda mira a las manos Tras varias respiraciones, cambia de lado.
TADASANA (LA MONTAÑA)
Con los pies paralelos, separados el ancho de las caderas, deja colgar los brazos y los hombros. El tronco está recto, el abdomen ligeramente activado y la barbilla un poco inclinada hacia el pecho. Cierra los ojos y centra la atención en repartir por igual el peso del cuerpo en ambas plantas de los pies -tanto dedos como talones- y en la respiración.
TRICONASANA (EL TRIANGULO)
Separa las piernas un metro o más. Gira el pie derecho 90 grados hacia la derecha. Con los brazos en cruz mirando hacia abajo, inclina el tronco a la derecha y apoya la mano en la pierna o el suelo. Las caderas no se han de mover. Estira el otro brazo hacia el techo y dirige la mirada hacia la palma de la mano. Tras unas respiraciones, cambia de lado.
PRASARITA PADOTTANASANA (EL TRONCO INVERTIDO)
Con las piernas separadas, reparte el peso entre los pies. Estira las piernas y la espalda e inclinate hacia delante hasta llevar las manos al suelo, debajo de los hombros. Al inhalar estira la espalda y los brazos, y abre el pecho, mirando al frente. Al exhalar, estira la espalda tratando de llevar la cabeza al suelo, activando el abdomen.
UTKATASANA (LA SILLA)
Con los pies bien apoyados en el suelo, eleva tus brazos. Si puedes y sin dejar que los hombros suban hacia las orejas, une las palmas de las manos. Presionando las rodillas entre sí, dóblalas tratando de que los muslos queden paralelos al suelo. Lleva el cóccix hacia el suelo y gira ligeramente la pelvis hacia dentro para evitar que se arquee la zona lumbar.
VIRABADRASANA 2 (EL GUERRERO 2)
Da un paso hacia adelante, flexionando la rodilla hasta que quede alineada con el tobillo. El pie de detrás gira 90 grados, alineado con el de delante a la altura del arca La pierna de detrás se mantiene estirada y activa. Con la esppalda recta, estira los brazos hacia los lados, con las palmas de las manos hacia abajo y la mirada hacia delante. Los hombros han de estar relajados.
CHAKRASANA (LA RUEDA)
Tumbado en el suelo boca arriba, dobla las piernas y apoya las plantas de los pies cerca de las nalgas. Eleva lentamente la zona lumbar con las manos en el suelo a los dos lados de la cabeza. La distancia entre las dos palmas de las manos no debe ser superior a la de los hombros, y los dedos deben apuntar hacia los pies. Con manos y pies bien apoyados, arquea el tronco hasta formar un semicírculo con la cabeza hacia atrás. Permanece en esta posición de medio minuto a un minuto, respirando. Tonifica los músculos de la espalda y la región lumbar.
HALASANA (EL ARADO)
Tumbado en el suelo boca arriba, con las piernas rectas y los brazos al lado del cuerpo, lleva las piernas hacia el vientre, levanta las caderas del suelo y apoya las manos en la espalda para ir elevando el tronco verticalmente poco a poco. Una vez en la vertical, lleva piernas, caderas y pies por encima de la cabeza. Si los pies no tocan el suelo, mantén las manos apoyadas en la espalda; si no, entrelaza las manos, estira los brazos y abre los hombros. Se da un intenso estiramiento de los músculos posteriores de la espalda, la zona lumbar y las piernas.
PACHIMOTANASANA (LA PINZA)
Sentado sobre los isquiones. con las piernas estiradas y la espalda recta, inclina el tronco hacia delante y aproxima el abdomen hacia las piernas. Relaja hombros y cabeza, y coloca las manos en las piernas o pies, según tu flexibilidad. Mantén la posición de uno a cinco minutos, respirando regularmente. En ningún momento debes sentir pesadez alguna sobre la espalda. Esta postura mejora la elasticidad de los músculos posteriores, flexibiliza la columna vertebral y masajea los órganos digestivos y la zona abdominal. Además, tonifica los riñones.
LIBROS
LUZ SOBRE EL YOGA
B.K.S. Iyengar. Ed. Kairós
EL NUEVO LIBRO DEL YOGA
Centro Sivaranda. Ed. Rba-Integral
MANUAL DE KUNDALINI YOGA
Satya Singh. Ed. Robinbook
Fuente:
CUERPO MENTE - ESPAÑA - DICIEMBRE 2008