EL CHAMANISMO, UN CAMINO A LA SALUD
Publicado en
octubre 16, 2011
El chamanismo es una de las prácticas religiosas más antiguas del mundo, que ha sobrevivido a siglos y siglos de evolución y ha conseguido perdurar en el tiempo como pocos credos lo han hecho. El chamanismo es una firme alternativa para volver a nuestras raíces, para encauzar el espíritu y recuperar la fe.
Lejos de los ecos de misterio que la palabra chamanismo despierta en la mayoría de la gente, la verdadera práctica chamánica siempre ha estado muy relacionada con los problemas concretos de la cultura a la que cada chamán pertenece, y posee un fuerte sentido práctico que se puede aplicar a diversos aspectos de la vida cotidiana.
El chamán es, ante que cualquier otra cosa, "el que cura", pero tomando a la palabra curación en un sentido mucho más amplio y profundo que el medicinal (aunque una de las principales funciones de los chamanes de toda época y cultura haya sido precisamente el cuidado de la salud). El chamán es el que cura el cuerpo pero también el alma, el espíritu.Por eso hoy, aquí y ahora, el chamanismo ha abandonado la oscuridad que lo cubría hace muchos siglos, para convertirse en una práctica habitual, incluso en-tre intelectuales de sólida formación científica (Carlos Castañeda, antropólogo y escritor, es quizá el caso más representativo). Ser chamán es comunicarse con la divinidad, entrar en armonía con el universo para aprovechar la energía de toda la creación en beneficio de la vida humana. Y es, además, bucear en la propia interioridad para encontrar la fuerza que todos llevamos dentro.DESPERTAR EL CHAMAN INTERIOR
El chamanismo enseña que las personas están permanentemente conectadas con el mundo exterior por medio de un diálogo interior que nunca se detiene. Esto sucede porque nunca dejamos de estar pendientes de las exigencias del afuera, ya que mantenerse alerta es elemental para la supervivencia: si uno vi-viera en constante estado de éxtasis dejaría de atender sus signos vitales y no podría entablar relación alguna.
No hay que ser muy observador para darse cuenta de que en todo momento estamos pensando en algo. Nuestra mente es una autopista veloz por donde siempre hay alguna idea desplazándose.Pero para empezar la práctica del chamanismo es esencial "desconectar" por un momento nuestra unión con el mundo externo. ¿Cómo? Recurriendo, por ejemplo a la meditación libre.En un lugar tranquilo, adoptando la postura más cómoda y relajando todo el cuerpo, se debe —primero— tomar plena conciencia de la respiración y no pensar en nada más que eso, concentrándose en cómo el aire entra y sale del cuerpo. Concentrada en esta maravilla del ciclo respiratorio, nuestra mente comienza a perder el sentido de ese diálogo interior que jamás se detiene. Esto no significa que se debe dejar de pensar, pero sí hay que desviar la atención hacia otro lado, dejar que los pensamientos fluyan sin interferir en la conciencia. Una vez alcanzado este estado de meditación, la persona está a un paso de llegar al estado de éxtasis digno del chamán. Sólo hacen falta práctica y constancia.LAS METAS DEL CHAMAN
La actividad de todo chamán está orientada a la curación, a la restauración de la salud por vías naturales en la que el único instrumento para sanar es la propia conciencia y la fe. Los objetivos del chamán son:
● Restaurar la salud● Limpiar● Purificar● Reparar● Mejorar las relaciones del individuo con su grupo y entorno.● Dar sentido a lo que le está ocurriendo al paciente, explicándolo o reencuadrándolo de una manera significativa. Este tipo de actividades pueden desarrollarse sobre problemas corporales, emocionales, cognitivos o sociales. Sin embargo, lo que distingue al chamán de otros curadores es que éste utiliza estados modificados de conciencia. Es decir, modifica deliberadamente su atención con un propósito específico durante su trabajo, apuntando toda su energía en una misma dirección y logrando así la curación.El aspecto central del chamanismo es la capacidad de entrar a voluntad en un estado modificado de conciencia con un propósito terapéutico, para buscar conocimiento. Una vez finalizado ese trance, el chamán está en condiciones de recordar lo que aconteció durante esa experiencia y poder así utilizar —en otra curación— el conocimiento adquirido.LA IMPORTANCIA DE LA VISUALIZACION CREATIVA
Yo no estoy enfermo, yo soy la enfermedad. Esta es la visión del chamán. También, por lo tanto, la del chamán interior, ese que debemos ir despertando a través de la ejercitación de la conciencia.
El primer ejercicio de reconocimiento de esta visión es lo que se denomina "visualización creativa". ¿Por qué estas dos palabras? Ver y crear. Ver el interior, ver lo que está enfermo. Pero no quedarse con eso sino transformarlo y crear, generar vitalidad a partir de la enfermedad.Como el ejercicio anterior, el de la visualización creativa debe realizarse en un lugar cómodo que favorezca y propicie la relajación. Tampoco existe aquí una postura determinada, lo importante es no distraer la mente. Cuando empecemos a sentir que la respiración fluye por sí sola, es momento de dar vía libre a la visualización creativa. Entonces se debe imaginar una pequeña luz que flota sobre la cabeza, en un punto imaginario situado por detrás y entre medio de los ojos. Una vez conseguida esta visión será necesario "sostenerla" y llevarla desde el centro de la cabeza hacia el interior del cuerpo como una sonda que recorre el organismo. A medida que el haz de luz recorre nuestro interior debemos permanecer muy atentos porque nuestro cuerpo, conectado a nuestro espíritu, estará en condiciones de dar señales de alerta si algo anda mal. Esto significa que a medida que la luz va pasando, debemos visualizar su recorrido sin obviar ningún sector.Cuando la luz se detenga será porque precisamente allí hay algún inconve-niente. Entonces se debe fijar la atención y tomar conciencia de que existe dolor, pero no para alarmarse sino para recordar que alguna parte de nuestro organismo nos está pidiendo auxilio.ORIGENES DEL CHAMANISMO
El término chamán evoca realidades lejanas y contradictorias, a veces difusas y hasta cubiertas por un halo de misterio. La palabra usada internacionalmente para nombrar a estos antiguos sacerdotes del alma es chamán o shaman, su remoto origen es manchú-tungú; y llegó al lenguaje científico europeo a través del idioma ruso. Este antiguo vocablo, en su acepción original, deriva del verbo sha, que significa saber.
Entre los antiguos, el chamán era a la vez hechicero y sacerdote. Sus actividades principales eran curar enfermedades, presidir los sacrificios rituales y las ceremonias religiosas. Para esto se valían de la técnica del éxtasis, es decir, del poder de abandonar su propio cuerpo a voluntad para proyectarse en viajes astrales a los dominios del otro mundo. Con el correr del tiempo, el chamanismo fue mejorando sus técnicas pero jamás alteró su esencia: devolver la salud al cuerpo y reestablecer el equilibrio.Fuente: Revista MEDICINAS ALTERNATIVAS, Argentina Abril 2002