Publicado en
mayo 15, 2011

Dos amigos se encuentran y uno le dice al otro:
―¿Supiste que ingresé al Opus Dei? Es que mi señora y yo somos muy religiosos y pretendemos que los niños también se eduquen con los mismos valores de la Obra de Dios.―¿En serio? Te felicito, pero ahí hay un tema muy complicado, creo que te piden un período de abstinencia sexual.―Así es. Me dijeron que tenía que pasar seis meses sin tener relaciones...―¿Y cómo te ha ido? ―Lo iba llevando bastante bien, a pesar de los sofocos nocturnos, cuando nos rozábamos en la cama, las sugestivas escenas calientes de las películas, algunas molestias en las partes nobles, como si me apretaran los calzoncillos, el colico del seminarista que me dio y otras situaciones que para que te cuento... Hasta el tercer mes.―¿Qué te pasó?―Una mañana mí mujer iba a tomar dos yogurts de la nevera, se le cayó uno, entonces se agachó para recoger el yogurt, se le subió la falda... ¡ahí ya no aguanté más, tres meses sin tocarla¡ ¡Me le tiré encima con todas las ganas! Le arranqué la ropa, le hice el perrito, la carretilla, la vuelta al mundo, la puse encima, debajo.... gritamos, gemimos, hicimos de todo hasta quedar exhaustos.―¿Y te echaron del Opus Dei? ―¡¡¡Del Opus Dei y del Hipermarket!!!