Publicado en
diciembre 05, 2010
Una empresaria vuelve de su oficina en la tarde y —en medio de un gran aguacero— ve a un hombre joven y muy atractivo en la parada de autobuses, por lo que detiene su automóvil:
— Llueve a cántaros.... ¿Lo llevo?
— Ah, bueno, gracias, —responde el, entrando al auto.
Llegando al edificio donde el vive, la invita a entrar:
— No quiere Ud. tomarse un cafecito, un whisky, alguna cosita que le invite, con este frío ?
— No, gracias, debo llegar temprano a casa .
— Pero, ha sido usted tan gentil, suba siquiera un ratito.
Ella sube ante la petición del joven. Cuando entran, el le sirve un buen coñac y luego va a su dormitorio, del que retorna arreglado y perfumado, dejando entrever un cuerpo bellísimo bajo una camisa entre abierta. Beben algunos tragos, oyen música, charlan, ríen, entran en confianza, y —como debía ocurrir— se van a la cama, hacen sexo con especial entrega, y luego dormitan.
A las 6 de la siguiente mañana, ella despierta preocupadísima:
— Put#$%, que bruta, me quedé dormida... ¿Ahora qué hago?
Medita, toma el teléfono, marca el número de su casa y tan pronto le responde su marido, grita:
— MARCELO, NO PAGUES EL RESCATE !!...HE LOGRADO ESCAPAR!!
"!!!!MAEEEEESTRAAAAA!!!! "