Publicado en
agosto 15, 2010
Un microbús lleno de monjas choca con un tren y se mueren todas. Cuando llegan al Paraíso, tratan de atravesar el portón para entrar, y se encuentran con San Pedro.
El Santo le pregunta a la primera monja:
―Hermana Teresa, ¿usted tuvo alguna vez contacto con un pene?
La hermana sonríe tímidamente y responde:
―Bueno... una vez toqué la cabeza de uno, con la puntita del dedo.
―Muy bien - dice el Portero del Cielo - meta la punta del dedo en esta pira de agua bendita, y luego atraviese el portón.
San Pedro le pregunta a la segunda monja:
―Hermana Beatriz, ¿Ud tuvo alguna vez contacto con un pene?...
La hermana traga saliva y dice:
―Bien... una vez acaricié uno...
―Siendo así -determina San Pedro- meta toda la mano en el agua bendita, y luego atraviese el portón.
De repente se arma un despelote en la fila de monjas. Una de ellas empieza a empujar a las otras para pasar al primer lugar.
Cuando la monjita agotada llega al comienzo de la fila, San Pedro le pregunta:
―Hermana, ¿Por qué está tan apurada?...
Y la monja responde:
―Es que si voy a tener que hacer gárgaras con ese agua, mejor lo hago ahora, antes de que la hermana María se lave el cul#$%...