Publicado en
agosto 08, 2010
Después de una larga enfermedad, una mujer muere y llega a las puertas del cielo. Mientras espera a San Pedro, ella ve a través de las rejas a sus padres, amigos y a todos los que habían partido antes que ella, sentados a una mesa disfrutando de un banquete maravilloso.
Cuando San Pedro llega, ella le comenta:
― ¡Qué lugar tan lindo! ¿Cómo puedo hacer para entrar?
― Yo voy a decir una palabra. Si la deletreas correctamente la primera vez, entras; si te equivocas vas directa al infierno ―respondió San Pedro.
― Vale, ¿Cuál es la palabra?
― AMOR ―dijo San Pedro.
Ella la deletreó correctamente y pasó al cielo.
Un año después, San Pedro le pidió que vigilase las puertas, y ese día, para su sorpresa, apareció el que fuera su marido.
― ¡Hola, qué sorpresa! ―dijo ella― ¿Cómo estás?
― ¡Ah!, pues he estado muy bien desde que falleciste. Me casé con aquella bella enfermera que te cuidó, gané la lotería y me hice millonario. Entonces vendí la casa donde vivíamos y compré aquella preciosa mansión en el barrio alto que siempre te gustó. Viajé con mi nueva mujer por Europa, Asia y Oceanía. Estábamos de vacaciones en Los Alpes justamente cuando decidí esquiar. Me caí..., el esquí me cayó en la cabeza y aquí estoy. Y dime, ¿Cómo hago para entrar, querida?
― Yo voy a decirte una palabra. Si la deletreas correctamente la primera vez puedes entrar; si no, vas directo al infierno ―respondió ella.
― ¡OK! ―dijo él― ¿Cuál es la palabra?
― SCHWARTZENEGGER
MORALEJA
Ni muerto le puedes decir toda la verdad a una mujer, pues, corres el riesgo de vivir en un infierno el resto de tu existencia.