Publicado en
abril 11, 2010
Resulta que, tras el diluvio universal, el arca de Noé se movía para todos lados, y el patriarca Noé no encontraba explicación a ello.
Un día decide ir a visitar la cubierta de los animales, y he ahí el problema: todos los animales hacían el amor. Noé enfadado les gritó:― Paren, ¡esto no puede ser! Les salvé la vida, ¿es así como me pagan? Van a hundir el arca.Todos los animales le obedecieron, pero a Noé le dio lástima y les dijo:― Le daré una ficha a cada pareja; en ella estará el día y la hora en que pueden hacer el amor.Y así lo hizo. Pasaron los días y andaba el mono molestando a la mona y le decía:― ¡El miércoles a las 4 de la tarde vas a sufrir!Y durante tres días le dijo lo mismo. La mona, muy enfadada, fue a hablar con Noé.― Mira Noé, El mono hace tres días que me anda molestando. Me dice que el miércoles a las 4 de la tarde voy a sufrir. Yo sé lo que va pasar ese día. ¡Pero no puede andar gritándolo por todas partes! ¿Qué van a decir mis amigas?Noé, enfadado, fue a buscar al mono y le dijo:― ¡Oye, mono...! ¿Por qué molestas a la mona de esa manera?, ¿Qué es eso de que va a sufrir?― Verás, le dice el mono... ¡es que perdí mi ficha jugando al póquer con el burro!