Publicado en
noviembre 22, 2009
Carlitos, un pequeño de 5 años, jugaba con su tren en miniatura en la sala de su casa, mientras su mamá cocinaba y le miraba de vez en cuando.
Luego de varias vueltas, el tren llega a la estación terminal y Carlitos, asumiendo el rol de inspector de carro dice:
―¡Estación terminal! ¡Todos los hijuepu$#% que viajan hasta aquí tomen todas sus guev$#%!das y se bajan rapidito del tren, montón de hijuepu$#%!
La madre lo miró sorprendida, y Carlitos prosiguió:
―Y los recul$#%!dos que viajan de vuelta, suban rapidito sus mierd$#% de maletas antes que los agarre a patadas en el cul$#%!
Su madre, espantada, salió rápidamente de la cocina y le dijo:
―¿Pero qué vocabulario es ese, hijo? ¡Deja inmediatamente ese tren y ándate a tu cuarto! ¡Quedas castigado por DOS horas!
Luego de las dos horas de castigo, Carlitos vuelve a jugar con su tren y esta vez dice:
―¡Estación terminal! Los pasajeros deben descender. A nombre de nuestra empresa les agradecemos haber viajado con nosotros, prefiriendo nuestra hospitalidad. Por favor bajen sus pertenencias y ante cualquier incomodidad o duda, soliciten la ayuda de nuestros asistentes. Quienes viajan de vuelta, favor tengan la bondad de subir al tren con su equipaje y acomodarse en sus respectivos asientos. El tren sale en 5 minutos.
Su madre con una sonrisa ya más tranquila sigue cocinando, pero Carlitos agrega:
―¡Y si algún hijuepu$#% está enojado por las DOS horas de atraso, que se pare y le reclame a la VIEJA HIJUEP$#% que está en la cocina!