DIÁLOGO ENTRE EL PIE Y EL PENE
Publicado en
noviembre 22, 2009
El pie mira para arriba y ve que el pene lo estaba mirando, entonces le pregunta:
―¿Cómo andás?
―Como el murciélago, siempre colgado cabeza abajo. Y a tí... ¿cómo te trata?
―¡Excelente! Fíjate que en las mañanas para que no toque el suelo frío me pone unas chancletas, se mete a bañar, me lava muy bien entre todos mis deditos, después me seca muy bien, me pone talquito, luego me enfunda y después me mete en sus zapatos. Luego nos vamos a caminar todo el día. Por la noche, que todo me duele, me pone en agua caliente, me da masajito con crema y me deja descansar durante toda la noche... ¿y a ti cómo te trata?
―¡Y no te digo loco! ¡Conmigo es un hijo de put%$^$! Te cuento: por las mañanas me cachetea varias veces y me dice: "Bueno amiguito, párate". Luego me mete todo chueco en el calzoncillo y ando con un dolor de cabeza todo el día que no te lo cuento. ¡Ah...! Pero eso sí, a la noche quiere que esté bien firme, pero lo peor de todo, es cada vez que vamos a la cueva, no sabes como me jode su indecisión.
―¿Cuál cueva? ¿Qué indecisión? ―pregunta el pie.
―Si entro en la cueva, donde apenas quepo; me mete, me saca, me mete, me saca, me mete, me saca y así por un rato laaaaaargo...
―Y entonces... ¿qué pasa? -pregunta el pie.
―¡Y qué carajo va a pasar... Obviamente, ¡me mareo, vomito y me desmayo!